Ciudad de México, México.— Con el objetivo de que la Secretaría de Salud garantice la prevención, orientación, control y vigilancia de la nutrición de niñas, niños y adolescentes que padecen enfermedades que provocan gastos catastróficos, el diputado panista, Éctor Jaime Ramírez Barba impulsa una iniciativa.
Las modificaciones a las leyes generales de Salud y de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, añaden que esa Secretaría tendrá a su cargo normar el valor nutritivo y características de la alimentación para estos menores.
Considera de suma importancia brindar atención nutricional a los infantes y adolescentes que atraviesan padecimientos médicos graves o complejos y que se encuentran en una situación física de vulnerabilidad.
Algunos de estos padecimientos, agrega, se enmarcan en México bajo el concepto de “enfermedades que provocan gastos catastróficos”, que son definidas y priorizadas periódicamente por el Consejo de Salubridad General por el alto costo de sus tratamientos y medicamentos asociados, debido a su grado de complejidad o especialidad y la baja frecuencia con que ocurren.
Entre las enfermedades de este tipo que prevalecen en niñas, niños y adolescentes están los cuidados intensivos neonatales, las metabólicas en menores de 10 años, cáncer en menores de 18 años, infectocontagiosas como el VIH/sida, y trasplantes.
Enfatiza que la intervención nutricional no solo coadyuva a mejorar el pronóstico de vida del paciente, sino que también tiene una relación costo-efectividad beneficiosa al sistema, ya que al estar los enfermos en mejores condiciones físicas respecto a su estado nutricional, los recursos aplicados se tornan más eficientes.
El documento, turnado a la Comisión de Salud, y de Derechos de la Niñez y Adolescencia, señala que la reforma permitiría la atención nutricional extrahospitalaria en pacientes con enfermedades complejas como complemento a los cuidados y medicamentos recibidos en el contexto hospitalario.
Añade que ello no sólo beneficiaría su evolución hacia la recuperación, sino que coadyuvaría a optimizar los recursos presupuestados y garantizar atención a una mayor cantidad de pacientes.
Advierte que si bien la relevancia de la nutrición en relación con la salud humana ha sido ampliamente reconocida por la comunidad científica, la atención nutricional extrahospitalaria no se encuentra actualmente contemplada dentro de la atención integral a este tipo de padecimientos, aun siendo un elemento indispensable, en especial cuando el cuerpo humano se encuentra bajo circunstancias de especial fragilidad.
Expone que aun teniendo la certeza de que las instituciones de salud cuentan con recomendaciones de dietas balanceadas y que sus profesionales tienen la potestad de emitir recomendaciones al respecto a fin de que los pacientes infantiles continúen con una nutrición óptima al salir de los nosocomios, este hecho no garantiza que esto suceda.
Los niños que padecen enfermedades graves en México se enfrentan a un doble riesgo de malnutrición; aquel inherente a todo niño en este tipo de situación y otro derivado de su contexto socioeconómico y las redes de apoyo con las que cuente, agrega.
Puntualiza que una nutrición óptima, cuando se trata de pacientes infantiles que sufren enfermedades que provocan gastos catastróficos, va más allá de un impacto en la balanza nutricional. Esta puede mejorar la evolución clínica de los enfermos, aumentar la tolerancia al tratamiento, la calidad de vida antes, durante y después del tratamiento a la par que previene los efectos adversos que puede llegar a ocasionar la malnutrición.