Ciudad de México, México.– La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó que en México se cuenta con un registro actualizado de cerca de 13 mil unidades de empaque y producción agrícola, pecuaria, acuícola y pesquera, certificadas en sistemas de inocuidad para ofrecer a los consumidores, alimentos producidos en óptimas condiciones sanitarias.
El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) impulsa entre los pequeños, medianos y grandes productores, la aplicación de Sistemas de Reducción de Riesgos de Contaminación (SRRC) y Buenas Prácticas de Producción, orientados a emplear durante sus procesos productivos las medidas necesarias para disminuir el riesgo de contaminación física, química y microbiológica de los alimentos.
En materia agrícola, el organismo de Agricultura ha certificado en SRRC una superficie superior a 102 mil hectáreas, entre los que destacan cultivos de aguacate, mango, tomate, papaya, cilantro, pimiento, yaca, chile, naranja y limón, entre otros, principalmente de los estados de Michoacán, Sonora, Sinaloa, Baja California y Jalisco.
El Senasica ha otorgado un total de 10 mil 263 certificaciones de SRRC, Buen Uso y Manejo de Plaguicidas (BUMA) y Buenas Prácticas de Cosecha, de las cuales, nueve mil 652 corresponden a unidades de producción primaria, 553 de empaque en campo y 58 cuadrillas de cosecha.
Respecto a la industria ganadera, ha entregado mil 529 certificados a unidades de producción pecuaria, principalmente de porcinos, bovinos, huevo para plato, pollo de engorda, caprinos, ovinos, conejos, codorniz y manejo y envasado de miel.
En materia acuícola y pesquera, el Senasica ha otorgado mil 114 certificaciones, de las cuales, 442 corresponden a embarcaciones menores que capturan pulpo, escama marina, caracol, abulón, jaiba, langosta, pepino de mar, tiburón y tilapia; 662 a unidades de producción acuícola de cultivan tilapia, bagre, camarón, carpa, trucha, langosta, lobina, moluscos bivalvos y rana toro, y 10 más, a plantas de procesamiento primario.
Las certificaciones se otorgan a petición de los productores y empacadores, quienes, para obtenerlas, deben aplicar en sus procesos productivos las medidas de inocuidad establecidas en las regulaciones de la Secretaría de Agricultura en la materia.
Con ello se benefician los consumidores, pues reciben en su mesa alimentos libres de contaminantes que pudieran afectar su salud, en tanto que los productores están en posibilidad de obtener mejores remuneraciones por sus productos agroalimentarios, en virtud de que cumplen con los más altos estándares de inocuidad que exigen los mercados más competitivos del mundo.