ÍNDICE POLÍTICO
Por FRANCISCO RODRÍGUEZ
Con una caterva de impresentables, fantoches y halcones, el Imperio reventado de las barras y las estrellas –de huesos y calaveras, diría Mark Twain— pone la bota militar en tierras colombianas, aprovechando la anfitirionía del Nobel ¿de la Paz? Juan Manuel Santos y de Iván Duque, “azote de dictadores”, para posesionarse de los restos de los vientres mineros, petroleros, diamantinos y auríferos de Venezuela.
Todo un acontecimiento. Es la primera vez en el presente siglo que los verdugos históricos de América Latina se atreven a dar el paso en el traspatio. No es casualidad, demasiado les han abierto el camino la cauda de vendepatrias que han asolado la región en nombre del neoliberalismo entreguista. Aquí nacieron los emblemáticos de esa vergüenza intercontinental.
El Comando Sur de Estados Unidos, una forma de llamarle a las tropas de intervención que siempre tenemos sobre la cabeza, se asienta en el campo de operaciones colombiano anexionista. Los “filantrópicos” israelitas atacan desde territorio brasileño, unamigou indispensable. Pero no contaban con los bombarderos nucleares rusos que surcan los mares del Caribe. Ésos son los indispensables en estos momentos.
La ruin estrategia de los Estados Unidos es atosigar Venezuela para que en su seno se revienten el alma opositores y golpistas contra militares, y después ellos aparezcan como siempre, cual la receta infalible. Como los “mediadores” interesados en poner la paz… y el gobierno títere que les convenga.
Quieren revivir la Guerra Fría, sobre los cimientos del anexionismo neoliberal
Nada de esto puede pasar. Donald Trump y sus secuaces, ignorantes como él, no saben que el mundo ya no se gobierna desde Washington. Llegaron los jueces de paz, en este caso los bombarderos nucleares rusos, que apoyan la pacificación en el área latinoamericana, la no intervención de los halcones del Pentágono…
… en la vida cotidiana de los países, la recomposición de fuerzas en un mundo que ya no es monocorde, ni responde a una sola voluntad imperial. Los tiempos de la Guerra Fría no pueden repetirse, como si dependieran sólo de las voluntades financieras y petroleras neoyorquinas y texanas.
Trump y los halcones republicanos que lo asesoran creen que con el apoyo de Londres basta, como cuando sentenciaba Enrique Santos Discépolo que “el mundo está hecho una porquería y está lleno de fantoches”, en el afamado tango “Cambalache”, expresión del pensamiento popular argentino de los 40’s del siglo anterior.
Quieren revivir la Guerra Fría, en una nueva versión que se apoya en los cimientos del anexionismo neoliberal de los Salinas de Gortari, Fox, Peña Nieto, Calderón, Zedillo y compañía mafufa de peones petroleros sindicales, que hicieron hasta lo imposible desmantelando y entregando, esperando que llegara este momento tan anhelado por ellos.
Lo que está en juego es la soberanía y la independencia de nuestros países
¡Lástima Margarito! Eso ya no se puede. Y como decía el gitano, “lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible”. Pasaron los tiempos de amarrar los perros con longaniza, de estampar la bota militar en el momento que quieran en el patio trasero. Pasó la hora de los filibusteros. Llegó la hora de los hornos.
Y aunque los socialistas de cartón, como Pedro Sánchez, dizque presidente de España, vengan a pontificar a Dominicana ante internacional socialistas de Rockefeller, trasnochados y errantes, que la sentencia de la Comunidad Europea, a modo de Trump, está por cumplirse, para que Venezuela se rinda ante los golpistas de Juan Guaidó, eso está por verse.
Porque lo que está en juego no es un régimen político de la orientación que usted quiera ponerle, lo que está en juego es la soberanía y la independencia de nuestros países para regimentar el gobierno que queramos, y si se trata de conservar las riquezas naturales, mucho mejor. Lo que está en juego es la supervivencia, no tanto el gobierno de Nicolás Maduro.
Se revela el patetismo de la corrupción, la impudicia y la incongruencia
Por eso es tan importante la definición de los gobiernos mexicano y uruguayo para establecer el diálogo, para sentarse a definir los modos y maneras que se distancien del invasor impertinente. La hora de América Latina empieza a definirse desde México, como rezaba el viejo slogan radiofónico, pero ahora sí de verdad.
De risa loca las abluciones y gorgoritos de los indeseables internacionales que quisieron echar su cuarto a espadas. Empezando por Jair Bolsonaro, un peón ofrecido al Imperio, para lo que guste el patrón. Siguiendo por todos los que se cambian de camiseta, se envuelvan en pieles de oveja, traicionen a sus países y aparenten lo que no se es.
El patetismo de la corrupción, la impudicia y la incongruencia se revela en toda su magnitud cuando las banderas y declaraciones de los dirigentes son desmentidas cruelmente por la realidad. Casi nadie se salva. Ante las prácticas sistemáticas del engaño y la mentira las hipótesis de la razón de Estado se han derruido, hasta alcanzar niveles lamentables.
La lengua corta y la cola larga de los señores Macron, Macri, Bolsonaro…
Emmanuel Macron, desde París ordena a Maduro ya no reprimir, mientras él hace la peor zalea de la masacre contra los “chalecos amarillos” que sólo piden atenuar la política monetaria francesa. Mauricio Macri, el argentino, culpa a Maduro de corrupto, pero se le olvidó que él encabeza la lista de los lavadores en el affaire Panama Papers.
