Ciudad de México, México.– En México se debe evitar la exacerbación de la obesidad infantil durante y después de la pandemia, pues debido al cierre de las escuelas se han visto afectados los hábitos alimenticios y persiste la falta de ejercicio físico, de actividades sociales y juego entre los niños, alertó Georgina Cárdenas López, académica de la Facultad de Psicología de la UNAM.
“La obesidad infantil es un problema grave de salud pública que se agrava con el confinamiento, y tiene alta comorbilidad con la COVID-19”, dijo la profesora de la División de Estudios de Posgrado.
De acuerdo con estadísticas de 2017, presentadas por la experta en el programa La UNAM Responde, de TV UNAM, en el país 33.2 por ciento de niños de cinco a 11 años tenía obesidad.
“Según El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF-, 83.3 por ciento de la población infantil en este rango de edad consume bebidas endulzadas, y 63.6 por ciento botanas y dulces”.
Desde hace dos años, el organismo internacional ha declarado que la atención a la obesidad infantil es una urgencia nacional en nuestro país. “Estamos atrasados en el etiquetado de alimentos, establecido en 2014, y en esta emergencia sanitaria impera la falta de actividad física y mental por no ir a la escuela”, alertó.
Además, entre los pequeños se ha incrementado el sedentarismo, el tiempo frente a la pantalla (celular, tableta, televisión o videojuego) y la cantidad de sueño, factores que estimulan la obesidad.
“Es necesario implementar actividades remotas atractivas que involucren a padres y maestros. No sólo hay que ofrecer a los niños alimentos equilibrados en casa, sino fomentar el ejercicio y ciertos elementos conductuales que deben seguir para disminuir la ansiedad y la depresión”.
Plataforma digital “1,2,3 por mí”
Tras destacar que la obesidad infantil afecta la conducta de los pequeños y provoca baja autoestima, estrés, ansiedad y acoso escolar, Cárdenas expuso que junto con su grupo de trabajo, en la FP, crearon la plataforma digital gratuita “1,2,3 por mí”, que en sus dos primeros años ha tenido resultados prometedores.
“Es un esfuerzo que llevamos a cabo con el apoyo de la Fundación Gonzalo Río Arronte; buscamos la manera de hacer atractiva la información sobre una alimentación adecuada, de modo interactivo y divertido, para que adquieran buenos hábitos alimenticios y enfrenten algunas secuelas psicológicas que acompañan a la obesidad infantil”, detalló.
La versión 2.0 de la plataforma ya está lista. “Planteamos una interacción para que puedan aprender de manera interactiva sobre los grupos alimenticios, mediante videojuegos educativos. Ellos se divierten, concursan e interactúan, pero están aprendiendo el plato del buen comer, las porciones y de qué manera hacer actividad física“.
En la aplicación también se indica de qué manera los padres pueden acompañarlos en este nuevo aprendizaje para tener una alimentación adecuada y un control de peso, evitando comida chatarra y bebidas endulzadas.