Ciudad de México, México.– Un estudio publicado por la revista inglesa British Medical Journal, confirma el vínculo directo que guarda el consumo de bebidas azucaradas con la mayor incidencia de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares, mientras establece la relación directa entre este y la prevalencia de cáncer.
La investigación rescata las cifras recientes del Global Burden of Disease, (esfuerzo internacional orientado a la observación e investigación en torno a las causas de las enfermedades globales) haciendo énfasis en el grave problema que lo anterior representa en un contexto en el que durante los últimos 25 años, el consumo excesivo de bebidas azucaradas ha aumentado cerca de 40%, privando además, la relación entre un menor desarrollo del país y un mayor consumo de bebidas azucaradas, lo cual implica que haya más gente enferma, con menores posibilidades de acceder a servicios de salud eficientes.
Un resultado importante es la inclusión de bebidas con fructuosa (aun siendo naturales) cuyo consumo implica un riesgo dado que, a diferencia del consumo directo de la fruta en su estado natural, al ser extraído el jugo, se retira la fibra y se liberan los azúcares en el organismo.
La publicación señala que el consumo diario de un vaso pequeño de bebida azucarada con fructuosa o sacarosa, principalmente, incrementa en 18% el riesgo de padecer cáncer en general y en 22% el riesgo de padecer cáncer de seno. En este caso es importante destacar que hay bebidas rehidratantes que incluyen en su proceso de elaboración este tipo de azucares que se metabolizan en el hígado, por lo que es importante consumir aquellas que tengan glucosa, ya que son ideales como transportadores de electrolitos y se metabolizan en el organismo.
“La asociación entre las bebidas azucaradas y el riesgo de cáncer ha sido poco investigada, sin embargo, esta relación genera mayor preocupación dada su viabilidad ya que las bebidas azucaradas están directamente asociadas con el riesgo de obesidad, que a su vez se reconoce como un importante factor de riesgo para múltiples tipos de cáncer, además de incrementar el tejido adiposo, el consumo de estas bebidas puede generar resistencia a la insulina derivada de los altos índices glicémicos que se han asociado con cáncer de seno, cáncer hepatocelular y carcinomas derivados de la diabetes”, establece el estudio en su discusión.
Además, de acuerdo con la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer, los compuestos químicos en las bebidas azucaradas como el metilimidazol 4 que contienen ciertos colorantes, los pesticidas en los jugos de frutas y los endulzantes artificiales como el aspartame, podrían influir en la carcinogénesis. De ahí la importancia de consumir bebidas rehidratantes con índices glicémicos bajos que favorezcan la hidratación celular.
La investigación concluye que, dado que el consumo de bebidas obedece a patrones socioculturales que pueden modificarse, a través de la transparencia en la información nutrimental, en términos de brindar a los consumidores información clara sobre los ingredientes y porcentajes de azúcar de las bebidas y una mayor cultura de la buena alimentación, el riesgo que éstas implican puede ser modificable, con miras a una mayor prevención del cáncer.
En nuestro país, el 70% del azúcar añadida que se consume, proviene de las bebidas azucaradas, aunado a esto, la información real ofrecida a quienes las consumen, es reducida, ya que no se muestra tal cual en las etiquetas, por lo que se ha buscado regular que en el etiquetado aparezca la información nutrimental real de las bebidas azucaradas, hecho que la industria refresquera ha resistido de distintas maneras.
Los impactos que las bebidas azucaradas tienen en la salud nos llevan a pensar que deberíamos evitarles a toda costa, sin embargo, como consumidores nos enfrentamos a constantes seducciones por parte de las empresas refresqueras que por todas las vías posibles muestran el atractivo de sus bebidas.
