Análisis a Fondo
El crédito continúa sin registrar una reactivación robusta y generalizada
La incertidumbre, asociada a la política económica, han ido en aumento
Por Francisco Gómez MazaNo obstante que el sistema financiero mexicano es sólido y resiliente, enfrenta retos relevantes ante la coyuntura actual, la cual combina los efectos de la pandemia de covid-19 con los desafíos de la situación geopolítica entre Rusia y Ucrania, y las persistentes presiones inflacionarias globales, las cuales han tenido como consecuencia el retiro del estímulo monetario en diversas economías y, en general, el apretamiento de las condiciones financieras.
De acuerdo con el Reporte de Estabilidad Financiera de la primera mitad de 2022, la actividad económica global ha registrado una desaceleración más marcada de lo previsto y las estimaciones de crecimiento del FMI para la economía mundial se revisaron significativamente a la baja para 2022 y en menor medida para 2023.
Ello, agrega el Reporte, derivado de la persistencia de los cuellos de botella en las cadenas globales de suministro, la continuidad de los efectos negativos de la Covid-19 y el agudizamiento de tensiones geopolíticas por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
En este entorno, registra el Reporte del banco central, la inflación global continuó aumentando, destacando el alza de precios para los energéticos y los alimentos.
Así, destaca, en un entorno de menores expectativas de crecimiento, de mayor incertidumbre sobre la evolución de las condiciones financieras globales y de tensiones geopolíticas, será relevante dar seguimiento a la evolución del sistema financiero y mantener su estabilidad.
Adicionalmente, el otorgamiento del crédito continúa sin registrar una reactivación robusta y generalizada, que pueda acompañar e impulsar el crecimiento económico. Los mercados financieros internacionales también se han visto afectados por el entorno descrito. Por su parte, los mercados financieros nacionales mostraron un comportamiento mixto y con cierta volatilidad. El tipo de cambio presentó una depreciación entre finales de febrero y principios de marzo de 2022. Sin embargo, a partir de entonces el peso mostró un mejor desempeño.
Por su parte, la curva de rendimientos presentó aumentos generalizados. Los niveles de todos los indicadores agregados de riesgo registraron cierto incremento. El Índice de Estrés de los Mercados Financieros (IEMF) aumentó ligeramente, y se encuentra por encima de lo observado previo a la pandemia, aunque por debajo del promedio registrado en 2020, con un comportamiento mixto a lo largo del periodo de análisis, de acuerdo con el Reporte del Banxico.
Por su parte, señala el Reporte, el Índice de Condiciones Financieras (ICF) se mostró ligeramente más restrictivo desde diciembre de 2021. En el contexto actual, persiste la incertidumbre sobre la evolución futura de los mercados financieros y no se pueden descartar episodios adicionales que pudieran generar un nuevo apretamiento de las condiciones financieras.
En esta situación, los flujos de capital hacia las economías emergentes, incluyendo México, podrían verse afectados y podrían incrementarse los costos de financiamiento para las empresas. Ciertas vulnerabilidades y riesgos que aumentaron a partir de la pandemia han ido disminuyendo. No obstante, persisten retos en el entorno económico actual. Por un lado, los niveles de incertidumbre asociados a la política económica han ido en aumento, principalmente luego del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Además, aunque la exposición directa del sistema financiero mexicano a este conflicto es limitada, se han generado aumentos en los precios internacionales de ciertas mercancías, lo que podría reducir la rentabilidad de ciertos sectores económicos que las usan como insumos, disminuyendo la capacidad de las empresas para hacer frente a sus obligaciones crediticias.
El financiamiento total en la economía ha mostrado una lenta recuperación; como proporción del PIB, se encuentra prácticamente en el mismo nivel que tenía el segundo trimestre de 2017.
Así, la brecha de financiamiento sigue decreciendo y ha hilado 4 trimestres con valores negativos, encontrándose en niveles similares a los que tenía a finales de 2006.
El saldo del financiamiento total recibido por los hogares registró una caída marginal, en términos reales anuales, durante el primer trimestre de 2022. Pese a lo anterior, el crédito al consumo otorgado por la banca y sus sofomes subsidiarias mostró una recuperación, registrando un crecimiento en el saldo agregado del sistema, por primera vez desde el comienzo de la pandemia en prácticamente todos sus segmentos, excepto el crédito automotriz.
Al cierre del primer trimestre de 2022, el financiamiento total a la vivienda mostró un ligero crecimiento respecto al mismo periodo del año anterior, pero a un menor ritmo desde el último Reporte.
El financiamiento total a las empresas privadas no financieras del país continúa observando una contracción real anual, tanto en su componente interno como en el externo.
Durante el primer trimestre de 2022, el crédito nuevo otorgado a empresas de mayor tamaño se estabilizó, registrando una desaceleración en la reducción de su cartera, mostrando así un menor deterioro que en el caso de las empresas de menor tamaño.
