ÍNDICE POLÍTICO
* El dirigente del PRI es Moreira * Impondrán a Viggiano y perderá
Un gran rodeo para llegar a ninguna parte.
Eso es lo que el dizque dirigente de lo que queda del PRI hace ahora en el estado de Hidalgo.
En otras palabras, más doctas y culteranas por supuesto, Alito les busca chichis a las culebras.
Yes que sorprendió a propios y a extraños esa solución a la ecuación que plantea la sucesión de Omar Fayad en la gubernatura hidalguense.
Para empezar y so pretexto de la alianza –“antinatura”, diría Manlio Fabio Beltrones– con Acción Nacional y el de la Revolución Democrática, Rafael Alejandro Moreno Cárdenas –que así se llama el tal Alito— dejó en manos de los panistas el designar al candidato o candidata en realidad con el que enfrentarán a Morena.
Y puso una condición o “candado” que revela la sumisión con la que en realidad actúa el dirigente del menguado Revolucionario Institucional: que fuese mujer quien representara a los aliancistas en una contienda que seguramente van a perder.
¿Y quién sería esa candidata que llevase las banderas tricolores, blanquiazules y amarillas?
Pues ni más ni menos que Carolina Viggiano Austria, descendiente de uno de los más sanguinarios cacicazgos de la Huasteca hidalguense y, por ende, non grata a los ojos de las mayorías de la entidad.
Viggiano Austria, usted lo sabe, es la secretaria general del CEN que en teoría encabeza Alito Moreno.
Y es, además, esposa de uno de los miembros del gang Moreira quien no sólo heredó de su hermano el cargo de gobernador de Coahuila, sino que es también quien coordina a los poquísimos diputados federales del PRI en la actual LXIV Legislatura.
Y ahí también en San Lázaro, como en el viejo edificio de Insurgentes Norte, Alito esta bajo la férula o coordinación, si usted gusta, de Rubén Moreira, autor del rodeo que en Hidalgo no conducirá a ningún lado. No al triunfo de la alianza antinatura, desde luego.
Igual que en la Cámara de Diputados, Alito está subsumido a los deseos y órdenes del matrimonio Moreira-Viggiano Austria.
Acostumbrado a estar bajo la tutela de sus mayores desde que dirigía a las juventudes prístas, Alejandro Moreno tiene ahora como mentor y/o tutor a Rubén Moreira, reforzado éste desde la lateral por su cónyuge Carolina Viggiano y Austria, no se olvide.
Ambos lo traen mareado con el señuelo de que él y sólo él puede y debe ser el candidato del tricolor a La Grande en 2024.
Por eso hasta le han ordenado al pobre Alito que desestime el esfuerzo que por todo el territorio nacional ha impreso Enrique de la Madrid Cordero, quien en todo caso tendría más posibilidades de contender por el cargo.
¿Habrá que perdonarlo entonces por no ser tan siquiera dueño de las que aparentemente son sus decisiones?
¿Usted qué cree?
Y es que, aunque la señora tiene una larga carrera en las cámaras legislativas –diputada local en la LVI Legislatura del H. Congreso del Estado de Hidalgo por el XV Distrito Local Electoral con cabecera en Molango y diputada federal por elección popular en tres ocasiones, 2000-2003 LVIII Legislatura donde fungió como vicepresidenta de la mesa directiva; 2009-2012 LXI Legislatura en la cual fue presidenta de la Comisión de Desarrollo Metropolitano y finalmente 2015-2018 LXIII Legislatura donde se desempeñó como Presidenta de la Comisión de Vivienda, de acuerdo a su ficha en la Wikipedia– no se le conoce una sola acción u obra que haya beneficiado a la sociedad en general y los hidalguenses en particular.
Lo peor es que, como le comentaba líneas arriba, el apellido Austria es repelido por la mayoría de los hidalguenses, cual lo puede confirmar el hermano de la precandidata, José Juan, quien siendo candidato a la presidencia municipal de Tepehuacán –el asiento del sangriento cacicazgo familiar– tuvo que huir de la comunidad de Zacualtipanito luego de ser cuestionado por pobladores de la región, quienes le reclamaron obras inconclusas y desvíos monetarios que los han dejado en la marginación.
Son seis décadas las que han pasado desde que Honorato Austria y, posteriormente, Francisco Austria Cabrera, se hicieran del dominio total de Tepehuacán, regenteando alcaldes a modo -con la excepción de dos de ellos- e impidiendo la alternancia en la región.
Y todo ello, claro, dejando una estela de sangre para incrementar una fortuna producto del esclavismo y del abigeato.
Un rodeo en Hidalgo que no va a llevar al PRI-PAN-PRD a ningún lado.