El final del narco huachicoleo

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Análisis a Fondo

Es el neoliberalismo

Por Francisco Gómez Maza

Escandaloso, brutal, el saqueo que los discípulos del neoliberalismo hicieron del erario y de la otrora empresa de México, Petróleos Mexicanos, a la que convirtieron en la fuente de sus inmensas riquezas personales, producto de su latrocinio. El robo asqueroso a la empresa petrolera es el símbolo de la gran corrupción aderezada con la simulación, el cinismo y, sobre todo, la impunidad de los gobernantes del PRIPAN. ¿Seguirán en la impunidad estos pránganas ladrones que todos conocemos?

Ya lo hemos compartido en este espacio. Sentó, en este otrora “cuerno de la abundancia”, sus reales la economía de casino, la economía de suicidio, el capitalismo salvaje, el neoliberalismo de Milton Friedman, que privilegia a los poderosos muy poderosos, los que están apropiados de los grandes medios de producción, y excluye a las inmensas mayorías, pagándoles salarios de miedo, de hambre, por su mano de obra.

Y ahora, después de un desfile de ladrones, cómplices de las bandas del narco, el país está en ruinas y la empresa de México está en quiebra, saqueada, durante 30 y tantos años, por gobernantes, sus propios ejecutivos y por los líderes del sindicato petrolero (Por algo anda huyendo Carlos Romero Deschamps. Lo fotografiaron en una mesa de equis restaurante de Buenos Aires. Por algo, Peña está calladito. ¿Por qué así se ve más bonito?) Y el robo en los ductos, en las tomas clandestinas, es más que nada un distractor para ocultar el saqueo de Pemex por los grandes. Estos mismos apoyan a los huachicoleros de campo para ocultar la rapiña huachicolera al interior del establecimiento, de Pemex y de las arcas nacionales.

Ah. Pero un escandaloso grupo de siervos de la oligarquía, entre ellos varios que se autodenominan intelectuales (siempre hay seudointelectuales al servicio del capitalismo salvaje), encabezado por medios de información y propaganda, periódicos impresos, estaciones de radio, cadenas de televisión, pegan el grito en el cielo porque el gobierno decide investigar a los ladrones de cuello blanco, controlando la circulación de la gasolina por los ductos para descubrir a los ladrones y cerrar las tomas clandestinas. Y la gente se queda haciendo largas colas frente a las estaciones de servicio de combustibles, porque los ductos por donde se robaban millones de litros de gasolina los ha cerrado Pemex para investigar y reconstruir los tramos por donde se abrían las tomas clandestinas. No es irresponsabilidad. Es que es necesario cerrarlos. Y la mayoría, de acuerdo con el periódico Reforma, que no es ni lopezobradorista, ni madurista, ni castrista, apoya la medida.

Un 73 por ciento de mexicanos que apoya la acción presidencial y, en este caso, la mayoría tiene la razón. Los mexicanos ya no se van con la finta del engaño de la televisión, ya no se hacen eco de los diletantes oligarcas de la incomunicación. Ya son mayores de edad y saben que los neoliberales del Banco de México, del Opus Dei, del ITAM son enemigos del pueblo y, por tanto, enemigos del nuevo gobierno.

Pero esa minoría, te aseguro, mijo, no pasará, a pesar de que cuenta con el apoyo de los grandes oligarcas nacionales y extranjeros, que quieren presentar al nuevo México como otra Venezuela, como otra Cuba. Las minorías siempre dirán que el gobierno les quiere quitar sus propiedades para dárselas a los pobres, que están pobres por flojos. Así piensan los amigos de la oligarquía, de la burguesía financiera, de los capitalistas salvajes. Así piensan los ignorantes.

Y aquí estamos, querido Shandro, siendo testigos del cambio. Siendo testigos de cómo se acaba una época de saqueos, de latrocinios, de robos en despoblado, que encabezaron las clases dominantes, los líderes corruptos de aquella falsa revolución y los políticos del nacoimperio del PRI y del PAN. Esperamos que pronto caigan en manos de la justicia y sean juzgados por traición a la patria. Tú y yo los conocemos.