Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
En el límite, en el cierre del plazo, Canadá aceptó y firmó con EU un acuerdo que hace casi un mes habían ya concluido los negociadores mexicanos.
Al pasar el acuerdo ahora con nombre irrepetible a los congresos de cada país, quedaron atrás lo tensos momentos en los que el presidente norteamericano amenazó constantemente con tirar todo a la basura para irse por la vía de aplicar aranceles para el intercambio comercial.
En ese escenario, marcado por el carácter impredecible de un Trump que desde que llegó a la Casa Blanca fue dominado por un infantilismo caprichoso, los negociadores mexicanos Ildefonso Guajardo y Luis Videgaray, junto con su aliado estadounidense, Jared Kushner -yerno del mandatario estadounidense-, fueron cumpliendo paso a paso con un complejo proceso de negociaciones que siempre pareció caminar sobre un terreno minado en el que en cualquier momento todo podía volar por los aires.
En lo interno Guajardo y Videgaray tuvieron el acierto de incluir en el grupo de negociación a las cúpulas empresariales y financieras y a un grupo plural del Senado y, una vez pasadas las elecciones, no sólo asumir la nueva realidad sino abrirse a la participación de los representantes del presidente ganador Andrés Manuel López Obrador, pero sobre todo a las opiniones y recomendaciones de éste.
Fue sin duda un triunfo de niveles insospechados para ese grupo por demás heterogéneo encabezado por Guajardo y Videgaray, aquella escena en el Salón Oval donde Trump le marcó al presidente Enrique Peña Nieto para sostener un diálogo público sobre del acuerdo ya concluido entre México y EU.
Ahí Canadá estaba fuera. Pero el grupo mexicano insistió y metió a los canadienses al juego.
Ayer ese juego concluyó con un nuevo acuerdo entre 3. Un acuerdo que en el fondo es una derrota para un Trump voluntarioso e impredecible.
Un acuerdo que para México es esencial a pesar de que ha servido para concentrar riqueza y no generar en México ni equidad ni salarial, ni social, ni regional.
Eso corresponde ahora corregirlo a quienes han ganado el poder y se les entrega un acuerdo que genera riqueza y empleo.
EN LA CANCHA DEL SENADO
Como en EU y Canadá, en México el acuerdo firmado por los negociadores deberá ser ratificado tal como está, sin modificación alguna, por el Senado.
La ratificación sin embargo deberá ser analizada minuciosamente, dijo Ricardo Monreal, presidente de la mayoría senatorial de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política, para cuidar la soberanía y autonomía de México.
Luego de recibir una copia del acuerdo, reconoció el trabajo del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, Monreal dijo:
“No regateamos los reconocimientos a quienes lo merecen”.
Monreal entregaría luego una copia del documento a los coordinadores Damián Zepeda, del PAN; Miguel Ángel Osorio Chong, del PRI; Alejandro González Yáñez, del PT; Raúl Bolaños Cacho, del PVEM. En representación de las bancadas de MC y PRD, recibieron el documento los senadores Juan Zepeda y Clemente Castañeda.
Y VIDEGARAY DICE ADIÓS
En este contexto de satisfacciones y reconocimientos el secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray anunció que a partir del 1 de diciembre en que su amigo y jefe Enrique Peña Nieto entregue el poder a Andrés Manuel López Obrador él dirá adiós al sector público para irse a trabajar al sector privado.
El exsecretario de Hacienda se dijo orgulloso de haber trabajado bajo el liderazgo del presidente Enrique Peña Nieto.
Videgaray surgió a la política del grupo de Pedro Aspe, secretario de Hacienda en el gobierno de Carlos Salinas y quien -según las memorias del expresidente-, fue propuesto por él para ser el candidato sustituto del PRI a la presidencia de la República a la muerte de Luis Donaldo Colosio, pero fue rechazado por los panistas y entonces se abrió el paso a Ernesto Zedillo.
El ahora canciller mexicano se ligó a Peña Nieto luego de que entró a reorganizar las finanzas del Estado de México para luego ser el coordinador principal de la campaña presidenciales del de Atlacomulco y jefe de su equipo de Transición junto con Miguel Ángel Osorio Chong.
Desde la campaña de Peña Nieto, se mencionó a Videgaray como el más firme precandidato a sucederlo en la Presidencia de la República.
La cercanía de ambos, la influencia que ejercía en el Presidente era tal que se le llegó a considerar como el vicepresidente de hecho.
Todo se fue al pozo con la visita sorpresiva del candidato Donald Trump a Los Pinos. En medio de una feroz crítica que ya afectaba al Presidente, Videgaray renunció y asumió los costos de esa visita.
No estuvo mucho fuera y regresó como Canciller, pero desde el inicio se hizo a un lado de la contienda presidencial.
Hoy, lograda la renegociación del TLC, anuncia su retiro público.
Inteligencia pura, y sobre todo congruencia.
EL PODER JUDICIAL, PRINCIPAL OPOSITOR A AMLO
Ante la prematura disolución del Poder Ejecutivo frente al feroz e imparable activismo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, ha surgido como poder de contrapeso el Poder Judicial.
Para confirmarse como un poder autónomo, uno de sus brazos, el del Tribunal Electoral este fin de semana -y apenas a unas horas de que tomaran posesión los primeros alcaldes de la Ciudad de México-, echó atrás una resolución local y restituyó el triunfo del perredista Manuel Negrete en Coyoacán.
Con ello frustró las aspiraciones de la candidata de Morena, María Rojo a participar en una nueva elección.
En este mismo contexto se encuadra la decisión de recontar los votos de la elección a gobernador en Puebla que ratificó el triunfo de la panista Martha Erika Alonso y la derrota de Miguel Barbosa, candidato de Morena.
En ambos casos el presidente electo López Obrador había hecho comentarios a favor de sus candidatos y en contra de las autoridades electorales.
Pero la cosa no quedó ahí, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación también hecho atrás resoluciones de tribunales locales que beneficiaban a los candidatos de Morena y perjudicaban a los del PAN.
Así este fin de semana también restituyó el triunfo de los panistas Luis Nava y Leticia Servín en los municipios de Querétaro y Huimilpan.
Y por si fuese poco, ayer trascendió que la Suprema Corte estaría preparándose para procesar decenas de demandas de amparo en contra de la Ley de recuddión salaria impulsada por López Obrador, sus legisladores y partido.
El magistrado Luis María Aguilar Morales, presidente de la Suprema Corte de Justicia, dicen, instruyó al resto de los magistrados a “preparar la demanda de amparo contra la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos”.
Ello advierte un encontronazo de frente del Poder Judicial contra López Obrador, porque el presidente electo a amenazado con irse con todo contra quienes pretendan ganar más que él.
“Acopiando las propuestas argumentativas de todos los asociados por región, se propondrá una estructura básica que nos sirva de inicio”, expuso el ministro presidente en un mensaje a los magistrados.
El Poder Judicial tuvo en 2018 un presupuesto de 71 mil 366 millones de pesos, de los cuales 5 mil 635 millones fueron destinados a la Suprema Corte de Justicia de la Nación
López Obrador se ha quejado de que los magistrados ganan en exceso.