Petulancia y soberbia, venenos fatídicos de la 4T

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ÍNDICE POLÍTICO

Por FRANCISCO RODRÍGUEZ

No hace mucho, un literato laureado con el Nobel llegó a la conclusión de que la ética era similar a la digestión: cada uno tenía la suya. Los más despóticos presidentes norteamericanos, parafraseando al Tercer Reich, sentenciaron que al su Imperio ‎le tocaba escribir lo que quedaba de la historia de la doliente humanidad.

En ese intríngulis de derrumbe de valores, feroz belicismo y vasallaje indiscriminado y ventajoso se encuentra el mundo, atrapado entre la devastación y la extinción, ante los umbrales de agresiones regionales que pueden llevarnos inexorablemente a una tercera guerra.

Sí ésta fuera cruenta y despiadada, no dejaría de ser una injusta agresión de los más ricos –que controlan el 95% de los ingresos planetarios– contra los desvalidos y miserables que son vistos sólo como carne de presa de los ambiciosos poderes financieros, bélicos y comunicativos transnacionales.

Si la tercera guerra fuera incruenta no sería menos despiadada, toda vez que representaría la prolongación ominosa de las condiciones de explotación a la medida de los centros dominantes, que se encuentran bajo el apetito de mentalidades terroristas.

Estas tienen como objetivo eliminar las fronteras territoriales de las naciones para unificar el pensamiento humano en un sentido unipolar y monocorde, tal como es concebido por el terrorismo global. Lástima por aquellas naciones que todavía sufren este fenómeno frente a sus ventanas.

El belicismo enmascara el saqueo a los países pobres

La segunda gran potencia mundial, como ha sido llamada la opinión pública por cierto grupo de pensadores conspicuos, ha presentado un frente común contra las invasiones preventivas, las amenazas contra supuestos “ejes del terror”…

… refiriéndose a naciones ubicadas entre el Ecuador y el Paralelo 38 del planeta, habitadas por iraquíes, libios, afganos, mexicanos y coreanos, entre otros, para avalar el saqueo indiscriminado de las materias primas en los cinco continentes y aun la rapiña desenfrenada…

… que han desplegado, enmascarados de filantropía en las naciones más ‎pobres del archipiélago indico y las naciones del Mar de China, devastadas por hecatombes naturales. Todo ello a cambio de garantizar el control de sus luchas intestinas e imponer la supremacía universal.

Caos, cuando los lidercillos provocan el totalitarismo

El imperio de la razón, oportuno y necesario, pero nunca suficiente, debe estar apoyado en auténticas luchas de liberación de gobiernos populares en alianza con sus sociedades nacionales. De esa manera habría condiciones para restablecer un orden interno que recompusiera los equilibrios, para hacer que prevalezca el derecho humanitario.

Pero cuando en las naciones que están obligadas a hacerlo germinan lidercillos petulantes y soberbios que, en lugar de luchar contra el totalitarismo lo provocan, todo se convierte en caos. Porque la petulancia es un defecto que perjudica enormemente al que la incentiva como al que la sufre.

Petulante, el Caudillo dice que tras él… el diluvio

Esa postura de promover en el desastrado inicio de un mandato sexenal reformas pendencieras que derrumban los cimientos de una Nación, que confrontan a los poderosos con los débiles sin acertar quien merece los premios y quién los castigos, todo en función de un populismo trasnochado, ha dado al traste con cualquier esperanza de cambio para mejorar.

Al contrario, sume al país en el descrédito internacional, a la economía en un prolongado estancamiento, con mayúscula inflación, inminente devaluación y creciente encono, mientras el Caudillo sentencia a diario que sus reformas llegaron para quedarse, que son irreversibles contra todo intento de modificación, aunque éste sea promovido por dirigentes electos en el futuro inmediato.

La soberbia es el amor desordenado de sí mismo

Una pobre transformación que no ha podido aplicar un ápice de justicia elemental se yergue como la dictadora de un nuevo país, muy diferente a aquél con el que soñaron los votantes de julio del 2018. Ha nacido un gnomo político, poblado en sus cúpulas dirigentes por corruptos, inexpertos e ignorantes.

Cuando se juntan la petulancia y la soberbia es como cuando se encuentran en una mesa el hambre y las ganas de comer. Son, como todos los binomios, inseparables y demoledores.‎ El atributo personal de la petulancia se posesiona de las almas débiles y por lo mismo rencorosas, revanchistas y vengadoras.

‎La petulancia entre los líderes de naciones grandes y chiquitas debe entenderse en íntima relación con la soberbia. Esta falta moral es repetidamente señalada pero poco reflexionada en cuanto a su naturaleza. Una definición clásica remite a que la soberbia es el amor desordenado de sí mismo.

