Amenazan de muerte, allanan vivienda y agreden en pandilla a la Familia Ramírez Martínez y al editor de Vorágine

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Vorágine/periodismo de investigación

Por defender derechos condominales en su domicilio de la Unidad Cabeza de Juárez 3 edificio 31, colonia Ejército Constitucionalista, la familia Ramírez y el editor del portal Vorágine, Javier Manuel Ramírez Zúñiga fueron amenazados de muerte, agredidos en pandilla por un grupo de personas, primero en el patio común del edificio y luego en las instalaciones de la Procuraduría capitalina en Iztapalapa, entre ellas Guadalupe Aguilar Licona, su hija Alejandra López Aguilar, su suegra de ésta, Alicia Piña Romero, quien dijo ser líder del campamento “Florida”, y López Aguilar, quien de manera violenta allanó la propiedad de los Ramírez.

Por ello desde esta tribuna, se pide la intervención del jefe de gobierno capitalino, José Ramón Amieva Gálvez, del procurador General de Justicia del Distrito Federal, Edmundo Garrido Osorio y del mismo secretario de Seguridad Pública, Raymundo Collis Flores para que nos brinden protección ante las advertencias de desaparecerlos, pues la misma Piña Romero aseguró ser “el diablo”.

Y tal y como quedó asentado en la carpeta de investigación CI—FIZP/IZP—6/UI—2 S/D/O3478/07—2018 se hace responsable a esas personas de cualquier tipo de agresión que sufran los jóvenes Karina, Carla María, Marco Aurelio y Javier Ramírez Martínez y el mismo editor de Vorágine periodismo de investigación, en su persona y sus bienes.

Este martes, en la noche, se llevó a cabo una reunión de cóndominos e inquilinos para tratar una avería en el sistema de bombeo, y Aguilar Licona sacó el tema de la falta de pago de la energía eléctrica por parte de algunos vecinos.

Sin embargo, cuando se le hizo saber que tenía que desconectar una manguera que sale de su toma domiciliaria a un comercio ambulante, desde hace un cuarto de siglo, ya que, hace gastar, ese servicio adicional, más energía eléctrica y gasto de bombas, además de impactar en los bolsillos de los 18 cóndominos, los otros dos los ocupa Aguilar Licona, gastos las reparaciones.

En ese momento, y cuando otros vecinos también le decían de esa situación y que no aceptó por ningún motivo, montó en cólera en contra de la familia Ramírez y el editor de Vorágine.

La primera agresión violenta de López Aguilar fue contra Marco Aurelio, quien se encontraba en la entrada de su departamento en la planta baja del edificio. En ese momento, López Aguilar le tira golpes con las manos y piernas y es cuando se mete al departamento y allana el mismo. Se le conmina a que no lo haga y responde: “a mí me vale madres y yo hago lo que quiero y vas y chingas a tu madre”, y luego lo amenazo de muerte. El joven Marco Aurelio traía consigo una videocámara por las reiteras agresiones de Aguilar Licona e hija junto con su yerno Alejandro Sánchez Romero y sus nietos menores que también actúan en pandilla para amedrentar a los Ramírez. Momentos después de comete el ilícito se sale del mismo.

Momentos después, Guadalupe Aguilar Licona se va contra el reportero Ramírez Zúñiga y lo agrede también físicamente y lo amenaza de muerte. Posteriormente, se va contra la señorita Carla María, quien estaba en el acceso norte del edificio junto con dos policías que envío el jefe del sector Oasis, José Jiménez López para evitar la violencia. Sin embargo, extrañamente no movieron ni un dedo cuando fue agredida la joven Carla María, y enfrente de ellos la agredió físicamente y también la amenazó de muerte. Cuando se les pidió su intervención hicieron oídos sordos incumpliendo con su trabajo. Uno de ellos, conoce a Guadalupe Aguilar Licona.

Por esos hechos se inició la carpeta de investigación arriba mencionada. Estando en la sede de la Fiscalía de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. En ese recinto, a pesar de las agresiones sufridas, todavía llegó Aguilar Licona, su hija Alejandra y su yerno, Alejandro para intentar impedir iniciar la denuncia. Tiempo después, llegaron otra veintena de gentes como Alicia Piña Romero, quien junto con sus acompañantes agredieron y amenazaron de muerte a los Ramírez Martínez y a su progenitor. Piña Romero aseguro ser el mismo “diablo” y continúo con sus agresiones junto con sus acompañantes, entre ellos su sobrino Miguel Romero                 Piña.

Antes de pasar al médico legista, los Ramírez y su papá, fueron seguidos por Piña Romero hasta las oficinas del fiscal en Iztapalapa. Los policías preventivos de la barandilla durante el lapso ese tiempo fueron simples espectadores de las acciones de estos vándalos que no respetan en absoluta la ley ni a las autoridades como quedó grabado en las cámara de video que instaló la Visitaduría en esa sede de procuración de justicia. Por esos hechos, se ve que los denunciados intenta tomar la justicia por propia mano.

Vale recordar que esos sujetos tienen varias carpetas de investigación también por amenazas de muerte en contra de los Ramírez y el periodista Ramírez Zúñiga. Hacemos votos porque las autoridades tomen cartas en el asunto e impidan el actuar de esos vándalos que todos sus dichos los basan en mentiras.

Esperamos que las autoridades capitalinas respondan al llamado que se hace para que cesen estas agresiones e intimidaciones en contra de los Ramírez y el reportero Javier Manuel Ramírez Zúñiga.