Ciudad de México, México.— En México, uno de cada cuatro adultos presentan hipertensión arterial, por lo que se deben de atender durante la emergencia debido a que es un factor de riesgo para la evolución de la COVID-19, recomendó Víctor Manuel Ángel Juárez, académico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.
Para evitar mayores afectaciones de salud, los hipertensos deben tener control de su presión arterial, seguir en contacto con sus médicos y cuidar las comorbilidades, como obesidad, diabetes y enfermedades renales, dijo en el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, que se conmemora mañana, 17 de mayo.
“Aunque estén controlados, la hipertensión implica cierta vulnerabilidad inmunológica; por ejemplo, los enfermos tienen disminución de unas células especiales llamadas CD8, importantes para evitar efectos de diferentes virus”, subrayó el académico del posgrado de Cardiología de la UNAM.
Hipertensión en México
En México, uno de cada cuatro adultos padece esta enfermedad crónica (ENSANUT 2016), pero en los grupos socioeconómicos más desfavorecidos alcanza hasta 50 por ciento.
Además, la mitad desconoce que son hipertensos, y de la población que lo sabe, sólo dos terceras partes toman medicamentos para tratarla. “En este grupo hay una tercera parte que a pesar de tomar medicamentos no tiene la presión arterial controlada”, remarcó.
El también director de Cardiología del Centro Médico ABC expuso que esta enfermedad no genera síntomas en la mayoría de los pacientes, pero con el tiempo afecta diferentes órganos como el cerebro, el corazón, los riñones y la retina, por el daño a los vasos sanguíneos pequeños.
“Muchas personas tienen hipertensión con diabetes, obesidad o enfermedades renales, entonces el problema es mayor”, remarcó.
La hipertensión arterial es una enfermedad principalmente hereditaria. El 92 por ciento de los casos se debe a factores genéticos y se catalogan como hipertensos esenciales o primarios. El otro ocho por ciento son hipertensos secundarios, pues su padecimiento se debe a afecciones renales o problemas endócrinos, entre otros.
“La hipertensión ha ido en aumento, pues la medición es cada vez más estricta, pero también ha habido cambios en el estilo de vida que no favorecen su control”, sostuvo.
El académico de la UNAM recomendó a la población medir su presión arterial al menos una vez cada seis meses, pues la enfermedad es principalmente asintomática.
Además, acudir al médico si hay síntomas como sensación de aturdimiento, sofocación, mareo, dolor de cabeza, zumbido en los oídos o sangrado nasal.
Añadió que estos pacientes necesitan modificar su estilo de vida para reducir de peso, disminuir el consumo de sal e impulsar el ejercicio físico. Además, llevar tratamiento farmacológico, que es diferente para cada persona. “Uno de los problemas es que algunos lo abandonan por la incomodidad de tomar varias medicinas al día, pero sobre todo, por el costo de los medicamentos”.
Finalmente, el universitario llamó a crear conciencia sobre esta enfermedad, principalmente en países en desarrollo como México, pues es un problema relacionado con el desarrollo socioeconómico de cada nación.