Ciudad de México, México.– El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) brinda rehabilitación integral a pacientes recuperados de COVID-19 que sufren diversas secuelas, a través de tres pilares: evaluación por un especialista, educación, e intervenciones de terapia física, ocupacional y del lenguaje.
El objetivo es que las personas recuperen su calidad de vida relacionada con la salud, y mejorar hábitos de vida a largo plazo en el caso de aquellos que no han logrado el control de enfermedades crónicas como la obesidad, resaltó la doctora María Isabel Jaime Esquivias, subdirectora médica de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Región Sur “Siglo XXI”.
Destacó que la rehabilitación pulmonar como proyecto de intervención integral está dirigido a disminuir los síntomas respiratorios y dar atención a las alteraciones musculo-esqueléticas, neurológicas, cardiológicas, dermatológicas, cognitivas, y sensoriales, entre otras.
Respecto al componente de evaluación, explicó que el médico especialista en rehabilitación hace un análisis de la situación clínica del paciente, verifica la existencia de enfermedades previas, si hay hábito de consumo de tabaco o exposición a humos, la gravedad con la que cursó el COVID-19, su condición actual y la capacidad pulmonar y tolerancia al ejercicio.
Resaltó que la educación al paciente y sus familiares o cuidadores es primordial para que hagan conciencia de la enfermedad que vivieron y de la importancia de seguir un régimen de rehabilitación, uso del oxígeno suplementario, toma de medicamentos, y aspectos psicológicos, de nutrición y sexualidad.
La doctora Jaime Esquivias explicó que la intervención de terapia física mediante la fisioterapia pulmonar permite el correcto manejo de secreciones y mejorar la capacidad pulmonar, además de brindar acondicionamiento físico y fortalecimiento de las extremidades para reintegrarse a las actividades en caso de quienes sufren cansancio o dificultad para respirar.
La terapia ocupacional, dijo, tiene por objetivo mejorar la autonomía para realizar las actividades del día a día, con estrategias que lo lleven a fatigarse menos al bañarse, vestirse, caminar e incluso al comer; la terapia del lenguaje permite incidir en alteraciones de memoria o la voz, y dificultades para tragar, condiciones comunes en casos graves.
Destacó que la participación de nutrición y psicología es necesaria, ya que existe una importante relación entre la ansiedad, depresión, estrés y mal nutrición con las enfermedades respiratorias.
La especialista del IMSS detalló que el equipo que brinda la atención multidisciplinaria a los pacientes recuperados lo conforman médicos de rehabilitación, comunicación humana, psiquiatras, internistas, neumólogos, así como terapista físico, ocupacional y del lenguaje, psicólogo, nutrición, trabajo social, personal de enfermería e inhaloterapeuta.
Entre las principales secuelas se encuentran la dificultad para respirar, la fatiga, debilidad muscular, el dolor de cabeza, músculos, y articulaciones, falta de percepción de los sabores y olores, falla cardiaca, eventos vasculares cerebrales y formación de trombos, agregó.