Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Cómo en el cuento de la margarita, Andrés Manuel López Obrador comenzó a deshojar lo de la construcción del nuevo aeropuerto de la ciudad de México, que yo recuerde, desde su participación en lo de la Convención Bancaria en Acapulco por allá en mayo.
Luego fue El tema de las entrevistas que le hicieron en Televisa y Milenio y de ahí arrancó también la activa participación de su secretario de Comunicaciones y Transportes, el prestigiado ingeniero Javier Jiménez Espriú.
Ambos, López Obrador y el ingeniero argumentaron y debatieron sobre la inviabilidad de esa construcción.
Obra carísima con cargo al erario… y edificado en el peor de los lugares fueron los 2 ejes de su oposición a lo que se consideró como el proyecto más importante del sexenio de Enrique Peña Nieto.
El tabasqueño le agregó la suspicacia: en esa obra hay muchos contratos multimillonarios muy cuestionables.
La duda de si el nuevo aeropuerto encubría una nueva fuente de corrupción quedó clavada en el ánimo de los ciudadanos.
A partir de ese momento ya no había nada que hacer. El gobierno, sin credibilidad alguna, intentó refutar inútilmente los argumentos de AMLO y su secretario de Comunicaciones. A cada explicación oficial crecían las dudas ciudadanas.
Fue memorable que en ese contexto Carlos Slim haya intentado influir con una larguísima y muy sólidamente sustentada conferencia de prensa en la ya desde entonces clarísima decisión de López Obrador de parar la construcción del nuevo aeropuerto.
Para entonces, para quien luego ganaría con más de 30 millones de votos y el 53% de los votos, no había más solución que echar detener lo del nuevo aeropuerto y echar a andar un proyecto alterno en el aeropuerto militar de Santa Lucía, en Hidalgo.
De nada valieron las consideraciones y recomendaciones de empresarios, organismos internacionales, de los ingenieros de México, de los expertos en aeronáutica de México y el mundo, la sugerencia del ingeniero José María Rioboó -asesor del tabasqueño-, era la única que él respetaba.
La presión sobre López Obrador fue tan fuerte, que terminó concertando una serie de pasos y eventos para decidir que hacer con lo del nuevo aeropuerto.
Es así que hoy sus asesores, encabezados por Rioboó y Jiménez Espriú, le van a entregar una recomendación final.
Evidentemente que ambos no van a modificar su recomendación inicial de desechar el nuevo aeropuerto y optar por lo de Santa Lucía
Este informe técnico se va a entregar a un grupo del Colegio de Ingenieros para que den sus argumentos y propuesta y luego eso se va a someter a una consulta o encuesta ciudadana. Y esa será la decisión final.
Es decir, AMLO metió el asunto en un laberinto que al final sólo cumplirá con su decisión inicial.
Casi puedo afirmar que el nuevo aeropuerto será cancelado, o concesionado, y que se echará a andar lo de Santa Lucía.
Sólo hay que rescatar las versiones de las declaraciones de campaña de AMLO y de las de Jiménez Espriú para saber que llegar a esa conclusión.
Todo lo demás es cuento, es deshojar la margarita para llegar a una conclusión ya prevista.
CORDERO ELOGIA EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES
El presidente del Senado, el panista Ernesto Cordero, indicó que al ver sobre los retos cumplidos durante los 6 años anteriores, se queda una satisfacción personal y profesional “pues hoy es más igual, más parejo, un Congreso donde las mujeres juegan un papel central en todas las discusiones y decisiones”.
Al encabezar un encuentro denominado “Pase de estafeta. Logros y desafíos para la Igualdad Sustantiva”, organizado por la Comisión para la Igualdad de Género, Cordero recordó que en las dos Legislaturas se aprobaron 40 reformas en materia de género, se fortaleció el Instituto Nacional de las Mujeres, se avanzó en la igualdad formal y se impulsaron los Refugios para Víctimas de Violencia y la armonización del tipo penal de feminicidio.
Se aprobó además la integración paritaria de las candidaturas al Congreso, por lo que se seguirá avanzando hacia una integración 50-50. Y el nuevo Congreso, agregó, está casi 50-50; con 65 hombres y 63 mujeres en el Senado, y con 243 mujeres y 256 hombres en la Cámara de Diputados.
En el Senado, dijo, se creó el reconocimiento Elvia Carrillo Puerto para las mujeres mexicanas destacadas en la lucha social, cultural, política y económica, en favor de los derechos humanos de las mujeres para lograr una igualdad de género; nos unimos al Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujeres, a los 16 días de activismo contra la violencia de género, y se creó la Unidad de Género.
Recomendó a las diputadas electas a enfocarse y hacer presupuestos fuertes, sensibles y que tengan perspectiva de género, que sean auditables, que sean evaluables y que les puedan ir reportando los avances cada trimestre en los informes que hace la Secretaría de Hacienda, lo que fortalecerá la agenda por la que se ha trabajado y “que me da mucho orgullo haber sido parte, aunque en pequeños episodios”.
La senadora Angélica de la Peña Gómez, del PRD, señaló a su vez que todas las reformas y leyes aprobadas salieron con la perspectiva de género.
Y pidió que la Unidad de Género del Senado sea preservada especialmente con toda su experiencia alcanzada.
“No lo trastoquen, no permitan que se trastoque sino que cumpla su función”, agregó.
La senadora Pilar Ortega Martínez pidió reconocer la creciente participación de las mujeres en las tareas del Congreso y destacó la importancia de haber alcanzado ahora un congreso casi paritario.
La senadora queretana blanquiazul Marcela Torres Peimbert habló de la necesidad de construir una agenda donde la igualdad en el ingreso económico, acceso al mercado laboral, educación continua, así como poner un freno a los feminicidios en el país sea una prioridad en México.
La senadora del PRI, Margarita Flores Sánchez, dijo:
“Las mujeres están listas para trabajar por las siguientes generaciones porque en la medida que avancemos y nos empoderemos, el país avanzará y crecerá, ya que en este tema no hay colores, sino unidad”, apuntó.
SE VAN DE LA POLÍTICA
Por cierto, luego del anuncio del retiro de Ernesto Cordero de la Política, se podría decir que esta legislatura ha sido una de las mayores generadoras de expolíticos.
El primero que abandonó la cosa pública desde el Senado quizá fue el exprocurador Raúl Cervantes, quien ahora despacha en una exitosa Consultoría.
Fue presidente del Senado, pero sus compañeros de cámara, quienes lo elogiaron como a ninguno, le negaron la posibilidad de ser ministro de la corte y de ser Fiscal General de la Nación. Frente a esos descalabros se retiró a lo privado.
Otro experesidente del Senado que se fue de la política en este período fue el verde Pablo Escudero a quien siguió en la misma decisión otro expresidente senatorial, el panista Roberto Giz Zuarth.
Pero quizá el que causó mayor expectación fue Emilio Gamboa, quién en una entrevista periodística realizada hace un par de meses, antes de las elecciones, anunció su retiro a la vida privada luego de una vida pública de casi 40 en el primer nivel del poder.
Ayer le tocó anunciar su despido de la política a Ernesto Cordero. Indicó que proyectos personales lo reclaman y que el cargo de presidente del Senado será lo último que haga en lo político.
Se les va a extrañar…