Ciudad de México, México.— Mientras crece la tragedia por el terremoto de la semana pasada en Oaxaca, Chiapas y Tabasco, el presidente Enrique Peña Nieto apuró, en territorio chiapaneco, a sus colaboradores entregar el censo de daños en las entidades afectadas por el fenómeno natural e iniciar la reconstrucción.
En Juchitán, en donde el terremoto en un minuto y 33 segundo sepultó a una buena parte del pueblo, sus habitantes se quejan de que la ayuda no llega, a pesar de que los funcionarios locales y federales realizan giras para ayudar y los días pasan, la población sufre las carencias de sus mínimos satisfactores.
Al realizar un recorrido por las zonas devastadas en Chiapas, Peña Nieto dijo que a más tardar este fin de semana se espera tener el censo de las viviendas y la infraestructura dañada o totalmente perdida como consecuencia del sismo del jueves pasado para, de ese, modo emprender cuanto antes la reconstrucción.
El mandatario encabezó una reunión de evaluación sobre la labores de asistencia a la población damnificada en Chiapas y puntualizó: que quede claro, ante la emergencia el Gobierno de la República está disponiendo de todos sus recursos humanos para atenderla y asegurar que muy pronto las condiciones en todas las comunidades vuelvan a la normalidad.
Informó, que dio instrucciones a prácticamente todo su gabinete legal, y ampliado, para ocuparse de regiones específicas en las dos entidades y hacer el censo de las viviendas afectadas.
Asimismo, señaló que son tres las prioridades en la emergencia: garantizar condiciones básicas a la población como alimentación y servicios médicos, hacer el censo de pérdidas y emprender la reconstrucción de forma inmediata.