Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Con el país entero sumido en la modorra de las vacaciones y rituales de la Semana Santa, con un rechazo popular profundo a todo lo político y más a lo electoral, los 4 candidatos presidenciales que por fin quedaron en la boleta, arrancaron cada uno en medio de un acarreo sin convicciones y sin mayores sorpresas.
El puntero Andrés Manuel López Obrador que por obra y magia de encuestas incomprobables ya camina, habla y actúa como presidente electo, se fue a Ciudad Juárez donde casi en la línea con EU, volvió a repetir el discurso de 2006 y 2012.
Ahí reiteró que vivirá en la absoluta austeridad tibetana, que se bajará el salario a la mitad y que no dejará su casa por Los Pinos, residencia construida por el general Lázaro Cárdenas en los 40, y que ha sido ocupada por todos los presidentes desde entonces, y que ahora él quiere convertir en un centro cultural.
Que con su ejemplo de honestidad a lo Madre Teresa, él acabará con la corrupción que corroe a todo México: desde al policía de la esquina al inspector escolar y de ahí hasta a todos los presidentes –de la República, de la Suprema Corte, del Senado y la Cámara de Diputados, de todas las comisiones que existen en el país en todos los ámbitos y así hasta los de los clubes de futbol o de asociaciones vecinales-, gobernadores y alcaldes a quienes él considera unos soberanos corruptos.
AMLO no aprovechó este arranque para anunciar ningún programa de Gobierno más allá de su arraigada y vieja y populista idea de repartir dinero público a todos, desde jóvenes y adultos mayores hasta campesinos, maestros, etc.
Desde luego que lo principal para él será, apenas llegando a Palacio Nacional, cumplir con su promesa de arremeter y echar atrás todas las reformas aprobadas por Senadores y Diputados en los últimos 6 años y, sobre todo, para cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, plagado según él de contratos corruptos.
Colocado ahí frente a EU no faltó el dicharacho aplaudidor de que con él en la Presidencia de México el país ya no sería piñata de ningún gobernante externo, en referencia al trato brindado hasta ahora por Donald Trump a México.
En fin, nada que serene a inversores y financieros externos, ni a empresarios e industriales mexicanos, o motive a amplios sectores de ciudadanos que lo ven como un peligro para su futuro e intereses.
MEADE: 7 COMPROMISOS
Desde el otro extremo del país, en un abigarrado acto realizado en el Centro de Convenciones Siglo XXI de Mérida al viejo estilo priísta de porras y sectores, pero matizado con uso de impresionantes y espectaculares pantallas y sonido multimedia, acompañado por la cúpula del PRI, PVEM y Panal, José Antonio Meade presentó 7 compromisos que serán los ejes de su campaña:
1) Primero las mujeres. Para ellas seguridad, financiamiento, inclusión a programas de seguridad social e igualdad salarial con los hombres. Cero feminicidios y abusos o miedos y acoso. Para trabajadoras domésticas afiliación al IMSS a través de un sencillo esquema de pago de cuotas vía digital para sus patrones, quienes podrán deducir eso de sus impuestos. Y se impulsarán créditos a la palabra para que puedan emprender y gozar de independencia económica. Para apoyarlas, su gobierno -si llega-, buscará empatar su vida familiar o laboral con la operación de guarderías de tiempo completo y educación preescolar para sus hijos, que incluye horarios nocturnos. Y como son mujeres quienes más cuidan a adultos mayores, se crearán en todo el país casas de día para personas mayores a fin de que ellas descansen y atiendan otras aspiraciones.
2) El segundo compromiso será con la educación de excelencia. Su objetivo será entonces incrementar 4 veces más las escuelas de tiempo completo con comedor, para pasar de 25 mil a 100 mil. Los maestros verán un incremento salarial sustancial. En este esfuerzo se impulsará al arte y la cultura.
3) 3) El tercer compromiso será con los jóvenes. Habrá becas para ni dejar a nadie fuera de la escuela y se impondrá la cobertura universal de preparatoria.
