Inteligencia Competitiva
Por Ernesto Piedras
En una de esas costumbres por demás productivas, en días pasados fuimos convocados como cada año por Jose Otero, Director para LatAm y el caribe de 5G Américas, a nuestra ya acostumbrada reunión anual de industria y analistas, en donde se discute y analiza abiertamente este tema de la inminente evolución tecnológica, desde las ópticas tecnológica, regulatoria y de mercado.Lástima que autoridades y reguladores no participan de esta tormenta, no de ideas, sino de hechos duros, de propuestas y de mejores prácticas. Pero eso deberá ser materia de otros foros. ¡Ojalá!
Qué decir de la quinta generación de la conectividad móvil., que entre muchas otras características resulta ya en mayores velocidades de carga y descarga de datos, así como mejores indicadores de calidad y confiabilidad de red. Por ejemplo, menor latencia, mayores capacidades de transferencia de datos y una conectividad masiva de dispositivos.
A finales de 2017, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) publicó los requerimientos de estandarización para el desarrollo de servicios móviles para la operación de una red 5G. destacan la velocidad de descarga de al menos 100 Mbit/s y de carga de 50 Mbit/s; conectividad a un millón de dispositivos por km², por lo que requerirá de una densidad de radiobases de 40 a 50 por km², todo con una latencia no superior a 4 milisegundos.[1]
La evolución a 5G requiere del despliegue de infraestructura y del ejercicio de recursos de capital asociados, así como realizar la asignación de espectro radioeléctrico necesaria para la provisión de servicios de última generación. Esta migración requiere de la licitación y utilización de frecuencias del espectro radioeléctrico menores a los 6 GHz en bandas bajas, 6 – 30 GHz en aquellas medias y superior a 30 GHz en bandas altas.
Asimismo, su despliegue requiere de espectro bajo licencia y sin licencia, exclusivo y compartido. Otras condiciones esenciales para hablar propiamente de una red 5G, es alcanzar niveles de eficiencia espectral y energética, así como una confiabilidad de red superior a 99.999%.
En México, los esfuerzos desde el regulador deben fomentar la disponibilidad y optimización del espectro radioeléctrico requerido con la licitación de la banda de 2.5 GHz y la liberación de aquella de 600 MHz. Al respecto, en el lustro pasado se han más que duplicado las frecuencias disponibles puestas a disposición de los operadores móviles para su utilización comercial.
De acuerdo con estimaciones de la asociación 5G Américas y OVUM, al finalizar el próximo año sumarán 420 mil suscripciones móviles a redes 5G alrededor del mundo. Sus principales usos potenciales de servicios se concentrarán en las mejoras que experimentarán las redes móviles, a saber: en una conectividad ubicua confiable que no requerirá de su complementariedad con sitios públicos, una navegación ultrarrápida en internet móvil, la descarga de contenidos 10 veces más rápida, así como una mejor calidad de las videollamadas y de los videos descargados.
La migración a redes móviles de última generación no se limita a la estandarización de una nueva tecnología o a los planes de los operadores para transitar a 5G.
Es necesario satisfacer condiciones como la asignación y puesta en operación oportuna del espectro radioeléctrico, así como de la consolidación de un mercado de terminales móviles que permitan el aprovechamiento de una banda ancha móvil mejorada y de aplicaciones como el Internet de las Cosas (IoT).
En nuestro país se han colocado las primeras piedras para dar el paso a 5G.
Una ventaja inmensa de nuestra época es la visibilidad de la evolución tecnológica con la que contamos, para diseñar marcos legales, modelos comerciales y esquemas de inversión factibles. Aseguremos que estemos aprovechando este beneficio, para el óptimo aprovechamiento de esta evolución.