Confusión y caos en derrumbe de Álvaro Obregón 286; van 192 muertos por terremoto en CDMX

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Por Javier Ramírez

A casi una semana del terremoto que azotó la Ciudad de México y estados centrales, el rescate de víctimas atrapadas en el edificio en Álvaro Obregón 286, delegación Cuauhtémoc, apareció el caos y la confusión, dejando de lado la búsqueda de entre los escombros a personas vivas o muertas, pese a presencia de grúa de Cargo que carga 500 toneladas. En ocasiones pareció un performance en medio de la desgracia, donde cada quien ocupa un lugar.

En contraste, en los edificios desplomados en Gabriel Mancera y Escocia, y Eugenia y Edimburgo, los rescatistas, voluntarios, soldados y policías continúan desalojando los escombros sin encontrarse en el lugar ninguno de los familiares de quienes vivieron en ese inmueble. Hay un campamento de informes de los negocios que se encuentran aledaños a ese lugar.

Mientras tanto, el gobierno capitalino, a cargo de Miguel Ángel Mancera, dio a conocer que han resultado muertos 192 personas, se han rescatado de los escombros 69 y hay 34 hospitalizados.

Mancera reconoció que faltan casi 8 mil solicitudes de revisión de inmuebles de un total de 18 mil 523, y de los dictámenes realizados 500 casos que el daño estructural es grave, por lo que requerirán de una segunda evaluación para determinar si es que deberán ser demolidos.

Agregó que el servicio de energía eléctrica aun está pendiente por normalizarse en las zonas de Rinconada Coapa y Roma Norte; en cuanto al suministro de agua, aclaró que debido a la caída de transformadores en cuatro pozos de la delegación Gustavo A. Madero, se vio afectado el servicio, el cual se espera quede restablecido este martes.

“Es una garantía que nos dio el secretario de Gobernación (Miguel Ángel Osorio Chong) que no va ser tan tardado como ha sido en algunas experiencias anteriores sino que se va a buscar que sea una aplicación prácticamente expedita o cercana a lo inmediato; también el presidente nos aclaró que no habrá ningún trato preferencial a la Ciudad de México, por lo que estaremos en los mismos parámetros de las otras entidades.

“Obviamente nosotros estábamos defendiendo un poco el tema de la diferencia de costos en la Ciudad de México de muchas cosas pero también entendemos que en estos momentos hay que entender y hay que participar de manera igualitaria con los demás estados, entonces así será, Fonden con piso parejo para todos”, dijo.

CONFUSION Y CAOS EN ALVARO OBREGÓN 286

En la tarde noche de este lunes en el derrumbe de Álvaro Obregón 286, en la denominada zona cero, se han encontrado algunas sorpresas. Vamos por partes. Después de varios días de recorridos algunos hechos llaman la atención.

El viernes pasado por la tarde, cuando se intento ingresar la grúa de Cargo, a un lado del café Bizarro, en la cuchilla de Álvaro Obregón y Yucatán, había una casa de campaña de supuestos familiares de los atrapados en Álvaro Obregón 286, quienes estaban de acuerdo con el ingreso de la grúa para agilizar los trabajos, aunque otros, según, se oponían.

Este lunes cuando se volvió al lugar, se les preguntó si eran familiares de los desaparecidos, y un señor de edad avanzada muy a la defensiva rechazó tal situación y ante eso no se les preguntó más.

Más adelante, en la esquina de Valladolid y Álvaro Obregón, junto al cerco de vallas y policías, se ubicó a un lugar de reunión con los familiares de los atrapados entre los escombros, improvisado con hules para taparse de las inclemencias del tiempo, quienes se negaron hacer declaración alguna. Un poco más tarde, como a las 20 horas, sobre la calle de Valladolid, algunas personas empezaron llorar y un joven a grito abierto se lamentaba de lo que le había enterado.

Al acercarnos a esas personas, Guillermina Altamirano y Rebeca Rangel, quienes dijeron llamarse así, empezaron a platicar su historia, por cierto, increíble, de que a su familiar Carina Gabriela Barragán Luna la habían encontrado en el servicio médico forense, porque sus allegados se dedican al negocio de las funerarias y sus contactos les habían informado de las características de su pariente.

Y sí, sobre la calle de Valladolid había una carroza, enfrente de la coordinación territorial 7 del ministerio público, la cual les sirvió de refugio para gritar su pena en especial de un joven a quien trataban de calmar.

A pocos metros de eso, los familiares de ese campamento improvisado, nunca se acercaron para enterarse de lo que ocurría. Se mantuvieron impávidos.

Mientras los familiares de Barragán Luna, reclamaban a las autoridades por el engaño de que habían sido objeto de darles “esperanza de vida” de su familiar, y pese a los protocolos firmados este mismo lunes de que se les informaría de cada cuerpo que  rescataran con vida o sin ella. Nada han cumplido. Y se preguntaban qué ganaban con manejar de esa manera las cosas, qué intereses había, así lo dijeron.

Hablaban pestes en contra de las autoridades de la Policía Federal, sin saber su nombre, y de los de Derechos Humanos. En sus declaraciones, garbadas, había contradicciones como habían tenido una reunión con el de la PF, y por cada familiar, eran 20 los presentes, dijeron, ponían a un efectivo policiaco. Y de manera contradictoria hicieron referencia de que un “español voluntario” les llevaba información sobre el estado de las cosas.

Se quejaron de estar mal comidos, cuando lo que ha sobrado en los campamentos instalados en los inmuebles derruidos ha sido los víveres y la ayuda humanitaria. Dudaron de que el personal de derechos humanos fuera de esa dependencia. “A la mejor es uno igual que yo y se prestar a esta farsa (de que no les informaron de que su familiar ya no estaba en ese lugar)”.

Al terminar con esta historia, por cierto poco creíble, en la zona donde están los medios de comunicación y otro campamento de familiares. Uno, quien se dijo ser familiar de una de las víctimas de ese derrumbe en Álvaro Obregón, declaraba a la prensa de que iban a entrar a parar los trabajos si las autoridades no les daban respuesta de sus allegados.

En dos momentos, pasadas las 20 horas de lunes, los quejosos se arremolinaron y gritaron que estaban sacando a las personas rescatadas sin vida desde el domingo pasado por la noche, y sin darles a ellos la información, pero nunca cuestionaron la lentitud de los trabajos para rescatar a sus familiares.

Cuando esto ocurría, elementos de la policía federal empezaron a reforzar sus vallas. Todo era como de película o un performance cuando enfrente se veía la desgracia de un edificio desplomado por terremoto que zarandeó a la capital del país.

A gritos y empujones, los familiares obligaron a que el vocero del Gobierno de la Ciudad en esta zona Humberto Morgan, tuviera que salir a dar la cara a los inconformes. Era el caos y la confusión en una zona donde en el derrumbe poco importaba y se observan muchos infiltrados.