Patrioterismo mexicano

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Análisis a Fondo

Las Fiestas Patrias, o una botella de aguardiente

Pero qué somos: ¿Independientes o dependientes?

Por Francisco Gómez Maza

Otro año más de celebraciones patrioteras, y digo patrioteras y no patrióticas, porque, dígame, a quién le importa la patria; a los gobernantes menos.

Patria viene resultando una palabra fantasiosa, casi obscena, que no significa lo que en realidad significa, porque es usada con sentido propagandístico, politiquero, manipulador de la inmensa mayoría, de “la gente humilde” como dicen los voceros del inmovilismo.

Si, en la noche del sábado 15 hubo un montón de celebraciones en ciudades, en capitales estatales, en cabeceras municipales, en pueblos y comunidades, para celebrar lo que la glosa oficial narra como “El Grito de Dolores”. O simplemente “El Grito”, que el Tlatoani en turno encabeza desde el balcón central del palacio nacional y lo mismo remedan gobernadores y presidentes municipales.

Y la “gente humilde” goza, por única vez en el año se divierte, en el zócalo de la Ciudad de México, y en las plazas de las ciudades capitales y no capitales estatales, y las cabeceras municipales y los pueblos y comunidades, porque las autoridades le dan pan y circo. Pero terminando  la fiesta, los pobres regresan a esa dolorosa realidad cotidiana de la pobreza, de la pobreza extrema, de la miseria, que son utilizadas por los negociantes de la ”política” para mantenerse a la cabeza del negocio. Y a los pobres que los orine el perro. Y todavía hay soñadores que se congratulan de que los “humildes” se diviertan con el pan y el circo del presidente municipal, del gobernador, del presidente de la república.

Patria no significa nada para los detentadores del dinero. Pero menos significa para la clase política derrochadora. ¿Saben cuánto se ha llegado a gastar, tan sólo en aquella cena de platillos mexicanos que el presidente ofrecía al cuerpo diplomático acreditado en México, después de El Grito, mientras el populacho se atragantaba con sopes y memelas, y coca colas en los puestos callejeros del Zócalo? La nada despreciable cantidad de $50.000,000 millones de pesos.

La palabra patria viene del latín patria, que significa familia o clan y con ella se designa a la tierra natal o adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos de diversa índole, tanto afectivos, como culturales o históricos. Y se denomina patriotismo al pensamiento o sentimiento que vincula a un individuo con su patria.

Se llama patria a la tierra natal de una persona, y patriota a la persona que se siente ligada afectivamente, independientemente de que haya o no nacido en ella. Pero el significado de patria o patriotismo suele estar unido – de hecho lo está – a connotaciones políticas o ideológicas, y por ello es objeto de diversas interpretaciones, así como de uso propagandístico. La «madre patria» es un término que dice relación entre una nación de origen y una colonia o el origen étnico de un grupo de inmigrantes.

Pero los mexicanos relacionamos a la patria, a las fiestas patrias, de independencia, con un Grito, con un desfile militar, con el acarreo y la propina que muchos reciben para llenar el zócalo, sobre todo en momentos de gran impopularidad del gobernante. Pero los mexicanos van, díganme que no, a mentarle la madre al gobernante porque es un mal gobernante, Y las clases medias, en general, relacionan patria con una santa borrachera y una infernal resaca, amén del pozole.

Así ha sido durante toda la vida del periodo llamado independiente, que de independiente tiene lo que la economía tiene de dependiente del capitalismo neoliberal, manchesteriano, y ahora del neofascismo trumpiano. Fiestas de independencia que tenemos que redefinir como mexicanos y no como siervos ni de la oligarquía local y menos de la oligarquía del decadente capitalismo mundial