Consideran especialistas a México con capacidad suficiente de utilizar energías alternas

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El empleo de cultivos oleaginosos, aceites comestibles o grasas de animales también representa un área de oportunidad para la producción de química verde y la creación de biodiesel.

Actualmente, el transporte consume 30 por ciento del biodiésel ya que no afecta los motores de los vehículos, lo que permitirá la sustitución paulatina de los combustibles fósiles derivados del carbono.

En este sentido, Edilso Reguera Ruiz, investigador del Centro de Investigación en Ciencia Aplicada y Tecnología Avanzada (CICATA), Unidad Legaria, propuso el empleo de la biomasa como fuente alterna de energía a mediano y largo plazo.

El calentamiento global se asocia con el empleo de combustibles fósiles que emiten gases de efecto invernadero; por su ubicación geográfica, México tiene la capacidad de utilizar los rayos solares para producir energía eólica, termo-solar, fotovoltaica, térmica-marina o marina, con el propósito de almacenarla para que esté disponible y cubrir las necesidades de la población.

Durante la mesa redonda: “Hacia la transición a energías renovables en México”, en el marco del 5° Coloquio en Celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, Reguera Ruiz sostuvo que es indispensable utilizar las fuentes renovables, de lo contrario, en el próximo siglo no habrá energía suficiente.

En su oportunidad, Luis Raúl Tovar Gálvez, investigador del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), indicó que en la Ciudad de México (CDMX) diariamente se generan trece mil toneladas de residuos sólidos, de los cuales, 44 por ciento son residuos alimenticios.

Al descomponerse la materia inorgánica, se produce dióxido de carbono (CO2) y metano, que tiene un poder equivalente a 23 veces la unidad de peso del CO2.  La CDMX tiene cinco rellenos sanitarios (que reciben en conjunto, ocho mil 700 toneladas diarias de basura), uno en Cuautla y otro en el Estado de México.

El especialista afirmó que el país no tiene amoniaco y al carecer de ello, no hay fuentes de nitrógeno para el suelo, lo cual provocará la caída de la producción de alimentos.

En otro orden de ideas, Fabio Barbosa Cano, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) afirmó que las cuencas petroleras del país están en declive; se importan aproximadamente dos millones de barriles diarios de crudo, lo que eleva el precio del hidrocarburo.

El también catedrático sostuvo que no hay autosuficiencia energética y se tiene una demanda de hidrocarburos inducida, ya que no hay condiciones para la extracción del crudo. Las políticas actuales colocan al sector en una situación vulnerable. En la próxima década se estima que en Estados Unidos, los automóviles serán eléctricos y autónomos, lo cual provocará el desplome de la demanda de los combustibles y de los precios del barril del petróleo, afirmó.

Myriam Amezcua del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) concluyó que se requiere mayor investigación y desarrollo tecnológico para transformar la biomasa en energía.