Análisis a Fondo
Bueno, eso promete el procurador fiscal de la federación
No a persecuciones políticas so pretexto de daño al fisco
Por Francisco Gómez Maza
Desde principios de la década de los 80, cuando el aparato productivo no era tan grande como el de la actualidad, la gran bronca del Erario ha sido el latrocinio, a través de la evasión y elusión fiscales, sobre todo de los más poderosos “contribuyentes”.
Miles de millones de pesos se han quedado en las cuentas bancarias de empresas de todo tipo, así como de poderosas personas físicas. Y siempre las autoridades, el presidente de la república, el secretario de Hacienda y los encargados directos de los tributos se han hecho de la vista gorda, sobre todo con empresas poderosas.
Han circulado profusamente serias informaciones de quiénes, qué personas morales, qué personas físicas son grandes defraudadoras, o que se niegan a pagar sus impuestos, o hacen trampas contables, facturaciones mañosas, para eludir sus obligaciones con el fisco y, lo peor, de quienes reciben el beneficio ilegal de la devolución de impuestos millonarios por parte de Hacienda, mientras a los contribuyentes pequeños el SAT los mantiene atados, como si fueran condenados a muerte, y no les perdonan ni un centavo.
Para qué dar cifras. Me conformo con asegurar, y basta, que se trata de miles de millones de pesos, que no ingresan a la caja registradora de la Tesorería de la Federación y que, gracias a ello, el gobierno no puede realizar más obras de infraestructura en beneficio, sobre todo, de las regiones más necesitadas de ello en el país.
Pero llegó el comandante y mandó parar…“Se acabó la fiesta”: La Procuraduría Fiscal anunció que irá ya contra los evasores (se supone que contra los potentados). Terminó el permiso para robarle al fisco, que eso es la evasión y elusión de impuestos, y la culpa no es sólo de los evasores y elusores, sino principalmente de las autoridades que, a sabiendas, han permitido que los ricos se enriquezcan aún más en medio de la ilegalidad, el robo, la evasión y la elusión del pago de sus impuestos, dinero que no es de ellos, sino de la comunidad a través del gobierno.
Prácticas mañosas como la elaboración de facturas falsas (hechizas, como dicen coloquialmente quienes usan un caló muy interesante y enriquecedor del idioma; subfacturaciones, justificación de transas a las empresas y al fisco, se acabarán. Bueno, por lo menos eso promete el titular de la Procuraduría Fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda. Esperemos que no sea sólo discurso de principio de sexenio. Y que luego las aguas podridas de la defraudación tomen de nuevo su madre. Tendrán las autoridades que acabar de tajo con esas prácticas delictivas, pero sobre todo que afectan el desarrollo del país, pues por culpa de ellos no se realizan beneficios particularmente para las zonas subdesarrolladas del país.
Y una práctica empresarial que clama venganza y que fue auspiciada por los gobiernos de la revolución silenciosa del neoliberalismo, la tercerización, llamada también outsourcing, que afectó muy negativamente al Fisco, pero sobre todo a los trabajadores, y benefició con creces a las empresas, deberá ser extirpada de las relaciones obrero patronales, porque también significó una evasión de impuestos verdaderamente escandalosa, pero aún más grave, una explotación criminal a los trabajadores. Y para quien esté fuera de la ley, promete el funcionario, caerá todo el peso del Estado; sea quien fuere, sin importar si es un pez chico o grande.
“Sea quien sea. Sea político, empresario, gente del medio artístico… quien esté dentro de la ley no va a tener problemas. Aquí no podemos distinguir entre unos y otros; aquí es un área técnica, no política, y nosotros lo tenemos que ver como tal; nosotros vemos esos delitos, nada más”, advirtió el funcionario. Los que “persiguieron peces gordos”, considera, no tenían legitimación para llegar al poder; al nuevo gobierno lo que le interesa es el apego a la ley. No eran peces grandes, sino perseguidos políticos, y aquí lo que no buscamos son persecuciones políticas; lo que queremos es acabar con la corrupción en primer lugar y terminar con estos esquemas fuera de la ley, defraudatorios, en segundo lugar”, pondera el procurador. Y lo único que hay para eso es la ley. El huachicoleo, el narcotráfico y los recursos de procedencia ilícita serán los temas que trabajarán de la mano con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda.