Análisis a Fondo
Nuevas corrientes migratorias
¿Y Sembrando Vida no sirvió?
Por Francisco Gómez Maza
Complicadísimo para cualquier gobierno resulta afrontar el fenómeno migratorio. Más cuando se tiene a un amo poderoso.
Sin embargo, las migraciones forzadas, por la pobreza, por el desempleo, por la persecución política, son un fenómeno real, inevitable, además de que los seres humanos tienen el derecho a la movilidad por las razones que sean.
Las migraciones se han dado desde que el mundo es mundo. Muchas naciones se fundaron en base a las movilizaciones de pueblos enteros.
Y en el caso de este hemisferio, los pueblos, especialmente centroamericanos, se mueven en masa. Mucha gente se ve obligada a cambiar de suelo, a transterrarse porque no tiene márgenes de maniobra para sobrevivir en su propia nación.
En estos días, se dirige a territorio mexicano, una enésima caravana, ahora de mayoría hondureña. Parte de la pobretada se viene a México para intentar pasar la frontera norte e instalarse en EU “a probar fortuna”.
Unas tres mil personas presionaban, la mañana de este lunes 20 de enero, en uno de los pasos del río Suchiate, en Ciudad Hidalgo, estado fronterizo de Chiapas, a soldados de la Guardia Nacional para que les abrieran las puertas de México.
La intención de los migrantes es sólo atravesar territorio mexicano, su único camino para llegar a Estados Unidos.
Sin embargo, ante la negativa de los soldados mexicanos de permitirles el paso, muchos jóvenes centroamericanos agredieron a pedradas a los Guardias Nacionales.
El destino de los migrantes centroamericanos (la mayoría proveniente del empobrecido Honduras), que se desplazan masivamente desde sus países de origen, es el vecino del norte. Ellos van por hacer realidad el sueño americano en sus ojos, en sus oídos, en su nariz, en las yemas de sus dedos y en las papilas gustativas de su lengua. Huyen de la pobreza, del desempleo, de las nulas oportunidades de sobrevivir, de la violencia de la delincuencia organizada.
Pero en su camino hacia su sueño se enfrentan, en la actualidad, más que en lo pasado, al muro mexicano. A la política migratoria del gobierno mexicano, que los rechaza, haciendo de Border Patrol de Trump para evitar que lleguen a la frontera norte y “compliquen” más a los migras estadounidenses. Y vayan a engrosar las multitudes que esperan del lado mexicano una oportunidad para asentarse en suelo estadounidense.
Pero los migrantes no son el problema verdadero. El problema es que Trump los detesta y el gobierno de México tiene, a fuerza, que doblar la cabeza ante la majestad del emperador. Pareciera que López Obrador, de izquierda, nacionalista, y todo, no tuviera otra alternativa más que estar al servicio del gobierno de Trump. Y vaya que no la tiene.
Así, la política migratoria del gobierno mexicano deviene en deleznable, pero es imposible que tenga otra porque el gobierno mexicano es dependiente de los designios de Washington y de Wall Street en todos los terrenos.
¿Será, por otro lado, que es muy pronto para que los programas mexicanos de apoyo financiero a Centroamérica empiecen a tener frutos en la creación de empleos en los tres países del istmo que expulsan más gente hacia Estados Unidos?
López Obrador, hace más o menos un año, apenas empezaba su gobierno, hizo alarde de un apoyo de 100 millones de dólares a Guatemala, El Salvador y Honduras. Se crearían empleos y se impulsaría el desarrollo, particularmente en el campo, con el programa
Sembrando Vida, para arraigar a la gente en su lugar de origen, pero o no es suficiente o ha fracasado ese programa, en este caso, en Honduras.
Pero no es fácil sacar conclusiones. Criticable la política mexicana. Pero que se puede hacer para darle la bienvenida a los migrantes en suelo mexicano. Es una gran bronca. No es poco 3,000 personas desplazándose desde aquel país istmeño. Y los que tienen que cargar con muchos de ellos son los tapachultecos. En Tapachula, la ciudad mexicana más próxima a la línea fronteriza con Guatemala, se ha vuelto invivible. Si antes de que creciera la migración las contradicciones económicas y sociales en esa área del Soconusco eran insufribles, imagine cómo estará la situación socioeconómica, en la actualidad, con el incremento exponencial de la población por el fenómeno migratorio.