Ciudad de México, México.– Con el objetivo de evitar la propagación de enfermedades respiratorias como la gripe o el virus de influenza AH1N1, el diputado Evelio Plata Inzunza (PRI) propone reformar la Ley General de Salud para que, entre las medidas para la prevención y el control de enfermedades, se instalen dispensadores de sanitizantes a base de alcohol en lugares de concurrencia pública.
La reforma que adiciona la fracción VIII al artículo 139 de la norma en mención y, turnada a la Comisión de Salud para su análisis, destaca que en México el brote y propagación del virus de la influenza denominada AH1N1, que se dio en el 2009, reportó, una vez instrumentadas las medidas de atención a la población, 607 defunciones y 6 mil 90 infectados. Sin embargo, se trató de una pandemia de enormes dimensiones que afectó amplios núcleos de la urbe.
En el mundo, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ocurrieron 18 mil 337 decesos en 26 de los 35 países afectados por la pandemia, donde lo sorpresivo del brote no permitió diagnósticos y tratamientos oportunos.
Esta situación, obligó a los diferentes gobiernos a declarar estado de emergencia y a determinar el establecimiento de medidas de contingencia sanitaria.
En el caso de México, la magnitud del problema obligó a los gobiernos federal, estatales y municipales dictar medidas cuarentenarias en los hogares, aeropuertos y terminales de autobuses, lo que hizo posible prevenir la propagación de la enfermedad.
El legislador Plata Inzunza declaró que la experiencia de la contingencia dejó de manifiesto que la propagación del virus sucede, por lo general, a partir del contagio transmisible de las manos. De ahí, que las autoridades sanitarias hayan puesto en operación campañas direccionadas a realizar de forma rutinaria labores de limpieza y desinfección como medida simple.
Es común que las manos generen la transmisión de enfermedades al tocar y apoyarnos en barandillas de escaleras en lugares de la vía pública; por tanto, es evidente que infecciones como gripe, resfriados, hepatitis y parasitosis, entre otras, sean transmitidas por manos contaminadas.
La iniciativa propone adicionar una disposición a la Ley General de Salud, para que entre las medidas ya establecidas para la prevención y el control de enfermedades transmisibles, también se determine la instalación de dispensadores de sanitizantes a base de alcohol en lugares de concurrencia pública.
Está demostrado, dijo, que el alcohol es un efectivo antiséptico, porque su composición química elimina gérmenes, virus, bacterias y hongos, además de que su uso ha hecho posible evitar la propagación por contagios.
“Hay evidencia de que el uso de alcohol como desinfectante de manos, aplicado a partir de dispensadores públicos, constituye una medida para abatir el ausentismo laboral y escolar, amén de evitar el contagio de enfermedades diversas”.
Refirió que la experiencia de haber dispuesto esta medida durante y después de la contingencia acontecida por el brote del virus de influenza AH1N1, fue determinante para evitar la propagación de contagios a favor de la salud de las personas.
“Es una medida que por su efectividad se ha vuelto práctica sanitaria recurrente, más aún cuando el clima está generando la proliferación de enfermedades respiratorias y trastornos diversos, cuyo contagio se da de manera directa por vía aérea y de forma indirecta por las secreciones que tienen contacto con las manos”, agregó.