“Vivimos un acelerado proceso de desertificación de la zona chinampera y de montaña, debido a la invasión del suelo de conservación ante la pasiva contemplación de los delegados y SEDEMA; esto nos podría dejar sin agua y sin una calidad aceptable del aire”, señaló.
Agregó que la falta de una “eficiente” política pública de desarrollo rural sustentable, genera que los productores agrícolas hagan un uso indiscriminado de agroquímicos, lo cual también está degradando la tierra tanto en la zona chinampera como en las partes altas, tan importantes para la recarga de acuíferos.
La desertificación es la degradación de la tierra, por la actividad humana. Hace referencia a la vulnerabilidad que sufren los ecosistemas, ya sea por la sobreexplotación o el uso inadecuado de la tierra.
En el caso de nuestro suelo de conservación, explicó, éste se ve afectado por la pobreza, el clientelismo político, la deforestación y las malas prácticas de riego que afectan negativamente a la productividad del suelo.
“Ante la falta de rentabilidad de las actividades rurales, los campesinos también se ven en la necesidad de vender la tierra, aun cuando muchos de ellos saben que esto no está permitido”, comentó la diputada del Grupo Parlamentario del PAN.
Concluyó que las autoridades permiten esta ocupación irregular, convirtiendo a los asentamientos irregulares en sus clientes, ya que se les permite la ocupación ilegal del suelo de conservación a cambio de favores político – económicos.