Oaxaca, México.—Al darse a conocer la muerte de 61 personas y daños incuantificables por derrumbes de viviendas en los estados de Chiapas, Oaxaca y Tabasco, el presidente Enrique Peña Nieto decretó el 7 de septiembre como día de luto nacional por las víctimas del sismo de 8.2 grados en escala Richter de este jueves y ordenó el izamiento de banderas a media asta.
Durante un recorrido por la zonas más afectadas por los macrosismos del pasado jueves, el mandatario se comprometió a que la entrega de ayuda se realice sin distingos políticos, ni partidistas a fin de que le llegue a la población.
“Me pidieron que no hubiera mediación de ningún liderazgo, que nadie pretenda sacar ventaja de esta lamentable tragedia. Los apoyos llegarán directamente a las personas sin importar de quién se trata ni la afiliación política que tengan”.
Acompañado del gobernador de Oaxaca y de la presidenta municipal de Juchitán confirmó el deceso de 36 personas tan sólo en este municipio.
También les informó del arribo en las próximas horas de más elementos de las fuerzas armadas y de la Policía Federal para ayudar en el rescate pero también en las tareas de seguridad aunque muchas familias han tenido que abandonar sus viviendas.
Después de un recorrido por las calles de Juchitán donde la gente le pedía agua potable, y que sacaran los escombros, el mandatario les pidió estar unidos. Comisionó a dos secretarios (Agricultura y Desarrollo Urbano) para atender Oxaca y a las 6 de la tarde se trasladó en helicóptero a Tonalá Chiapas.