Con respecto a la posición financiera del sector público, al cierre de 2021 su balance presentó un déficit igual al programado en el Paquete Económico 2021 y los Requerimientos Financieros del Sector Público registraron un déficit equivalente a 3.8% del PIB.
En cuanto a las empresas productivas del Estado, destaca que la posición financiera de Pemex ha mostrado cierta mejoría en meses recientes. Ello, como resultado de aumentos en sus ingresos y flujo operativo. tras el alza en el precio del petróleo, así como por mayores exportaciones. Así, la empresa mantiene sin cambios las calificaciones crediticias otorgadas por las distintas agencias calificadoras.
Respecto a los flujos financieros con el exterior, en el cuarto trimestre de 2021 estos continuaron con la dinámica que, en general, habían mostrado desde el inicio de la pandemia, situándose por debajo de su promedio histórico e inclusive, en algunos trimestres, registrando salidas.
A inicios de 2022, los flujos de portafolio de México retomaron su tendencia a la baja, pero volvieron a recuperarse en marzo y abril de 2022, según la información oportuna disponible.
En cuanto a la situación de la banca múltiple, el capital regulatorio a nivel sistema presentó un aumento superior al incremento en los activos sujetos a riesgo entre septiembre de 2021 y marzo de 2022. De esta manera, continúa el crecimiento en el ICAP del sistema bancario, lo que mantiene en general a estas instituciones en una posición de fortaleza para afrontar posibles escenarios adversos.
En cuanto a los riesgos de la banca múltiple, destaca que los riesgos de liquidez, de crédito y de contagio han disminuido, si bien el de mercado ha aumentado en el margen.
Así, este sector ha seguido contribuyendo a que el sistema financiero en su conjunto muestre resiliencia y una posición en general sólida. No obstante, será importante dar seguimiento a su evolución ante el entorno actual.
La banca de desarrollo y las instituciones de fomento continúan presentando una situación financiera sólida, un índice de capitalización creciente y un resultado neto superior al del año previo, en un contexto de un menor saldo de financiamiento.
El financiamiento que otorgan otros intermediarios financieros en conjunto, sin embargo, sigue registrando una contracción al cierre de marzo de 2022 y persisten ciertos riesgos. En particular, la afectación de la pandemia y la lenta recuperación en la actividad económica ha sido más pronunciada en el caso de este financiamiento, en particular el destinado a empresas.
Así, algunos intermediarios vieron un aumento en la morosidad de su cartera y una caída en los niveles de rentabilidad a lo largo de la pandemia. Destaca que dichas instituciones no representan un riesgo a la estabilidad financiera, al ser relativamente pequeñas y estar poco interconectadas con la banca del país.
En virtud de los retos que se siguen enfrentando, no es posible descartar que algunas entidades del sector resulten afectadas. Por ello, será pertinente continuar dando seguimiento a su situación, así como a las interconexiones que mantienen con el resto del sistema financiero. En el Reporte del Banxico se consideran los siguientes riesgos macro financieros que podrían afectar la estabilidad financiera:
-Un apretamiento más acelerado de las condiciones financieras globales, dados los ajustes en las posturas de política monetaria en diversas economías ante las presiones inflacionarias globales más persistentes;
-Un crecimiento económico global menor a lo anticipado, con implicaciones para el proceso de recuperación postpandemia;
– Que continúe el debilitamiento prolongado y acentuado en el consumo e inversión internos;
– Posibles ajustes en las calificaciones crediticias para el soberano y Pemex.
A los riesgos descritos se suman los riesgos cibernéticos, que han venido aumentando a nivel global.
Adicionalmente, en esta edición del Reporte se amplía el análisis que, desde 2018, el Banco de México ha venido presentando sobre los riesgos ambientales y activos financieros sostenibles. En particular, se presenta un análisis de escenarios que considera explícitamente el impacto de riesgos físicos asociados con el cambio climático.
De acuerdo con el Reporte, el sistema financiero mexicano enfrenta retos relevantes ante la coyuntura actual, la cual combina los efectos remanentes de la pandemia por covid-19 con nuevos retos derivados del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y el apretamiento de las condiciones financieras dado el retiro del estímulo monetario en diversas economías ante las presiones inflacionarias globales.
Asimismo, los incrementos registrados en los niveles de inflación y el menor dinamismo en el crecimiento son factores que se pudieran traducir en mayores retos para el sistema financiero, derivados de las afectaciones que este entorno podría tener en la capacidad de pago de las empresas y el poder adquisitivo de los hogares.
En este entorno, el sistema financiero mexicano mantiene una posición sólida y de resiliencia, con una banca múltiple que cuenta con niveles de capital y de liquidez que cumplen con holgura los mínimos regulatorios.
Por otro lado, un reto importante hacia delante continúa siendo el mantener la estabilidad financiera en un entorno de menores expectativas de crecimiento, de mayor incertidumbre en la evolución de las condiciones financieras globales y de tensiones geopolíticas.
Adicionalmente, el otorgamiento del crédito continúa sin registrar una reactivación robusta y generalizada que pueda acompañar el crecimiento económico.