Ciudad de México, México.— Es preciso reconocer los padecimientos mentales que han derivado de la emergencia sanitaria, y generar políticas que visibilicen y promuevan su atención oportuna para prevenir los suicidios, señaló la senadora Bertha Alicia Caraveo Camarena durante la inauguración del foro “Retos de atención a la Salud Mental y Prevención del Suicidio en México”.En México, advirtió, el suicidio representa la cuarta causa de muerte de menores entre 10 a 17 años; en el caso de las lesiones autoinfligidas se concentran en personas de 30 a 59 años, seguido de jóvenes de entre 18 a 29 años. Además, por cada 100 mil habitantes fallecen cinco mil 454 hombres y mil 253 mujeres por esta causa.
La senadora de Morena destacó que se requieren reformas y políticas públicas para combatir el estigma alrededor de la salud mental, la atención médica adecuada de la depresión y la conducta suicida, así como garantizar que se atiendan los padeciéndonos psicológicos de la población.
Hoy, 10 de septiembre, dijo, en el Senado de la República conmemoramos el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, a través de un dialogo abierto sobre la salud mental en el hogar, la escuela y el trabajo, a fin de abordar las autolesiones y el suicidio para atender este problema de salud pública y disminuir las tasas de incidencia.
Bertha Caraveo reiteró que, desde el Poder Legislativo, continuará con el apoyo a las estrategias integrales emprendidas por el Gobierno Federal, enfocadas a los diferentes problemas de salud mental que padecen las y los mexicanos.
Las y los especialista que participaron en el foro coincidieron en que el suicidio se puede prevenir si se identifican actitudes previas, pero para ello se debe contar con la participación de familiares como grupo de apoyo, así como eliminar estigmas sobre la asistencia psicológica.
También coincidieron en que, pese a que existen diversos mecanismos para recibir atención en materia de salud mental, es necesario incrementar recursos presupuestales, tecnológicos y humanos, además de incentivar a quienes padecen algún trastorno para que reciban atención psicológica.
En tanto, Diana Tejadilla, directora de Normatividad y Coordinación del Consejo Nacional de Salud Mental, destacó que el Programa Nacional para la Prevención de Suicidio se concentra en la atención primaria y en las estrategias de prevención que incluyen a la comunidad, para que éstas puedan detectar comportamientos suicidas.
Refirió que el personal de salud mental y para prevenir adicciones de todo el país han recibido capacitación y pueden implementar brigadas y grupos de apoyo, a fin de concientizar y sensibilizar a la población adulta para el cuidado de los niños.
“Necesitamos el apoyo de las cámaras legislativas, de las instituciones públicas y de la población para que sepamos cómo actuar ante esta problemática”, concluyó.
Alejandro Alarcón López, coordinador de Programas Médicos en la División de Medicina Familiar del IMSS, dijo que en el contexto de la pandemia fueron contratados 334 psicólogos temporales, quienes formaron 242 equipos de salud mental, para brindar atención en 162 “hospitales Covid- 19”.
Sin embargo, dijo que el Instituto requiere 324 psicólogos para las unidades de primer nivel, toda vez que 81 por ciento de las atenciones que brinda son en las Unidades de Medicina Familiar, puesto que la depresión y ansiedad tienen la misma prevalencia que la diabetes e hipertensión, y dichos padecimientos mentales se han duplicado a lo largo de la pandemia.
Ángel Alberto Ruiz Chow, psiquiatra del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, explicó que, durante los meses de confinamiento, las personas con padecimientos mentales dejaron de asistir a sus consultas, debido a que muchos centros de salud se convirtieron en hospitales para Covid-19.
Eso, subrayó, no significa que no requieran asistencia, por el contrario, aumentó la necesidad por el contexto de la pandemia; incluso, señaló que 80 por ciento de las personas que requieren tratamiento por padecimientos graves no lo reciben, pese a que el sistema de salud brinda el apoyo.
El director del Instituto de Salud Mental de Yucatán, Arsenio Rosales Franco, advirtió que, en México, cerca de un millón de personas al año piensan en el suicidio, por lo que el primer paso que se debe dar a nivel social es hablar de la conducta, a fin de combatir la ignorancia y los estigmas entorno a estas ideas.
Explicó que la conducta suicida puede estar asociada a problemas mentales, episodios de crisis y no sólo a alcoholismo o depresión, como comúnmente se concibe. Destacó que se puede incidir en alguna de sus etapas, es decir, en la concepción de la idea, en el plan o en el intento del suicidio y así evitar que se consume.