Esto significa que el petulante dará más importancia a los propios anhelos, a la propia condición que a la ajena. Por ello es entendible que se considere a la soberbia como la raíz de los otros vicios, de los demás defectos. El soberbio y petulante se ve a sí mismo como el ideal, sin que existan posibles fallas, circunstancia por la cual será reacio a intentar cambiar, porque sólo puede mejorarse lo que se asume como imperfecto.

La 4T se ha convertido en nuestra particular tercera guerra

En el modo petulante se expresa esta soberbia tanto en la oralidad como en el comportamiento para con otros. Así, se referirán las acciones propias como grandes hechos, como dignas de ser replicadas por los demás. El petulante descalifica cualquier observación ajena por el solo hecho de que proviene de otra persona.

Sin que por ello se considere si la observación es positiva y si puede agregar algún valor. Todo este tipo de comportamiento se ve reflejado en un intento permanente y cotidiano por ser el centro de la atención en todo, en cualquier momento.

Por ello no podemos coincidir con el gran Tony Camargo: el año viejo no “nos ha dejado ni una chiva, ni una burra negra, ni una yegua blanca”. Sólo la atadura a un sub ser de peluca anaranjada, frente a la burla hemisférica y frente a la indefensión mundial. La Cuarta Transformación se ha convertido en nuestra particular tercera guerra.

¿30 millones de votos para revocarle el poder al Caudillo?

Empezamos el nuevo año en manos de los fascistas de izquierda. Ante la incapacidad demostrada del Caudillo y de sus operadores. Observando la misma película del primer año, con todos escondidos bajo el ropaje falso de los treinta millones de votos.

Envalentonados por un apoyo popular que ya no existe, pero que se usará para pedir que en cualquier ejercicio de revocación de mandato, si llega a darse, exigirán mínimo esos treinta millones para defenestrarlo. La inconsecuencia vil.

¿No cree usted?

Índice Flamígero: Apenas se conocían los resultados de las elecciones de junio de 2015 y el entonces senador perredista Miguel Barbosa declaró que “la soberbia de Andrés Manuel López Obrador parece infinita”. Luego, en un poco aplaudido salto split, el hoy gobernador de Puebla llegó a Morena, y en una segunda oportunidad obstuvo el cargo… sólo para desde él mostrar al respetable su propia petulancia. + + + Napoleón Gómez Urrutia debe aclarar cuales son los compromisos políticos y económicos que tiene con Canadá, país al que recientemente viajó el 2 de enero, con pasaporte de ese país y, en donde es un prominente empresario e inversionista, situación que choca con su papel como senador de la República. ¿A cuál país debe lealtad Gómez Urrutia, a México o a Canadá?, sobre todo si es legislador, se preguntan juristas y dirigentes sindicales. De acuerdo a denuncias de líderes mineros, Gómez Urrutia se mantiene como accionista de la importante cadena de restaurantes Nuba Group Inc., con sede en Vancouver, en donde vivió por espacio de 12 años, entre 2006 y 2018. Dicho corporativo tiene registrados domicilios en West Hasting Street 207 y Seymour Street 1206 en Vancouver, Suite 800 West Georgia Street 1090, de acuerdo con el Ministerio de Finanzas de Columbia Británica, Canadá. Ismael Leija Escalante, líder del Sindicato Democrático Minero, afiliado a la Unión Nacional de Sindicatos Minero-Metalúrgicos y Metal Mecánicos de México, UNASIM, que agrupa a 100 mil obreros, recuerda que el presidente Andrés Manuel López Obrador, sostiene que no hay mexicanos por encima de la ley, pero Gómez Urrutia si lo está, como queda demostrado. El 30 de junio de 2014 Napito obtuvo la nacionalidad de Canadá y el 18 de agosto, el mismo Gómez Urrutia difundió públicamente la noticia, porque representaba su principal arma legal para evitar el cumplimiento de la orden de extradición por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, que continuaba vigente desde 2008, cuando fue solicitada por la administración de Felipe Calderón. Napito anunció en 2018 que renunciaba a la ciudadanía canadiense, con el fin de poder ser senador, pero ¿entonces por qué viajó a Canadá a inicios de este año utilizando un pasaporte de ese país? La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos define en el artículo 32 parámetros para evitar conflictos de doble nacionalidad, señala que “El ejercicio de los cargos y funciones para los cuales por disposición de la presente constitución se requiere ser mexicano por nacimiento, se reserva a quienes tengan esa calidad y no adquieran otra nacionalidad”. Para ser senador de la República se requiere ser mexicano por nacimiento, como lo es él, pero si tiene doble nacionalidad queda invalidado para el cargo. Con una agravante más, en el artículo 55 apartado III de la Carta Magna se indica que los senadores y diputados deben ser originarios de la entidad federativa en que se haga la elección o vecino de ésta, con residencia efectiva de más de seis meses anteriores a la fecha de ella. En el momento que se le eligió senador plurinominal, Gómez Urrutia tenía 12 años de vivir en Canadá, lo cual es público.

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