Ciudad de México, México.– Por su frecuencia, el cáncer de pulmón se ubica entre los primeros cinco lugares dentro de los tumores malignos y el primero en mortalidad, y el tabaquismo es el principal factor de riesgo para desarrollar esta neoplasia maligna.
En esta dependencia se cuenta con tres clínicas para dejar de fumar: en el Hospital General de México y en los institutos nacionales de Cancerología (Incan) y de Enfermedades Respiratorias (Iner), donde personal multidisciplinario brinda las mejores alternativas para controlar la adicción al tabaco.
La unidad funcional de cáncer de pulmón del Instituto Nacional de Cancerología (INCan) registra alrededor de 450 casos nuevos cada año, la mayoría de ellos en estado avanzado de la enfermedad, lo que limita la recuperación del paciente.
El cáncer de pulmón se caracteriza por ser uno de los más letales, debido a la rápida multiplicación de las células cancerígenas y su difícil detección. Cuando el paciente empieza a manifestar los síntomas como pérdida del apetito, tos y dolor, es porque el tumor está en etapa avanzada, con un pronóstico de sobrevida de un año.
La unidad funcional de cáncer de pulmón atiende a 607 pacientes, a quienes se les otorgan diferentes alternativas de tratamiento como cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia blanco dirigida e inmunoterapia, además de atención nutricional, psicológica y psiquiátrica.
Actualmente esta neoplasia maligna afecta por igual a hombres y mujeres, debido al incremento del hábito tabáquico que se ha registrado en los últimos años en la población femenina.
Y es que de acuerdo con datos del Iner, el cigarro contiene más de cuatro mil 700 sustancias químicas, entre ellos irritantes tóxicos, mitagénos y carcinogénicos; sin embargo, al abandonar el consumo, disminuye el riesgo de desarrollar no solo cáncer de pulmón, sino otras enfermedades, tanto en el fumador como en su familia, amigos y personas cercanas.
Algunas de las enfermedades que se presentan por el consumo de tabaco son menopausia precoz, infertilidad primaria, cáncer de boca, de colon y estómago, cérvicouterino, de mama, de garganta, de próstata y de piel, así como osteoporosis, disfunción sexual femenina y masculina, daños odontológicos, asma infantil y en adultos y Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).
La adicción al tabaco está fuertemente relacionada con dos dependencias, la física y la psicológica. La primera es la necesidad imperiosa de fumar por falta de nicotina en el organismo, y la segunda es el deseo de seguir fumando por la asociación básica de eventos y emociones.
En ese sentido, el tratamiento en las clínicas para dejar de fumar es cognitivo conductual, con tratamiento psicológico para la iniciación de la abstinencia, mantenimiento y prevención; así como médico, que incluye estudios de gabinete y laboratorio con radiografía de tórax, electrocardiograma, espirometría, estudios de sangre y de expectoración.
