Vidas paralelas: AMLO y “El Nopalito”

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ÍNDICE POLÍTICO

Por FRANCISCO RODRÍGUEZ

Platiquemos de zoología política. El tlacuache es un animal de trópico húmedo muy parecido a algunos subseres de esas regiones. Su característica es que se alimenta casi de cualquier cosa. Es carnívoro y ha creado hábitos omnívoros. Come roedores, pájaros, insectos, pero también frutos, desperdicios, retoños de plantas y semillas.

El marsupial se desenvuelve entre los humanos, consiguiendo todos los desperdicios de comida, verduras y lo que se pueda. Son animales muy peligrosos para algunos negocios. Las coladeras y alcantarillas los acogen con frecuencia, así como los basureros, ya que les atrae la comida un tanto pasada.

Cuando se ve un tlacuache cerca de un gallinero hay que tener cuidado. Mapea el terreno para caer sobre los huevos que pueda poner la gallina e, incluso, irse sobre ésta si no ha satisfecho su apetito. Quiere decir que espera engullir lo que sabe que todavía no existe, pero que va a llegar en cualquier momento.‎ Y si no se llena, arremete contra todo.

AMLO quiso abalanzarse sobre el presupuesto

Un tlacuache es un tlacuache. Es la mejor definición que puede haber. Cuando vimos al Caudillo de Tepetitán mapear el terreno del presupuesto para abalanzarse sobre él, me recordó nítidamente la figura del marsupial, el famoso cacomixtle de las tierras áridas. Habiendo vaciado las alacenas, salió a campo abierto sobre lo que fuera comestible.

Pero la gallina aún no ha puesto los huevos, es decir, el presupuesto no existe todavía, no hay dinero en caja. Pero el tlacuache ya está puesto para hundir sus colmillos en cuanto lo haya, e incluso, si no se llena, comerse a la gallina, es decir toda la bolsa, más las actividades productivas de donde puedan venir los dineros. Exprimir lo que sea.

Porque el tlacuache ya se acabó la alacena. En el presupuesto hoy disponible, ya no existe un quinto, no hay ya de donde echar mano para engrosar las estupideces de programitas dizque sociales fracasados, y no hay cómo sostener los proyectos faraónicos del sureste. Hay que comerse a la gallina entera.

Sin dinero, perderá las elecciones intermedias

El presupuesto es la única garantía para el ejercicio del poder presidencial mexicano. Sin dinero no hay poder. La voluntad hegemonía del que manda depende de la maleta. Si no hay dinero, no podrá de ninguna manera dirigir el proceso electoral intermedio. Perderá sin lugar a duda la mayoría endeble de Morena en las Cámaras.

Dice el Caudillo que Morena jamás será un partido de Estado, como el que hubo antes. Cierto. Absolutamente cierto, pero por distintas razones. Morena es el partido de un solo individuo. Para nada más sirve, sino para ofrecer las siglas donde el Caudillo colocará los nombres de los candidatos surgidos de las tómbolas o de sus caprichos.

‎Morena pasará infame a la historia reciente como otro de los caprichos del nuevo Nopalito en el poder. Y esto es así, porque desde 1932, el producto interno bruto no se había caído dos dígitos (en aquellos años a menos 14) como le sucedió al Pascual El Nopalito Ortiz Rubio. Ahora es seguro que se caiga a menos veinte.

¡Entrarán a la historia juntos, el tlacuache de estas gallinas y El Nopalito!‎ ¿Quién más quiere pasar? ¿Todavía habrá cupo? Unos meses después de conocerse las cifras del producto interno bruto, Ortiz Rubio tuvo que renunciar. Y no regresó a su embajada. Se quedó en México para desgracia familiar. Un recuerdo abominable.

El coronavirus encontró un país devastado previamente

Antes de que la pandemia se le atravesara al Caudillo de Tepetitán, los organismos financieros internacionales y la misma Organización para la Cooperación y el Desarrollo vaticinaban el derrumbe de México en sus estructuras económicas hacia más del menos doce por ciento anual durante el 2020. Así es que de esto no tiene la culpa el coronavirus.

‎Por si lo anterior fuera poco, el Fondo Monetario Internacional, nuestro último gancho para pedir frías –no sólo para componer el desbarajuste tabasqueño, sino para importar los alimentos– se declaró técnicamente cajeado. Las puertas se cerraron y ya no hubo para dónde hacerse.

El coronavirus encontró un país devastado previamente por un grupo incompetente de pandilleros y cayó como una maldición sobre las economías populares. Nos esperan meses de desesperación, de un pandemónium que no merecíamos.

Ocultan información sobre los casos reales de contagiados

Ningún gobierno del mundo tenía la justificación de actuar como lo hizo el mexicano: apretando las tuercas fiscales de cuenta chiles, ahogando toda posibilidad de salvación a las micro, pequeñas y medianas empresas y al 72 por ciento de trabajadores informales de la población económicamente activa.

Imposibilidad de usar un sistema sanitario destruido con premeditación, alevosía y ventaja por ésta y las demás pandillas de marras. Más mentiras y engaños sobre la capacidad de respuesta de este, ocultamiento de información sobre los casos reales de contagiados, amenazas a los adversarios y todo lo que usted más que nadie sabe.

León Manuel Bartlett Álvarez: negocito de 31 millones de dólares

Revivieron los coyotes antiguos, ésos que ya habían corrido, según los cuentos chinos tabasqueños. Y nacieron nuevos coyotes emprendedores‎ como es el caso del joven promesa León Manuel Bartlett Álvarez, facilitador de las ventas de respiradores, con un negocito de 31 millones de dólares, todo para el vencedor.

¿Quién habrá dado el permiso? ¿El mismo que cancela a mano alzada las inversiones en millones de dólares en la cervecera de Mexicali para que no les hagan sombra a los negocios cerveceros Rocío, de la familia López Obrador Beltrán?

AMLO entrará a la historia de la mano de El Nopalito

México ha sido devastado por una clase política voraz e ignorante que sólo se pliega a los dictados de un incapaz, de un atolondrado.

Alguien que se cree superior a cualquiera y que ha demostrado estar en el abismo de la injusticia, sólo para que su dictadura florezca… y se pueda comer hasta los huevos que no ha puesto la gallina.

Pero entrará a la historia de la mano de El Nopalito, los más estultos de esta carpa.

¡Quién lo hubiera dicho!

¿No cree usted?

Índice Flamígero: Miguel Ángel Osorio Chong acumuló una enorme fortuna a su paso por diferentes cargos públicos en su natal Hidalgo. Negocios de construcción, adquisiciones gubernamentales, escamoteo a las partidas de educación, salud (Seguro Popular), programas sociales, huachicoleo y muchas otras pillerías más lo pusieron a la par de algunos de sus antecesores, quienes se hicieron multimillonarios a cargo de la pobreza de sus paisanos. Como secretario de Gobernación del corrupto peñato y con el pretexto de hacer un “cochinito” –su cómplice Rosario Robles dixit– para su frustrada campaña presidencial esa fortuna económica se incrementó con creces: adquisiciones para la fallida seguridad pública, control de los penales federales, tributo de quienes como delegados federales de diversas dependencias le debían a él la posición… Toda la información al respecto está en manos del gobiernito federal. Lo tienen en la mira. Y por tal se inventó una excusa para no asistir a las sesiones del Senado en un periodo extraordinario que ya no fue. Dijo tener Covid-19. Ya se descubrió que los análisis para detectar el padecimiento se los hizo en un laboratorio “patito”. Ya se descubrió su patraña. Sus correligionarios priístas son los más enojados con él.

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