Jalisco, México.– El diagnóstico de Enfermedad Renal Crónica (ERC) es una noticia que impacta a pacientes, familiares y amigos; esto por las restricciones que conlleva al requerir de una dieta especializada, la inversión de tiempo en las Terapias de Reemplazo Renal (TRR) y la reducción generalizada de actividades sociales como el trabajo y la movilidad.
En el marco del Día Mundial del Riñón es fundamental recordar que las principales causas de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) son la complicación por diabetes mellitus (~48.5%), la hipertensión arterial (~19%) y las glomerulopatías crónicas (~12.7%).
Para atender esta pandemia mundial existen dos tipos de terapias sustitutivas de la función renal. De acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que atiende entre 70 y 80% de los pacientes del país, en México existen más de 60 mil pacientes con ERC que reciben estas terapias; de éstos, 41.7% reciben terapia de Hemodiálisis (HD) y 58.3% reciben Diálisis Peritoneal (DP).
Bajo la campaña 2021 titulada “Viviendo bien con Enfermedad Renal”, la organización internacional invita a empoderar a los pacientes, amigos y familiares; buscando lograr un mayor apego a su tratamiento con hemodiálisis (HD) o Diálisis Peritoneal (DP).
Por su parte, la Dra. Karina Renoirte López, especialista en nefrología y Directora Médica de Servicios en Grupo PiSA, explica que uno de los datos más desalentadores del diagnóstico de insuficiencia renal es la falta de apego al tratamiento.
“Al realizar un análisis de las terapias de reemplazo renal, se deben considerar los insumos que se requieren para un tratamiento que presente el menor riesgo posible de infección y la adherencia al mismo para su control”, compartió Renoirte López, nefróloga adscrita al Hospital Civil de Guadalajara.
Por su parte, la Dra. Irma Luisa Ceja Martínez, especialista en medicina interna y Gerente Médico de Endocrinología y Nutrición en Grupo PiSA, solicita a la población a recordar los principales factores de riesgo y a tomar medidas de prevención.
“Es importante recordar que la enfermedad renal suele ser consecuencia de otras Enfermedades Crónicas No Transmisibles (ECNT); principalmente la diabetes mellitus y la hipertensión. El factor genético-familiar representa entre 30 y 40% de riesgo de desarrollar estas enfermedades; por lo que la prevención con una correcta hidratación, una adecuada alimentación y un hábito consistente de actividad física es primordial para reducir el riesgo de padecer diabetes, hipertensión y hasta Enfermedad Renal Crónica (ERC)”, comentó Ceja Martínez, también presidenta del Colegio Americano de Médicos Internistas (ACP, por sus siglas en inglés).
En el mismo tema, Rebeca Vega Pérez, especialista en Nutrición Deportiva y Coordinadora Médica de Enfermería en Grupo PiSA, agrega que la prevención debe ser llevada con el acompañamiento de profesionales de la salud certificados ante instituciones médicas.
“Hoy en día contamos con un gran número de plataformas digitales y «entrenadores» de redes sociales que buscan promover estilos de vida saludables; sin embargo, debemos recordar que la asesoría y valoración de profesionales de la salud debe ser parte fundamental de nuestros acercamientos al autocuidado. De la misma manera, hay que recordar que muchas enfermedades pueden llevarse mejor si se tiene un diagnóstico temprano; como es el caso de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) y la diabetes”, aconsejó Vega Pérez.
Para un paciente que vive con ERC, existen muchos factores adicionales al padecimiento que pueden agravar su condición. De acuerdo con un estudio desarrollado en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), los participantes reportaron haber desarrollado depresión (25%) o ansiedad (20%) derivado de su padecimiento. Asimismo, estas condiciones reflejaron una reducción de la adherencia al tratamiento en 26% de los pacientes.
Para prevenir estos factores, motivar el apego al tratamiento y otorgar una mejor calidad de vida a los pacientes, es fundamental empoderar al paciente con la promoción del autocuidado, con conocimiento sobre su enfermedad, involucrándole en la toma de decisiones, otorgando una guía en la adquisición de información, impulsando que existan redes de apoyo con sus familiares, amigos e incluso organizaciones de pacientes e incluso fomentando la atención de la salud mental a la par de su terapia de reemplazo renal.