Ciudad de México, México.– El número de indígenas en el país es incierto. Hay quienes aseguran que son 16 millones. Otros, que suman hasta 25 millones. Lo cierto es que viven en las zonas más inhóspitas del país, expoliados y/o usados para el discurso político. Su situación de pobreza y marginación es tan extrema como secular y sus comunidades se ubican en los umbrales de la pobreza extrema.
Por si fuera poco, su situación de atraso, desconocimiento de sus derechos, así como el desuso del castellano, los enfrenta contra las leyes del wachochi (como llaman al hombre blanco los rarámuris de Chihuahua). Se estima que en el país hay entre 6 mil y 8 mil indígenas presos por no saber defenderse en su idioma nativo.
Al respecto, asegura la senadora Leonor Noyola Cervantes, presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas del Senado de la República, es imperiosa la necesidad de reivindicarlos y liberarlos.
Con motivo de la semana de las culturas indígenas, que se conmemora del 22 al 25 de abril en las instalaciones de la Cámara Alta, la legisladora del PRD considera imperioso luchar por la dignificación de nuestros pueblos indígenas, motivo por el cual anunció que en breve se presentará una iniciativa para crear la Fiscalía Nacional de Defensa de los Pueblos Indígenas: “hay mucho por hacer en materia de política indigenista”, subraya.
México es un mosaico cultural y de diversos pueblos indígenas. Todos, tan coloridos como de costumbres y usos ancestrales. Todas con su propia lengua. En la actualidad hay 56 grupos étnicos que suman a más de 16 millones de mexicanos, habitantes de lugares inhóspitos y de difícil acceso.
Viven en las regiones más remotas del país, como montañas, cañadas y hasta desiertos. Aun así, subsisten, pero en condiciones precarias, de extrema pobreza. Desde siempre han sido utilizados para la fotografía folclórica, empero, sus necesidades y derechos pocas veces son reconocidos.
Hoy deben enfrentarse, también, a desplazamientos masivos de sus comunidades, a la invasión de sus tierras y al despojo de sus recursos. Son los Tzotziles y Lacandones del lejano sureste chiapaneco; también los Tarahumaras de las montañas y barrancas de la sierra de Chihuahua. Los yaquis de los desiertos de Sonora, o los vistosos huicholes de Nayarit y Jalisco. O bien, los mayas de la Península yucateca.
Pero su colorido y lucha milenaria por permanecer han resultado insuficientes para superar su condición de abandono. Hoy su presente y futuro podría cambiar de concretarse los objetivos planteados en diversas iniciativas lanzadas por la Comisión de Asuntos indígenas del Senado que buscan, entre otros asuntos:
Preservar su cultura e identidad indígena y de pueblos tribales; la conservación de sus tierras y el acceso a la justicia, reconociendo-protegiendo sus valores y prácticas sociales y culturales conforme a sus costumbres.
También, preservar sus lenguas. Son 68 formas de expresión hoy amenazadas y en riesgo de desaparición.
Absurdo resulta que en pleno siglo XXI, nuestros indígenas no gocen de los beneficios sociales y humanos de todos los mexicanos. Ello porque a los pueblos originarios se les ha dado un trato de “objetos”, como mercancía electoral, y no se les ha reconocido como “sujetos con personalidad jurídica, titulares de derechos y obligaciones, así como objetos de políticas públicas, censura la senadora Noyola Cervantes.
México es uno de los países de mayor riqueza lingüística. Existen, a lo largo del territorio, 68 lenguas maternas que, a su vez, comprenden 364 variantes pertenecientes a once familias. Empero, la multicularidad está en riesgo y amenaza con la extinción a diversas lenguas primigenias, alerta y reitera.
México, nación de culturas ancestrales, cuenta con más de 16 millones de indígenas. Es decir, poco más del 10 por ciento de su población. No obstante, sólo siete millones de ellos conservan su lengua original. “De a poco las hemos perdido y urge trabajar en su conservación”.
La Comisión de Asuntos Indígenas del Senado de la República ha lanzado una iniciativa para su conservación, comprometiendo a los gobiernos estatales a destinar recursos para que prevalezcan, junto con sus usos y costumbres que, sin duda, enriquecen nuestra cultura.
Del 22 al 25 de abril, dicha comisión, presenta una semana cultural de los pueblos indígenas. Una gran agenda que comprenderán conferencias magistrales, talleres, eventos cantorales y artísticos, así como exposiciones gráficas.
Los festejos concluirán el 25 del presente mes a las 17 horas, cuando en el Senado de la República se le rinda un homenaje a Yalitzia Aparicio por la reivindicación que ha hecho de la cultura indígenas, desde la película Roma, de Alfonso Cuarón.