Análisis a Fondo
La vacuna no habrá servido para nada
Hay malestar entre el personal de salud
Por Francisco Gómez Maza
Hay un profundo malestar entre miembros del personal médico de primerísima línea de batalla contra la Covid-19; hay inquietud e inconformidad porque le administraron la primera dosis de la Pfizer; transcurrió ya poco más de un mes y no tiene ni idea de cuándo le inyectarán la segunda dosis. Mientras, da vueltas el reloj y sigue peligrando la efectividad del antivirus.
De nada servirá la primera dosis, si no inoculan la segunda. Y todo habrá sido una mentira.
– Doctora. ¿Ya fue vacunada?
– Sí. Con la primera dosis. Son dos para que se asegure una relativa inmunidad al nuevo coronavirus.
– ¿Y ya le pusieron esa segunda dosis?
– No. No ha habido nada. Ni siquiera una aclaración de los jefes del porqué no han llamado para informarnos dónde, cuándo y a qué hora nos inyectarán. Creo que no lo harán.
– ¿Y le dijeron por qué no los han inyectado? ¿Por lo menos para acabar con la incertidumbre, con el nerviosismo, con el enojo, con la incredulidad?
– No. Creo que hay problemas políticos. Y no sé; nadie sabe cuándo.
Además, peligra que, al final, la vacuna -la primera dosis- no sirva para nada, si no se aplica el segundo tanto en el plazo de 21 a 42 días de la primera dosis.
Los especialistas de la Secretaría de Salud y del Insabi (Instituto de Salud para el Bienestar) calculan que la primera dosis da una inmunidad más o menos del 80 por ciento. Haría falta la segunda para alcanzar una inmunidad de cerca del cien por ciento.
Pero como me dijo mi doctora, la semana pasada, cuando fui a mi clínica, nadie sabe no obstante que las autoridades de salud aseguren que la vacunación de quienes están en la primerísima línea de batalla va a continuar.
De esto, ningún miembro del sector salud al frente de Covid-19 cree. Unos están despreocupados porque están seguros de que su buena salud depende de que se cuiden minuciosamente, lo cual resulta extremadamente difícil porque diariamente están ahí, junto al enfermo al borde de la muerte; otros destilan enojo y culpan a Hugo López-Gatell y al presidente de la república…
Otros, más críticos, más antigobiernistas, ni se preocupan; les vale. Al fin de cuentas, más que cualquier antivirus, lo que importa –la verdadera vacuna- es la auto empatía, el cuidado que uno tiene minuciosamente, cumpliendo el con las medidas de protección, que ya todo el mundo debiera conocer.
Esta mañana de martes (26 de enero), en la mañanera conducida por la ministra Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, el director del Instituto Mexicano del Seguro Social, Zoé Robledo, dijo que están avisando (la verdad, no sé dónde, y a quién; a mi doctora, no) para que los trabajadores hospitalarios estén pendientes de dónde les toca la segunda dosis de la vacuna.
Pero mi querido Zoé. Con toda mi gratitud debo decir que esa noticia nadie la conocía. Qué lamentable que entre el personal del sistema hospitalario público haya tanta decepción.
Y si así está ocurriendo entre los héroes de primera línea, qué pasará con los viejitos. Quince millones de personas de la Tercera Edad que empezarán a vacunarse en marzo (ojalá que ya esté acá la vacuna rusa –la Sputnik-V-).
A ver si a los amigos del sector salud (médicos, ayudantes, enfermeras, enfermeros, camilleros, ambulantes entre otros) les sirve de algo, para saber algo de la segunda dosis, la siguiente liga: vacunascovid.gob.mx
A DESFONDO: La BBC acaba de advertir que todavía quedan varias incógnitas que preocupan a científicos, gobiernos y ciudadanos respecto de las vacunas.
Todavía se desconoce cuánto dura la inmunidad que ofrecen las vacunas, o si las nuevas variantes del virus que emergen por el mundo se volverán resistentes y las dejarán inutilizables.
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