Ciudad de México, México.—México le rasca a los 800 mil mexicanos enfermos de coronavirus al registrarse 799 mil 188 casos positivos con 82 mil 726 muertos, 940 mil 994 casos negativos y dos millones 37 mil 413 personas estudiadas.
En su conferencia nocturna, el director general de Epidemiología, José Luis Alomía señaló que esta semana se vuelve a registrar una disminución de -1 por ciento de la semana 38 la 39 en el número de casos estimados, en tanto que continúa con una tendencia descendente en el número de defunciones de -35 por ciento, con lo que se mantiene la tendencia descendente desde la semana 31.
La ocupación de camas de hospital general se encuentra en 28 por ciento con 8 mil 30 camas ocupadas de un total de 28 mil 688 y se tienen disponibles 20,658 camas en tanto que Nuevo León es el único estado que se encuentra en el 51 por ciento de ocupación, mientras que Ciudad de México y Nayarit están en el 46 en 41 por ciento respectivamente, en tanto que el promedio nacional de ocupación de camas con ventilador es de 23 por ciento, con 2421 camas ocupadas de un total de 10,527 y hay disponibles 8,106 camas, mientras que Nuevo León, Ciudad de México y Colima registran niveles de ocupación de 42 40 y 39 por ciento, respectivamente.
Por su parte, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell señaló que hasta el momento no se tiene una predicción en cuanto a cómo será la vida post COVID y aunque una expectativa es regresar al estado cero, antes de la pandemia, y que el virus no existiera más a través de una vacuna, o haya un tratamiento efectivo que logre reducirlo al grado de desaparecerlo, “las lecciones de múltiples enfermedades infecciosas de carácter epidémico es que raramente ocurra eso”, y recordó que cada vez son más frecuentes las enfermedades infecciosas emergentes de interés epidémico de origen animal y de los humanos “y las vamos a seguir teniendo”.
Uno de los escenarios es que COVID nunca desaparezca, que permanezca con la especie humana por muchos años, pero llegue a un punto de equilibrio con respecto a la especie humana” y disminuya la virulencia y su capacidad de causar enfermedad grave, muerte y empiece a tener cierto ritmo estacional parecido al de la influenza y que probablemente nos acompañe todos los años posiblemente durante la temporada otoño-invierno con una virulencia importante.
Al respecto recordó que tan sólo la influenza ocasiona 30 mil muertes cada año.
Alethse de la Torre Rosas, directora general del Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH y el Sida (Censida), señaló que en medio de la pandemia, ha disminuido en un 59 por ciento las pruebas aplicadas de VIH en población general y en un 57 por ciento las pruebas aplicadas para sífilis, otra infección de transmisión sexual que es muy importante reconocer a tiempo por los efectos secundarios que produce.
Ante ello, puntualizó que las pruebas aplicadas en mujeres embarazadas también han disminuido a 1 de cada 3 embarazadas para VIH, y 1 de cada 5 para sífilis “pero deberían de ser todas las mujeres embarazadas y el mensaje es que acudan a hacerse estas dos pruebas por el bienestar de ellas y de sus bebés”, al tiempo que dejó en claro que hay suficiente número de pruebas en especial para este año que se han incrementado.
Asimismo, recordó que las personas que viven con VIH, son de los primeros que deben acudir a aplicarse la vacuna contra la influenza y refirió que si hay alguna persona que se puso la vacuna en marzo pasado debe volver a aplicársela en esta temporada porque la anterior no cuenta para esta temporada.
Mencionó que el grupo en donde se tiene un incremento significativo de nuevos casos de VIH es en adolescentes y adultos jóvenes, quienes también deben acudir a aplicarse esta vacuna.