Ciudad de México, México.– Durante la época decembrina, en países como Estados Unidos aumentan entre 15 y 20 por ciento los fraudes electrónicos, porque la gente accede a diversas páginas en búsqueda de ofertas, y comparte por la red o dispositivos móviles información importante como números de cuenta o claves de acceso. Se estima que esta cifra es similar en México, resaltó Fabián Romo Zamudio.
El director de Sistemas y Servicios Institucionales, de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la UNAM, refirió que según estadísticas de 2017 de la Asociación de Internet.mx, en nuestro país poco más del 26 por ciento de todas las transacciones comerciales realizadas por personas físicas son electrónicas.
Pero desde octubre se incrementan las compras en 19 por ciento, llegando hasta 31 por ciento del total, y en los dos últimos meses del año esa actividad alcanza casi el 40 por ciento de todo el volumen de compras.
Es una cifra baja si se toma en consideración que en naciones como Finlandia, Suecia o Suiza llegan hasta 80 por ciento en esa temporada. No obstante, “cada vez hay más gente con teléfonos móviles, que tienen tarjetas de crédito o débito y se ubican en edad productiva, lo que aumenta el riesgo de sufrir cierto tipo de fraudes”, precisó.
Algunas prestaciones de fin de año como aguinaldo, primas vacacionales, utilidades y hasta los ahorros sirven a la población para solventar deudas, hacer adecuaciones en su hogar, adquirir productos de primera necesidad o comprar regalos, y si las transacciones son electrónicas, muchas veces no se tiene la precaución de verificar que los sitos sean seguros.
A esto se suma que en las redes sociales se comparten fotografías de las actividades que realizamos, de lo que compramos o lo que regalamos, exhibiendo nuestro estilo de vida y poder adquisitivo, lo que representa un factor de riesgo porque nos exponemos a suplantación de identidad, a robos o secuestros en el ámbito físico, advirtió.
Romo Zamudio subrayó que otro problema es que los usuarios utilizan la misma contraseña en casi todas sus cuentas, y si alguno de estos servicios es atacado o comprometido, los ciberdelincuentes obtienen prácticamente toda la información que necesitan de sus víctimas.
Para proteger nuestros datos, concluyó, es indispensable contar con una cuenta maestra de correo electrónico, es decir, una cuenta que no compartirá contraseña con otras aplicaciones y que sólo se use en servicios clave de las cuentas electrónicas para recuperar el control y la información en caso necesario.