Ciudad de México, México.– El Hospital Regional “Gral. Ignacio Zaragoza”, registrado como COVID-19, reactivó su programa de trasplantes al realizar con éxito dos procedimientos renales consecutivos en un día, con los que especialistas rescataron a un hombre de 41 años con 8 años en diálisis y a una mujer de 56 con 10 años dependiente de hemodiálisis, informó el director del nosocomio, Carlos de Jesús López Morales.
Gracias a este regalo de vida los pacientes pudieron pasar Navidad y Año Nuevo en sus hogares y con sus familias y actualmente se encuentran en excelente estado de evolución, enfatizó.
Con estas intervenciones, aseguró el directivo, este hospital, único COVID-19 de tercer nivel en la zona oriente de la Ciudad de México, continuará realizando trasplantes bajo estrictos protocolos de bioseguridad. Suman ya 14 los trasplantes renales realizados en esta unidad de 2019 a la fecha.
De acuerdo con el encargado de la Coordinación de Trasplantes y líder del equipo de profesionales que realizaron las intervenciones, Héctor David Saavedra Hernández, “fue una donación muy valiosa obtenida por el equipo de salud del Hospital General de Zona No. 68 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). El donante tenía 35 años y lamentablemente presentó muerte cerebral; gracias a la generosidad de su familia fue posible obtener los injertos”.
Al ser un donante joven y sin otras enfermedades, los órganos eran de muy alta calidad funcional y constituían una oportunidad de vida y salud irrepetible para nuestros pacientes, por lo que se decidió aprovecharlos, aplicando todas las medidas de bioseguridad en el contexto de la pandemia, afirmó el especialista.
Explicó que el COVID-19 impone riesgos para los pacientes sometidos a trasplante, debido a que requieren tratamientos inmunosupresores para bajar las defensas del organismo y evitar el rechazo del injerto.
Por ello, agregó, el hospital aplica estrictas medidas para proteger a los pacientes, como mantenerlos en habitaciones aisladas sin conexión a pasillos o áreas COVID-19, tener una enfermera exclusiva para su atención y realizar previamente las pruebas PCR de detección de este padecimiento para verificar que están libres de la enfermedad; además de las medidas de higiene, desinfección y protección.
“Actualmente los pacientes están estables y en muy buenas condiciones, comiendo bien y deambulando, en compañía de su familia, con todos los cuidados propios en el contexto de la pandemia y en unos meses podrán tener su total reintegración laboral y social”, puntualizó Saavedra Hernández.
Los pacientes que llevaban más de un año en lista de espera, recibieron la noticia de que había una donación de órganos que podrían ser compatibles con ellos.