Análisis a Fondo
La CDMX, una olla de pulgas y ácaros
Y los mexicanos, tragando camote
Por Francisco Gómez Maza
Estuve en mi Datcha vacacionando gracias a la bonhomía de mi primo, el doctor Jorge Alberto Rincón Acebo y la verdad es que me perdí de la Realidad, de lo cual no me arrepiento porque, aunque el estado de cosas en Chiapas es verdaderamente dramático, dista mucho de ser la tragedia cotidiana de vivir en Ciudad de México, una gran cloaca con hedor a deshechos humanos.
Y aunque no estoy seguro que eso se llame vivir, yo diría que es medio vivir inclusive para las clases acomodadísimas (no las bien acomodadas, uno junto a otro, como sardinas, en el suelo, para dormir y medio descansar por las noches) porque en esta gran caldera de alacranes y toda clase de alimañas, como las pulgas o ácaros que pululan en los hospitales, en la ahora llamada por la flojera de Ternurita CDMX, los ciudadanos tenemos, a fortiori, que padecer los peores infortunios mega urbanos: mentadas de madre, flashazos en las bocacalles, carestía de productos básicos y de todo tipo, salarios que no alcanzan ni para lo indispensable, menos para lo necesario, imposiciones perredistas y priistas, toda clase de atentados contra la libertad de prensa, agresiones a los derechos humanos, abusos de policías y funcionarios del gobierno y una economía fallida, término que le enfada a los economicistas del ITAN o de la Anáhuac o de las escuelas de La Obra, pagados por el INEGI, el banco central y Hacienda. Ah. Y ahora la visita cotidiana de los comerciantes de drogas perniciosas para la salud de quienes no pueden dejar de consumirlas, porque no tienen quién los oriente o los traslade a un hospital dedicado a desintoxicar marihuanos o cementeros, o bebedores de aguarrás Los más desafortunados son los que tienen que viajar en el metro o en el metrobús, o en las carcachas de microbuses, y los robos, y los asaltos, y las madrizas que le ponen a los chavos asaltados porque no traen nada en la cartera o ni siquiera llevan cartera, como le acaba de ocurrir a Toño, que un par de motociclistas marihuanos le rompieron el pómulo y ahora los médicos le tendrán que hacer una cirugía para ponerle una prótesis en la cara.
Mientras tanto, la simulación de las clases políticas sigue a todo vapor con celebraciones y más celebraciones cuasilitúrgicas y religiosas como el día de los pueblos indígenas o el día del orgasmo femenino. Jolín. Qué pena que sólo se acuerden de los indios en el idiota Día Internacional de los Pueblos indígenas. Estos en su pobreza, en su miseria, en su exclusión, en su explotación por los ladinos, en su abandono, no celebran nada. Continúan con su vida sumida en la miseria, excluidos y sólo usados como atractivo turístico o para servir la mesa del señor. y sus pueblos, arrinconados en las montañas porque los valles, de los que eran dueños hace 500 años, ahora están en manos de los miserables caxlanes. Y los indios se han convertido en extranjeros en su propia tierra. Pero por si no lo saben, en las ciudades hay casi 800 mil indios que han abandonado sus lugares de origen porque creen que en la ciudad vivirán mejor. Pobres iluisos.
En México se hablan por lo menos 60 lenguas aparte del español. En lugar de darles su lugar e impulsarlas para que crezcan en un país multicultural y pluriétnico como México, el Ñoño ya anunció que a todos los niños escolapios les van a enseñar inglés.
Al unísono, la marcha de la economía va a troche moche; o sea, que está desgraciada. Presume el presidente que está creando empleos. Lo que no menciona es que tales empleos son muchos temporaleros y todos muy mal remunerados, que no sacan de pobres a los trabajadores. O sea que la economía no está creando empleos justos. Las clases medias hace mucho que desaparecieron y sólo goza de las riquezas de la madre naturaleza alrededor del cinco por ciento de los ciento veintitantos millones de habitantes de este país deshecho por la inseguridad, por el crimen organizado, y por el desorganizado, por el de cuello blanco, por el integrado por políticos corruptos y gobernantes negociantes, y por la impunidad y el cinismo. Y lean bien esto: el 2018 será mejor pero que el 2019…
Dice el INEGI que jitomate (tomate) y vacaciones disparan la inflación… ¿Y la avaricia de productores, intermediarios, distribuidores y comerciantes y el dejar hacer, dejar pasar de las autoridades no cuentan? No cabe duda que, como les he dicho siempre, lo que gobierna esta economía de garito (algunos dicen economía de casino) está gobernada no por las leyes de la oferta y la demanda, sino por las leyes de la necesidad y del abuso. ¿Y dónde está el piloto?