A través de un Punto de Acuerdo, la legisladora federal de Morena señaló que anualmente en nuestro país ocurren entre 700 y mil 400 muertes por picadura de alacrán, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), situación que obliga a las instituciones de salud a contar con el antídoto necesario.
“Algunos factores de riesgo importantes son vivir en zonas endémicas de alacranismo, y tener material en desuso dentro de casa como ladrillos, tejas, cartón y madera, principalmente. La incidencia de picadura se incrementa en tiempos de calor y la mayoría de ellas ocurren durante la noche, debido a que los alacranes son depredadores nocturnos”, puntualizó.
Precisó que Jalisco, su entidad natal, ocupa el segundo puesto a nivel nacional en picaduras de alacrán, con cerca de 50 mil incidentes al año, lo que constituye un problema de salud pública local, sólo después de las infecciones respiratorias agudas.
Ante ello, hizo un llamado a la Secretaría de Salud de dicho estado para que garantice el suministro, oportuno y eficiente, de los medicamentos contra la IPPA en todas las unidades médicas ubicadas en los municipios de Colotlán, La Barca, Tamazula, Ciudad Guzmán, Autlán de Navarro, Ameca, Puerto Vallarta, Mezquitic y Tomatlán.
“La aplicación del medicamento en los primeros momentos después de la picadura de alacrán, garantiza un pronóstico cercano al 100 por ciento de supervivencia. Por ello es de vital importancia que la Secretaría de Salud de Jalisco garantice que todas las unidades de salud en estas regiones de alta incidencia cuenten con el antídoto necesario para su tratamiento”.
Cárdenas Mariscal explicó que la IPPA es una urgencia médica debido a que el alacrán deposita las toxinas en el torrente sanguíneo y ello causa un cuadro tóxico muy variado que afecta diversos órganos e incluso puede producir la muerte de la persona.
Los síntomas más comunes son dolor intenso en el sitio del piquete; hinchazón o enrojecimiento de la zona, y pérdida de sensibilidad en la región afectada, mientras que en los casos de mayor gravedad se presentan además dolor corporal; escurrimiento nasal; sensación de cuerpo extraño en la garganta; fiebre; cambios en la frecuencia cardiaca; dificultad para respirar; náuseas; vómito, y convulsiones o paro cardiaco.
“La importancia de la intoxicación por picadura de alacrán radica en la magnitud de los daños que produce y, por supuesto, en el riesgo de causar la muerte si no se atiende con la debida prontitud”, subrayó la diputada jalisciense.
Asimismo, informó que los grupos más vulnerables son los niños y niñas con peso menor a los 10 kilos, seguidos de los adultos mayores y las mujeres embarazadas.