4) El cuarto compromiso será con el acceso a servicios de salud de calidad. Se garantizará atención a todos en hospitales y clínicas que los ciudadanos decidan, y para ello se equipará totalmente los casi 3 mil hospitales y clínicas existentes en el país a través de una inversión de 30 mil millones de pesos. Adicionalmente se garantizará el abasto de medicinas y un sistema de salud que ponga énfasis en la prevención.
5) El quinto compromiso será que ningún bebé nazca en pobreza extrema. Su gobierno, de lograrlo, garantizará por piso parejo para todos desde el nacimiento. Para ello se alineará la política social a nivel federal y local para priorizar la atención de la primera infancia. Así se alcanzará, dice, el derecho parejo a la salud, a una buena nutrición, a la educación y a una casa digna. Se fortalecerá el programa Prospera en favor de personas con algún tipo de discapacidad.
6) El penúltimo y sexto compromiso será el del combate a la inseguridad a través de un enfoque integral. Iniciará con la instalación de alumbrado, servicios de calidad y al menos un parque o espacio recreativo en las colonias. El objetivo es erradicar causas de la inseguridad, las cuales comienzan con la desigualdad económica y social, y se profundizan con la impunidad. Su objetivo además es quitar las armas y el dinero a los delincuentes y aplicar la ley, no negociándola. Y con gratitud y lealtad hacia las Fuerzas Armadas, dijo, para él será un honor y un orgullo ser Comandante Supremo de soldados y marinos.
7) El séptimo compromiso es para que cada mexicano, en lo individual, tenga un apoyo que le permita alcanzar sus metas.
Meade fue acompañado en este arranque de campaña por su esposa Juana Cuevas, Enrique Ochoa Reza, líder del PRI; Claudia Ruiz Massieu y los senadores Emilio Gamboa y Joel Ayala; Luis Castro Obregón dirigente del Panal y el senador Carlos Alberto Puente, del PVEM; Eruviel Ávila, Dulce María Sauri, Aurelio Nuño y Beatriz Paredes y unos 15 mil asistentes más.
LOS ADELANTADOS
Quienes abrieron primero, apenas unos minutos después de que se inició el plazo legal para comenzar las campañas, fueron la expanista y ya histórica primera candidata independiente de México Margarita Zavala, y el candidato del PAN, PRD y MC Ricardo Anaya.
Margarita dijo que va por el triunfo para luego integrar lo que sería el primer Gobierno de Coalición de México. Y, como todos, afirmó que combatirá la corrupción y la inseguridad.
Adelantó que buscará cerrar los espacios para la corrupción y será implacable en el combate; se comprometió a hacer gobiernos abiertos y transparentes para conocer a qué va cada peso.
Anaya por su parte centró su primer discurso de campaña con los argumentos y temas de sus discursos de precampaña: acusando al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto de acosarlo con una guerra sucia.
Sin poder deshacerse de las acusaciones por lavado de dinero y desde la Expo Santa Fe, el queretano, afirmó que “más viento en contra recibamos, con más fuerza vamos a despegar”. Y ya.
EN EL SENADO Y DIPUTADOS
Luego de la paz de la Semana Santa, de regreso a la realidad de la confrontación y el desacuerdo, con pendientes ineludibles como la designación de fiscales y la aprobación de la Ley de la publicidad gubernamental bajo presión de la Suprema Corte, se entra en la última fase de la actual legislatura.
Con asambleas mermadas por las ambiciones futuristas de decenas de senadores y centenares de diputados que abandonaron sus escaños y curules para ir a buscar nuevas posiciones en la nómina gubernamental, bajo el principio del “Tlacuache” Garizurieta -quién por los 50´s, sentenció que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error-, las bancadas en San Lázaro y Reforma e Insurgentes no tienen mucho futuro.
En este contexto Ernesto Cordero, presidente del Senado reforzará su iniciativa para modificar los artículos 217 del Código Penal Federal, los artículos 4, 47, 50, 58 y adiciona el 73 bis de la Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación y los artículos 50 y 54 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas.
Eso facultaría a la Auditoría Superior de la Federación a revisar directamente el gasto federalizado a nivel de Gobierno Federal, estatal y municipal para así identificar en forma temprana cualquier daño y perjuicio a la Hacienda Pública.
