Ciudad de México, México.– Los barrenderos en la Ciudad de México recorren, en promedio y de manera individual, 1.3 kilómetros diarios. Si esa cifra se multiplica por los más de ocho mil que existen en esta urbe, alcanzan la distancia que hay entre México y Japón (10 mil 818 kilómetros), y en un acumulado de 34 días de labor, recorren el equivalente a la distancia entre la Tierra y la Luna.
Ellos te darán los buenos días tras escobas de vara de perlilla, de palma o de mijo, empujando un carrito recolector de dos tambos de 200 litros con base de ruedas. También son recolectores informales de afecto, “son apreciados por la comunidad, pues tienen la función básica de sacar uno de los problemas de la casa: la basura”, aseguró Héctor Castillo-Berthier, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM, en ocasión del Día del Barrendero, que se conmemora mañana, 8 de agosto.
“La gente les abre la puerta de sus hogares, aun con el estigma de que si andas en la basura estás sucio y hueles mal, pero saben que es por la naturaleza del trabajo”, dijo.
El más reciente Inventario de Manejo de Residuos Sólidos, del Gobierno de la Ciudad de México (2017), señala que existen alrededor de ocho mil 322 barrenderos que integran 159 cuadrillas; recorren 11 mil 33 kilómetros al día en seis mil 820 rutas, bajo la supervisión de 433 inspectores, con el uso de siete mil 931 carritos.
Barrendero y sociólogo
A principios de los años 80, Castillo-Berthier se empleó durante meses como “barrendero, machetero de basura en un camión y pepenador en un tiradero”, para realizar su trabajo recepcional de licenciatura en Sociología: “La sociedad de la basura”, de 441 páginas.
“La recolección de basura implica un sistema muy amplio. Además de los barrenderos están los macheteros, que acompañan al barrendero, y arriba del camión va el chofer y tres o cuatro extras, gente externa: ayudantes, vecinos, amigos o familiares que no tienen salario y su labor es hacer la clasificación inicial de la basura”, explicó.
El universitario detalló que antes de llevar los desechos a las estaciones de transferencia, la basura ya está clasificada y se convierte en mercancía que se vende en varias compañías interesadas en materiales industriales: cartón, fierro, vidrio, trapo, hueso, chácharas. “Ese dinero se reparte entre los trabajadores espontáneos, los voluntarios, como les dicen”.
El reglamento de recolección indica que barrer y recolectar basura es un servicio gratuito, “pero si perteneces a una empresa o negocio como hotel, restaurante o supermercado, requieres un trato específico y con otra frecuencia, y a la basura que se recoge de los negocios e industrias se les llama ‘fincas’. También hay ‘fincas’ en cada ruta de camión, no reguladas, y esos recursos son para el chofer, quien decide cuánto comparte con los voluntarios y macheteros”, expuso.
“Por ello me atrevo a decir que deben ser unas 50 o 60 mil personas las que trabajan directamente en la basura, y si le sumas a sus familias, la cifra asciende a 250 mil o 300 mil; todos ellos viven de la basura en la Ciudad de México”.
¡Se cooompraaan!
Las camionetas que por las calles de la CdMx ofrecen comprar colchones, tambores, refrigeradores y demás, no son de un mismo grupo, sino de varios, y van en búsqueda, desde hace 20 años, de un tipo de basura: material electrónico, que pepenan y venden en la colonia Renovación, en Iztapalapa, indicó el doctor en Sociología.
“Esos materiales se van a China; salen en contenedores, tres o cuatro mensuales, para ser reutilizados en nuevos aparatos. La basura en general siempre ha sido manejada por gente humilde, pero ahora, con las nuevas tecnologías y el tipo de materiales que se producen, han aparecido empresas que ven en estos desechos un negocio.
“La basura que antes era de los pobres, la quieren manejar los ricos, lo importante es avanzar en un economía circular de ‘basura cero’ (maximizar el reciclado), pero necesitamos involucrar a estos trabajadores”, subrayó.
Lo que se barre
Cifras oficiales del gobierno capitalino indican que en 2017 los habitantes de la CdMx y la población flotante generaron 12 mil 998 toneladas diarias de residuos sólidos.
Las delegaciones Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc originaron la mayor cantidad de residuos: dos mil 245, mil 735 y mil 316 toneladas diarias, respectivamente, debido a sus características demográficas y la presencia de establecimientos y servicios. Milpa Alta, Cuajimalpa de Morelos y Magdalena Contreras aportaron en total 568 toneladas diarias.
Ese mismo año la generación per cápita promedio fue de 1.37 kilogramos al día: Por encima de la media están la delegación Cuauhtémoc, con 2.47 kilogramos; Miguel Hidalgo, con 2.27; y Venustiano Carranza, con 2.01. En tanto, Milpa Alta y Álvaro Obregón registraron la menor generación, con 0.87 y 0.90 kilogramos, respectivamente.
Según Castillo-Berthier, en 1884 se contaba con 83 carros, 43 pipas y 136 mulas para el servicio de limpia en la ciudad; para 1886 el equipo de limpia estaba compuesto por 357 peones, 13 camiones recolectores y 70 carretones tirados por mulas, que recolectaban diariamente 700 toneladas.
En 1972, al desconcentrarse los servicios del entonces Departamento del Distrito Federal, el servicio de limpia quedó asignado a las otrora 16 delegaciones políticas, con 30 rutas de recolección que son la base del servicio actual.