Ciudad de México, México.—A lo largo y ancho de las líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro, se observa un abuso de los vigilantes civiles, de la Policía Auxiliar y Bancaria e Industrial en contra de usuarios por supuestas faltas administrativas que no está tipificadas sin que la directora de ese medio de transporte, Florencia Serranía haga nada para remediar tal situación.
Es muy común que esos elementos por un mínimo motivo, por ejemplo, que se cuelguen de los tubos pasamanos de los vagones o impidan el cierre de las puertas para abordar el tren, sea un motivo o tal vez justificación para hacer creer a la población que trabajan en el bienestar de los pasajeros.
Cuando ese sistema de transporte se ha convertido en un caos con los comerciantes “vagoneros” y ahora con la feministas que se han apoderado de varios pasajes de transbordo como en el metro Hidalgo o terminales como Pantitlán, sin que nadie les diga nada por tenderse en el suelo para vender diversos productos.
El pasado domingo, por la tarde, tres jóvenes fueron vistos colgarse en los tubos pasamanos en un tren en la estación Hidalgo, lo cual fue motivo para que un numeroso grupo de vigilantes de la Policía Auxiliar y civiles con lujo de violencia fueran sometidos enfrente de su mamá, quien gritaba que sus vástagos no habían cometido ningún delito para tratarlos de esa forma y que eran profesionistas.
El numeroso grupo de vigilantes prepotentes esposaron a los tres jóvenes con lujo de violencia, cuya única falla había sido colgarse de los tubos pasamanos y por ese motivo tenían que remitirlos al juez cívico, justificaron los vigilantes. Esos elementos se han convertido en una calamidad en el sistema, en donde extorsionan a los vagoneros en plenos andenes o de lo contrario los amenazan con llevar al juez cívico, y también pulula la delincuencia.
Hay empleados del mismos sistema que acusan a sus compañeros de “proteger” a los maleantes para que “sigan trabajando” en los trenes del metro y despojen de sus pertenencias a los usuarios. De eso nadie habla, y mucho menos de desalojar a las feministas de los transbordos, porque supuestamente tienen permiso de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum y Serranía, según los mismos vigilantes del metro, pese a que violan el reglamento de ese sistema de transporte, que impide el comercio ambulante.
Pero, nada de eso ve o quiere ver la titular del Metro Serranía y tampoco responde a los llamados de Vorágine para que dé su punto de vista por esos hechos.