Ciudad de México, México.– A pesar de que en casi cinco décadas México ha registrado un incremento significativo y sostenido en la tasa de participación de las mujeres en la economía, es fundamental incentivar su mayor inclusión en los puestos directivos y en los consejos de administración de las empresas, señaló el diputado Luis Alfredo Valles Mendoza (NA).
Relató que en México, sólo 18 por ciento de estos cargos son ocupados por féminas. Esta situación es claro reflejo de su baja participación en la fuerza laboral. De acuerdo con datos de International Business Review, la proporción de empresas sin mujeres en puestos de alta dirección aumentó en América Latina, al pasar de 34 por ciento en 2012 a 52 por ciento en la actualidad.
La inclusión de las mujeres en los niveles de liderazgo y en los consejos de administración y la promoción de su emprendimiento, reconoció, es un tema que se ha abordado en los últimos años. Un paso importante fue la reforma a la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, en 2014, en la que se establecieron estímulos y certificados para las empresas que apliquen políticas y prácticas en la materia.
También, están las recientes modificaciones a la Circular Única de Emisoras, que obligan a todas las empresas y vehículos de inversión que cotizan en bolsa a hacer pública la información sobre el equilibrio de género en sus consejos de administración y órganos de decisión.
Sin embargo, expresó Valles Mendoza, “falta encontrar equilibrio entre los géneros. Los esfuerzos que se han emprendido a través de la vía institucional han resultado en una inclusión más equitativa de ellas al mercado laboral, pero estas voluntades todavía no corresponden a las expectativas planteadas”.
Por ello, propuso reformas al inciso B de la fracción XI del artículo 34 de la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres, a fin de establecer que los estímulos y certificados de igualdad que se conceden anualmente a las empresas que hayan aplicado políticas y prácticas en la materia, deberán haber integrado una plantilla donde el 30 por ciento del total corresponda a féminas que ocupen puestos directivos, y no el 10 por ciento, como actualmente se precisa.
El diputado de NA resaltó que esta situación permitirá estimular el crecimiento profesional de las mujeres y el económico de México, pues de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en 1970, 17 de cada 100 desarrollaban actividades económicas, pero en la actualidad el número se ha incrementado a casi 44.
Precisó que una publicación de Forbes, en la actualidad más mujeres están matriculadas en las universidades; no obstante, los hombres siguen ocupando la mayoría de los cargos directivos. Por tanto, su preparación académica aún no se refleja en su participación en puestos directivos; derivado de ello, para acelerar su incorporación, es necesario desarrollar políticas incluyentes que reconozcan el valor que aporta el talento femenino.
Desde hace años, diversos países han introducido acciones sustanciales que se han traducido en iniciativas y políticas para alcanzar la igualdad sustantiva entre los géneros. Otros han tomado medidas más contundentes e introducido cuotas obligatorias para la representación de las mujeres en las juntas directivas: Israel estableció el 50 por ciento; Francia, Islandia y Noruega el 40; Austria, el 35, y Bélgica, Grecia e Italia el 33 por ciento.
Luis Alfredo Valles resaltó que la manera en la que las mujeres en el país se incorporan al mercado laboral y al desarrollo profesional todavía se ve condicionada por un conjunto de simbolismos y percepciones culturales en torno a estereotipos, roles y supuestas ocupaciones que se han determinado históricamente a los individuos, partiendo de su sexo.
Consideró apremiante promover, a través de la adecuación de preceptos legales, la participación femenina en los niveles de dirección y juntas ejecutivas, lo que tendrá un impacto positivo en la economía nacional y la sociedad.
Estas disposiciones deben privilegiar en todo momento el mérito, y asociarse de estrategias de administración encaminadas a empoderarlas de forma efectiva en las empresas como planes de género, campañas para fortalecer la conciencia de género, lucha contra los estereotipos, y programas orientados a la contratación y retención de mujeres talentosas.
Subrayó que el sector privado, en conjunto con los gobiernos, resultan ser un binomio decisivo en los esfuerzos de promoción de la igualdad de género y del empoderamiento de las mujeres. Se ha estimado que la productividad en América Latina y el Caribe podrían aumentar 25 por ciento si se desbloquearan los obstáculos que impiden el potencial femenino al servicio del emprendimiento.
En la iniciativa remitida a la Comisión de Igualdad de Género, Valles Mendoza urgió a captar el talento femenino desde puestos de entrada, hasta el más alto nivel en la toma de decisiones, en este caso direcciones, juntas directivas y presidencias de las empresas. “No podemos negar que la desigualdad entre los géneros permanece, privándolas de derechos y oportunidades fundamentales para su desarrollo”.