Ciudad de México, México.– La diputada Dolores Padierna Luna, vicepresidenta de la Mesa Directiva, afirmó que la decisión de incrementar el salario mínimo “sustancialmente por arriba de la inflación”, es una medida que permitirá recuperar el poder adquisitivo, y rechazó los argumentos que se utilizaban para mantenerlo deprimido.
“Bajo estas consideraciones para 2020 se determinó un incremento de 20 por ciento al salario mínimo que permitirá reducir la brecha. La política más adecuada es la de una recuperación paulatina del poder adquisitivo del salario mínimo, que es precisamente la aplicada por la actual administración”, indicó en un comunicado.
Padierna Luna agregó que el incremento del salario mínimo beneficiará de manera automática al 15.1 por ciento de los trabajadores asalariados y remunerados que tienen ingresos de hasta un salario mínimo, es decir 5.8 millones de personas.
Recordó que por muchos años la percepción mínima no se determinó en función del mandato constitucional, ya que se establecía a partir de la inflación estimada para el año siguiente, la que muchas veces quedaba por debajo de la real.
“De esta manera, el salario mínimo no sólo era insuficiente para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, sino que fue perdiendo poder adquisitivo”, expresó.
La diputada recordó que para justificar la política salarial se argumentaba que el incremento al salario mínimo que permitiría cumplir con el mandato constitucional tendría un impacto negativo en la inflación, ya que también se podría trasladar a los demás salarios, además de que se utilizaba como índice de referencia para la determinación de una gran cantidad de bienes y servicios.
“En la reforma constitucional de 2016 se estableció que el salario mínimo no podría ser utilizado como índice, unidad, base, medida o referencia para fines ajenos a su naturaleza, con lo que se eliminó uno de los pretextos que se utilizaban para mantener deprimido el salario”, expuso.
Padierna Luna refirió que en 2019 cambió la política salarial y el salario mínimo se incrementó 16.2 por ciento muy por encima del 3.4 por ciento de la inflación estimada para ese año.
“La realidad ha demostrado que el aumento al salario mínimo no afecta a la inflación, la que no sólo no se ha incrementado, sino que ha mostrado una clara tendencia a la baja”, concluyó.