TRAS LA PUERTA DEL PODER
Por Roberto Vizcaíno
A quienes desde dentro o fuera exigen una definición ideológica de la 4T que esclarezca hacia dónde lleva Andrés Manuel López Obrador a México, a 2 años del triunfo Ricardo Monreal precisó ayer:
“… estamos practicando el regreso a una visión social del ejercicio de gobierno… (que) no implica que se excluirá del modelo de desarrollo a los demás sectores de la sociedad, ya que el actual gobierno no está en contra de la prosperidad ni del empresariado y el sector económico: éstos pueden pervivir y respetarse recíprocamente”, subrayó.
Monreal, líder de la mayoría senatorial de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, en los hechos el dirigente más importante dentro de la 4T luego del propio López Obrador, fue ayer el orador principal dentro de un mitin masivo digital realizado en todo el país vía redes sociales -el primero que yo recuerdes de este tipo-, que sumó a miles de militantes y simpatizantes de Morena y de AMLO.
En su intervención el zacatecano reiteró que el triunfo de López Obrador hace 2 años fue una exigencia popular de cambio para la erradicación de una moral capitalista salvaje que privilegió la acumulación irracional y obsesiva del dinero.
De ahí que los objetivos esenciales sean hoy el combate a la corrupción y la separación entre el poder económico y el poder político, comentó.
Monreal, quien desde su liderazgo en el Senado se ha convertido en el principal remodelador del Estado Mexicano vía reformas estructurales, indicó que la tarea hoy es construir un Estado que sea el instrumento que promueva el bienestar de las mexicanas y los mexicanos.
Que sea posible, dijo, requiere de combatir los vicios del pasado, que estimularon la extracción o corrupción, y el corporativismo que tiene secuestrada la vida sindical.
A 2 años del triunfo, dijo, “debemos reconocer que algunas personas que en su momento se beneficiaron de este movimiento social, hoy se han alejado de los principios del mismo y han sido cooptadas por los viejos vicios y prácticas que persisten. Esto nos tiene que conducir a elegir con más cuidado a dirigentes, candidatas y candidatos”, precisó sin dar nombres de quienes ha detectado él se han desviado.
Recordó que en el periodo neoliberal se instauró una moral fundada en la codicia, el odio, la envidia, el valor supremo del dinero y la acumulación material. Ello, dijo, derivó en desigualdad social, y altos niveles de pobreza así como marginación, inseguridad y violencia, que no ceden.
Para consolidar el Estado democrático nacional y la modernización de las instituciones propuso a las estructuras de Morena:
Ir a la reconstrucción del tejido social; ayudar a las personas desamparadas; reducir la desigualdad económica y social; establecer un sistema de justicia que sea aplicado de manera homogénea a toda la sociedad.
Recuperar y mantener la esencia democrática; reorientar las estructuras y representaciones en todos los niveles en el país; reconocer que no existe una estructura de representación eficaz y por ello ir a la formación de nuevos liderazgos de mujeres y hombres comprometidos priorizando la capacitación, vía prerrogativas, que recibe Morena.
Elegir dirigentes y candidatos/as democráticamente atendiendo normas, recomendaciones de tribunales y autoridades electorales y respetando las recomendaciones de las autoridades de salud.
Y no olvidando lo recomendado hace más de un año por el presidente de la República: utilizar las encuestas para seleccionar dirigentes y aspirantes, alejando así la división y la confrontación internas. Y exigir y cuidar que no haya desviaciones ni ambiciones de grupos que buscan impedir un cambio verdadero.
Actuar con consistencia ideológica, defendiendo con argumentos el rumbo que el país ha tomado y, sin titubeos, acompañar y respaldar las acciones llevadas a cabo por el presidente López Obrador.
Mantener una relación indispensable entre dirigentes del partido y representantes populares, entendidos éstos como las y los gobernadores, presidentes municipales, legisladores, regidores y síndicos, para establecer líneas de acción y conducción política homogéneas.
Insistir en la unidad, y mantener cohesionadas las estructuras, para evitar deserciones, renuncias o fugas de personas que nos representaron en la contienda de 2018 o que nos respaldaron abierta y decididamente en la misma.
No acudir a la exclusión de militantes y simpatizantes, al contrario: abrir los espacios de participación ciudadana, recuperar a quienes, habiéndonos acompañado en el 2018, ahora muestran vacilación o decepción por las tareas emprendidas. Aceptarlos y deliberar con ellas y ellos, no excluirlos ni actuar de manera sectaria.
No servir a intereses particulares en perjuicio del interés nacional.
Evitar que dirigentes y representantes populares o funcionarias y funcionarios de gobierno pertenecientes a nuestro movimiento se corrompan y actúen alejados de los principios que dieron origen a nuestra organización política.
Indicó que el futuro de Morena en buena medida pasa por el éxito que se logre en instaurar un estado de bienestar y de dotar de sentido social al ejercicio de gobierno. Eso deberá ir acompañado con el logro de un Estado de Derecho sólido, y que todas y todos respetemos la ley, por encima de cualquier aspiración personal.
De ahí que las directrices prioritarias sean lograr la paz, el bienestar social, la igualdad, el desarrollo económico incluyente, una buena planeación con metas claras que se puedan cumplir en el corto, mediano y, sobre todo, en el largo plazo.
Indicó que los desafíos y retos son formidables.
Se deberá ganar en 2021, dijo, la mayoría legislativa y la mayoría de las gubernaturas y los otros puestos de elección.
“… tarea que ahora nos resultará más pesada, porque no estará en las boletas el nombre del Lic. Andrés Manuel López Obrador. Ahora sí, el territorio tendrá que ser recorrido casa por casa, pueblo por pueblo, barrio por barrio”.
Toda una reflexión de ideología, política y quehacer partidario. Con definiciones sin duda importantes.
PARTIDOS ESCALARON LO DE GOBERNADORES CONTRA AMLO
Rápidamente se conforma el Frente de gobernadores y partidos contra Andrés Manuel López Obrador y en favor de una revisión del Pacto Fiscal y la reorientación del reparto presupuestal en beneficio de sus estados.
Así ayer los dirigentes del PRI, PRD y Movimiento Ciudadano (MC), hicieron suya la exigencia de 12 gobernadores de ir a un nuevo pacto fiscal dentro del arranque del T-MEC que redistribuya más equitativamente la recaudación fiscal.
Los 12 gobernadores de Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Querétaro y Tamaulipas, del PAN; de Coahuila, Colima y San Luis Potosí, del PRI; el de Jalisco, de MC, y Michoacán, del PRD, así como el de Nuevo León se quejan de que sus entidades aportan mucho más al fisco de lo que reciben de regreso de la Federación.
Y encima de eso hoy ese reparto se realiza con base en la discrecionalidad de López Obrador.
Ayer Alejandro Moreno, del PRI; Ángel Ávila, del PRD y Clemente Castañeda, de MC indicaron que un mejor reparto presupuestal ayudará a las entidades a combatir los problemas sin endeudarse.
“(Un nuevo pacto fiscal) permitirá que los estados no tengan que continuar accediendo a créditos que comprometen las finanzas públicas a futuro”, señaló Moreno.
“Por ejemplo, los Gobiernos locales han adquirido deuda por 54 mil 807 millones de pesos en 54 préstamos distintos, de acuerdo con datos de la SHCP. De estos, 30 mil 837 millones de pesos tienen el objetivo de cubrir insuficiencias de liquidez”, dijo.