Debaten estudiantes del IPN sobre aplicación de química en la vida cotidiana

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Ciudad de México, México.– Se considera que los biocombustibles son una alternativa para reducir los gases de efecto invernadero por su origen natural pero es necesario considerar algunos factores que podrían cuestionar sus beneficios como son: el uso de plantas comestibles y la cantidad de agua necesaria para la producción de su materia prima.

Así lo expuso Alejandro Soriano Gonzaga, estudiante de Ingeniería Química Petrolera del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en su conferencia “Biocombustibles ¿Son la solución?”, quien recordó que el tema no es nuevo pues, en 1893 Rudolf Diesel inventó un prototipo de motor que utilizaba aceite de cacahuate; luego Henry Ford, en 1908, usó etanol para impulsar su famoso vehículo T, aunque finalmente ambos se decidieron por los combustibles fósiles porque resultaba más económico.

Soriano Gonzaga, quien obtuvo la presea “Ing. Bernardo Quintana Arrioja” 2017, en la categoría de liderazgo, cuestionó la conveniencia de emplear biocombustibles porque algunos datos del Banco Mundial arrojaron que de 2007 a 2011 aumentó más de 83 por ciento el costo de la canasta básica y que de esa cifra 63 por ciento se debió a la producción de biocombustibles.

“Para producir un litro de biocombustible se necesitan 20 litros de agua, además de fertilizantes y herbicidas que permanecen en la atmósfera, esto sin tomar en cuenta que para los sembradíos de donde se obtiene la biomasa son necesarias amplias hectáreas de tierra, muchas de ellas donde existían árboles que al ser talados provocan el desplazamiento o extinción de especies”, alertó.

Detalló que aunque en la actualidad existen biocombustibles de segunda y hasta tercera generación que no comprometen la seguridad alimentaria porque utilizan algas y otros vegetales no comestibles, también se desarrollan otras tecnologías limpias más rentables como las celdas solares o de hidrógeno que en los próximos años seguramente presentarán innovaciones.

Durante la Semana de Ingeniería Química: el futuro en nuestras manos, organizada por la academia de formación básica de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industria Extractivas (ESIQIE), los estudiantes del primer semestre reflexionaron sobre una diversidad de temas como sustentabilidad, polietileno verde, astroquímica, separación de isótopos, química para la guerra, refinación, energías renovables, contaminación por PET y cosméticos, entre otros.

Este es un ejercicio semestral que se realiza en la ESIQIE como parte de la formación integral de los ingenieros químicos petroleros y metalúrgicos en los que aplican sus conocimientos y habilidades para la elaboración de un discurso que presente investigación y disertación sobre temas de actualidad en el área.