En Inglaterra, La Pérfida Albión de siempre, el Parlamento denuncia amenazas venezolanas a la libertad de expresión, pero olvidan la cacería de Julian Assange, recluido en la sede diplomática ecuatoriana por órdenes del Imperio y de sus compromisos eternos con Washington. La Unión Europea no tiene para dónde hacerse, pues una base de la libre convertibilidad del euro está apoyada sobre las divisas del petróleo venezolano en Bélgica.
En México, los panistas egresados del conservadurismo de sacristía y los ortodoxos del librito reaccionario de Gómez Morin apuran la decisión pro-imperial ¿en cuál bandera se envuelve ese pensamiento meteco? Los priístas son de pena ajena. Los perredistas, ladran como perros de rancho, sin saber cuál ladró primero.
La lucha por la democracia sindical petrolera, clave del país que deseamos construir
México entero rechaza las provocaciones gringas. No es la primera vez que lo hacemos, pero ahora con mayor fuerza ideológica, con inteligencia, con moralidad. El triunfo de la reacción es moralmente imposible, decimos desde el Siglo XIX. Por ahí ya no es. Vivimos un mundo con varias referencias de poder, con un mayor abanico de posibilidades.
Esto lo entiende hasta el más zafio… bueno, algunos no. Por ejemplo, todos saben que en la lucha por la recuperación de la democracia sindical petrolera está la clave del país que deseamos construir. La lucha contra el charrismo sindical es la lucha que posteriormente tendrá que librarse por la autonomía petrolera, por la definición de nuestro modelo de desarrollo.
Enterrando a Carlos Romero Deschamps se entierra buena parte del servilismo. Los tinterillos laboristas y los huizacheros penales que aconsejan prudencia al nuevo régimen revelan su compromiso con los indeseables. Deben mirarse en el espejo venezolano. Hasta ahí podemos caer si no actuamos antes con decoro, compromiso y valentía.
El traspatio de los Estados Unidos ya no está en ninguna parte. En buena hora
Venezuela no está tan lejos de México. Su hora es la nuestra. Pero todavía podemos influir en que el destino de los conflictos no esté regido por la bota militar republicana. Ya no está el horno para bollos. El traspatio de los Estados Unidos ya no está en ninguna parte. En buena hora.
Todos debemos cerrar filas contra la provocación gringa. Es un momento de emergencia y de definiciones nacionales. Todos debemos cerrar filas en favor de la lucha contra los entreguistas petroleros, en el sindicato, en el gobierno y en donde sea.
La hora de América Latina es la nuestra, debe fijarse desde México.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: En las “benditas redes sociales”, corre el mensaje de una joven colega radicada en nuestro país: “Soy venezolana, joven, profesional y habitante de este país solidario. En estos momentos inéditos en nuestra historia republicana, necesitamos MÁS QUE NUNCA del apoyo de los pueblos, ya que muchos de los gobiernos de América Latina nos han dado la espalda. Desde el 23E me sorprende (como profesional de la comunicación) la descarada cantidad de MENTIRAS que se han difundido acerca de este país y nuestra realidad. En Venezuela tenemos la mayor reserva de petróleo del planeta, ahora se está certificando la primera reserva de oro, somos la cuarta reserva de gas, estamos entre las 10 mayores reservas de agua, contamos con la mayor reserva de thorium, etc. Esos son los recursos que quieren Estados Unidos y Europa (junto a los gobiernos títeres de América Latina). Es cierto que en la actualidad vivimos duros momentos económicos, pero deben preguntarse el ¿por qué? EEUU marca el precio del dólar y nos bloqueó financieramente, lo cual imposibilita transacciones internacionales (sumado a que ha financiado manifestaciones violentas y destructoras). A pesar de eso el gobierno ha asumido la tarea titánica de paliar esta situación por medio de cajas de alimentos, bonos y ayudas económicas. Nosotros como pueblo estamos organizados y sobre todo CONSCIENTES de nuestra realidad. Durante el mandato de Hugo Chávez, este país gozaba de la mejor calidad de vida del continente, pero la rebeldía de este pueblo, encabezado por Chávez, al defender nuestra soberanía, es lo que no nos perdonan. Acá estamos EN PAZ, estamos en total normalidad, no existe la llamada “crisis humanitaria” de la que hablan los medios y mucho menos la masacre que CNN ha dicho. Como habitante de este pueblo pacífico, pido a ustedes, pueblos del mundo, que no crean en las grandes corporaciones mediáticas, que tienen evidentes intereses económicos. Investiguen, lean, duden. No permitan que la guerra nos destruya, porque el costo humano es impensable. Venezuela ha ayudado a muchos países, ha cobijado a 12 millones de extranjeros, ahora necesitamos que nos ayuden, ustedes, ciudadanos del mundo. Organicen concentraciones en apoyo de este pueblo, por la paz y más allá de sus gobiernos, que no tienen interés de ayudar sino de matar y apoderarse de nuestros recursos. COMPARTAN este escrito por WhatsApp y las demás redes. NO SE TRATA SOLO DE VENEZUELA, SE TRATA DE TODA AMÉRICA LATINA”
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