Desarrolla UNAM sistema de diagnóstico molecular portátil

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UNAM
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“El equipo integra varias tecnologías de óptica, electrónica, software y de biología molecular y medicina”, explicó el investigador, que este año obtuvo un estímulo económico de la Fundación Miguel Alemán.

Con esta creación universitaria se puede hacer en unos cuantos segundos la detección de la hepatitis C, cuando en la actualidad, ejemplificó el doctor en Ciencias Biomédicas, las personas deben acudir a un laboratorio en donde se les toma una muestra de sangre, y una serie de máquinas de gran tamaño realizan el análisis para entregar el resultado en una semana.

Con este desarrollo, además, se da un paso adelante en la medicina personalizada, al facilitar la detección temprana de enfermedades como el cáncer, detalló el especialista.

El potencial de uso de este sistema es muy amplio y haría factible llevar la medicina a un nuevo nivel, pues al conectarlo a una red nacional de monitoreo molecular permitiría a las autoridades sanitarias conocer en tiempo real el avance de una epidemia y tomar medidas para contenerla, o bien, alcanzar las regiones más aisladas del país.

Empresas extranjeras ya han manifestado su interés por esta tecnología, pero antes de transferirla el investigador espera optimizarla, por lo que ya trabaja en el diseño de un biomaterial para crear láminas con propiedades ópticas, además de otras mejoras en la miniaturización del lector que, espera, sea del tamaño de una carcasa para el teléfono celular.

“Una vez terminada, los beneficios para nuestra universidad serán mayores que ahora, por lo que tratamos de conseguir más apoyo con el fin de mejorarla”, enfatizó el especialista.

Hasta el momento, se ha avanzado gracias al apoyo de la UNAM, el Instituto de Ciencia y Tecnología del DF (hoy Secretaría de Ciencia de la Ciudad de México) y de una empresa estadounidense que los asistió en un inicio.

Desarrollo universitario con dos patentes

El prototipo creado en la UNAM consta de tres partes: un microarreglo –del tamaño de una pila de 9V– que contiene genes inteligentes, diseñados con una tecnología patentada por la Universidad. Recibe un fluido del paciente (saliva, sangre u orina) y al reconocer el gen de un parásito o virus emite una luz que sólo puede ser vista con un lector especial.

El lector, que es el segundo elemento, ya también patentado, es un generador de ondas electromagnéticas con un sistema de luz de ondas evanescentes con propiedades muy particulares, que excita a las moléculas de ADN. Cuenta con una batería que le permite una autonomía de hasta dos días para trabajar constantemente y posteriormente debe ser recargada.

El tercero es un software, diseñado por el equipo de Vaca Domínguez, que es instalado en forma de una aplicación al celular y muestra la presencia de los genes encontrados o sus mutaciones en forma de líneas y puntos, lo que facilita la lectura del diagnóstico y puede enviar la información al médico tratante o a un especialista para que le haga un seguimiento.

Así, el desarrollo de este sistema inició con un estudio básico sobre la reflexión de la luz en diversos materiales, y derivó en el equipo que ya tiene dos patentes otorgadas por el IMPI (se preparan dos más).

“Es un trabajo muy complejo en donde se tiene que comparar la tecnología con otras existentes en el mundo y demostrarle al IMPI por qué es lo suficientemente novedosa para que se otorgue la patente”, concluyó el universitario.