Ciudad de México, México.– El presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a su Segundo Informe de Gobierno con un ánimo conciliador, con un entusiasmo por hacer que prevalezca en México la unidad, el respeto y que, por encima de todo, se ponga un alto a la corrupción y a la impunidad.
En la víspera, el senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la república, presentó una especie de ensayo sobre lo que han sido los últimos doce meses en la Administración Pública, en la que tanto el Ejecutivo Federal o con el Congreso, han sido proactivos para evitar el ahondamiento de una crisis dañina, per se, como lo es la Pandemia del Coronavirus y su secuencia con contra de la economía.
Segundo informe: entre esperanza y pandemia, es el título de su despacho de prensa, publicado en medios de trascendencia en el país, en donde el también líder del Movimiento de Regeneración Nacional, Morena, Enel Senado, apunta que:
“Si hubiese que resumir el clima de opinión bajo el cual llega a su segundo informe de gobierno la Presidencia de la República, ésta sería la descripción: ni la debacle por muchos anunciada, ni la expectativa por muchos esperada”.
“El segundo informe de gobierno del presidente AMLO llega en medio de una de las crisis sanitarias y económicas más profundas en el último siglo. Sin embargo, la legitimidad y aprobación de la gestión presidencial se corresponden con las de un Ejecutivo en tiempos de normalidad y afianzamiento” explica el senador por el Estado de Zacatecas.
A reserva de que no falta quien, parafraseando al Jefe del Ejecutivo habla de “otros datos”, Monreal Ávila pone en relieve que el presidente AMLO llega con una tasa de aprobación del segundo año de gobierno similar a la de sus tres antecesores (Fox, con un 51 %; Calderón, un 61 %, y Peña, un 53 %), pero en condiciones de riesgo diametralmente opuestas.
En primer lugar, apunta el analista, el que las mayorías en ambas cámaras legislativas federales y en la mitad de los congresos estatales se identifiquen con el programa de gobierno y los lineamientos del Ejecutivo federal ha otorgado una capacidad de respuesta unificada a la crisis sanitaria y económica.
Hay quienes llaman a esto “restauración del presidencialismo centralizador”, pero sin esta centralidad, uniformidad y alineamiento de visiones y programas, simplemente el manejo de la pandemia y de la crisis económica hubiese sido disperso, difuso y deficiente, apuntala Ricardo Monreal Ávila en su análisis del Segundo Informe de Gobierno del Presidente López Obrador.
