Análisis a Fondo
Qué vergüenza tantísima corrupción
Y lo más vergonzoso es que la niegan
Por Francisco Gómez Maza
Corrupción, la clave del estado fallido en el que se ha convertido el estado mexicano. Y Agustín Carstens tuvo que salir del país en busca de millonarios derroteros en Europa para decirlo a voz en cuello. El problema de México, de los mexicanos, de la desgraciada economía nacional, de la debilidad del mercado interno, de la altísima inflación, del fracaso del libre comercio etcétera, de la mala educación, de no ler un libro, de vivir envuelto en graves problemas, de confundir a Tamaulipas con un país, es la corrupción.
Estamos es mucha gente. Están, los corruptos, podridos en vida, como cadáveres de tres días en cualquier tumba clandestina de las que está sembrado el suelo mexicano. Y lo estamos viendo actualmente con los informes de la Auditoría Superior de la Federación, organismo fiscalizador del gobierno, concretamente del llamado poder legislativo, en donde también florece la corrupción como en las más exclusivas zonas residenciales, en donde por donde le busquen brota la materia fecal de la corrupción, alimentada por la impunidad, la simulación y, lo peor, el cinismo de los corruptos. Aquí la excepción es la honestidad. La forma de vida, la filosofía de la vida, es la corrupción. Lo dice claramente el perverso axioma (y le llamo axioma porque es una verdad evidente que no necesita demostración): El que no transa no avanza. Una verdad que todo el mundo acepta como aquellos dogmas de fe de las grandes religiones… El que no transa no avanza. Qué pena. Qué vergüenza, pero es una verdad evidente. La verdad no siempre es positiva.
Verbi Gratia: La bancada de los senadores del PAN, coordinada por Fernando Herrera, demandó que la Procuraduría General de la República (PGR) realice una investigación “con total imparcialidad” (¿será?) sobre el presunto desvío de recursos por más de mil 300 millones de pesos en la Sedesol y en la Sedatu, entre 2014 y 2015. Descubierto por la ASF. Por supuesto que la otrora perredista, cardenista, ahumadista; ahora peñista, doña Rosario Robles – ¿se acuerdan del señor de las ligas? – va a negar todo-. Por supuesto. Convicto, pero no confeso.
La demanda panista causó escozor en un prócer priista que yo conozco desde el principio de los tiempos – ¿Te acuerdas, Dulce? -: El coordinador de los senadores del PRI, el vetarrísimo dinosaurio, Emilio Gamboa Patrón, deslindó a su partido de las denuncias e investigaciones en contra de Ricardo Anaya, candidato presidencial panista. Nada sonso. No quiere que le echen más leña al fuego a la hoguera porque ya su partido, el PRI, ha sido exhibido como una cueva de Alí Babá…
Sea lo que fuere con los tricolores, en el Senado, mediante un punto de acuerdo presentado en la sesión ordinaria de este jueves, los senadores del PAN demandaron que el Senado exhorte a la Secretaría de la Función Pública (SFP) a informar de las acciones emprendidas en contra de servidores públicos que están relacionados con actos de desvío de recursos. Convictos pero no confesos, como decía mi amigo cuando llegaba a su casa a altas horas de la noche con la camisa blanca manchada de bilé por todos lados.
También exigieron que Robles, extitular de la Sedesol y actual secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), acuda a una “reunión de trabajo” para explicar el presunto desvío de recursos detectados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) entre 2014 y 2016 en ambas dependencias, que obviamente ella niega a pesar de que la ASF tiene los pelos de la mula en las manos. Igualito que la Casa Blanca. Igualito que la casita de campo de Malinalco. Igualito que las transas en las universidades públicas de la Estafa Maestra. O ¿también usted se va a enojar conmigo porque le digo la verdad? Pero debe de saber usted; debe de saber doña Rosario que contra facta non sunt argumenta…