Ciudad de México, México.– Dado el fracaso de las reformas estructurales, en general, y de la financiera, en particular, impulsadas por el gobierno de Enrique Peña Nieto, el diputado Sergio López Sánchez propuso reformar la Ley del Banco de México para promover, además del “sano desarrollo del sistema financiero y el buen funcionamiento de los sistemas de pago”, el empleo y el crecimiento económico.
A través de la iniciativa de reforma correspondiente, consideró que este cambio normativo en el segundo artículo de dicha Ley contribuirá a un cambio en la fallida política económica del gobierno.
“Es necesario –argumentó- realinear y complementar la reforma hacendaria con una reforma monetaria con el fin de habilitar al Banco de México de más instrumentos para promover el crecimiento de la economía, sobre todo por los pobres resultados obtenidos en términos de crecimiento y desarrollo económico en los últimos 20 años”.
El parlamentario del Sol Azteca señaló que, de las reformas estructurales de Peña Nieto, sólo una –la hacendaria- presenta resultados relativamente positivos en cuanto a captación tributaria, mas no así en términos de transparencia y destino de recursos, como lo prueba la ineficiencia de un gasto creciente y el estancamiento de la economía nacional.
Consideró que este estancamiento es aún más grave si se considera que el gobierno ha contado con mayores recursos no sólo por cobro de impuestos, sino también por un creciente endeudamiento que representa ya el 50.5% del Producto Interno Bruto, ocho puntos más respecto a 2014. En cambio, la economía apenas creció 1.1% en 2013 y 2.2% en 2016.
“Esto es realmente preocupante porque los niveles de endeudamiento crecen y la justificación que posibilitó flexibilizar el déficit (el crecimiento de la economía) no se verifica”, alertó
Recordó que uno de los principales objetivos de la reforma hacendaria fue ampliar el déficit con el fin de instrumentar una política de gasto contra-cíclica para incentivar el crecimiento de la economía, pero ni la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ni el Banco de México hacen algo realmente efectivo para alcanzar esa meta y se limitan a proyectar a la baja las expectativas de crecimiento.
Por ello –señaló- México debe alinear la política fiscal con la política monetaria para impulsar de manera consistente y con ejes de crecimiento endógeno un mayor impulso a la economía mexicana.
“No hacerlo implica seguir en procesos de desaceleración, con un costoso esquema de estancamiento estabilizador. Para resolver este problema, urge promover una reforma monetaria con el fin de habilitar al Banco de México de instrumentos robustos para apoyar la economía real, el mercado interno, la inversión y el empleo”.
Consideró que el Estado Mexicano, con el apoyo de su banco central, está obligado a crear expectativas económicas de estabilidad y riesgo bajo, pero también debe contribuir, como se hace en otros países, a la promoción del crecimiento económico, mejorando la operación de la economía.
“El Estado debe posibilitar que nuestras instituciones y las políticas que ella emanan promuevan a la economía real, de tal manera que los agentes económicos incrementen la inversión, el empleo, el ingreso, el consumo y el ahorro en un contexto de apertura económica y competitividad productiva”, enfatizó.
