El lunes pasado López Obrador amaneció cubierto de una de las más fuertes olas de descalificación surgida de su decisión dominguera de cerrarle las puertas a cualquier alianza o coalición electoral que no fuera con el PT.
Hasta sus cercanos lo calificaron de necio, autoritario, loco, prepotente, desubicado.
Fue tal el golpeteo que el martes 13, en su habitual artículo de opinión en Milenio, Ricardo Monreal salió a dar una explicación de la decisión tomada por su jefe político. Un artículo que creo pocos leímos, porque al menos yo no vi ninguna reacción ni comentario sobre le expuesto por el zacatecano.
Ahí, y bajo el título de: “¿Se puede ganar (evidentemente la Presidencia de la República en 2018) sin alianzas?”, Monreal explicita el punto de vista y objetivos de Andrés Manuel López Obrador.
A reserva de que cada quien –que por supuesto tenga interés de hacerlo- busque este artículo, yo retomaré algunos de sus puntos que creo explican claramente la decisión asumida por el tabasqueño el domingo 11 de este junio.
Escribe Monreal:
“En un escenario balcanizado como se vislumbra el 2018 (con cuatro o cinco frentes disputando la Presidencia), el próximo presidente podrá serlo con 20 millones de votos. En 2006, AMLO obtuvo 14.8 millones de votos y en 2012, 15.9. Estaría a solo 4 millones de la meta. Para obtenerlos hay dos caminos: buscando socios o desarrollando estructura territorial propia. Se optó por lo segundo. Más difícil ciertamente, pero “más marrao””.
Evidentemente este es el eje del pensamiento y decisión del tabasqueño. AMLO cree –afirma Monreal-, primero, que de entrada sigue contando con los votos de quienes lo apoyaron en 2012 y, segundo, que sólo hace falta sumar 4 millones más para alcanzar la Presidencia sin aliarse con nadie.
El zacatecano advierte que las alianzas hubieran sido el camino corto para obtener esa victoria.
“… pero no siempre son el camino más sólido para gobernar una vez que se obtiene el cargo. Ejemplos de esto sobran en la experiencia aliancista mexicana de las últimas dos décadas”, agrega.
Lo que sigue deja muchas dudas y explica a su vez muchas otras cosas y actitudes:
“Por otra parte, ganar el Estado de México un año antes de la elección presidencial hubiese significado haber obtenido una manzana envenenada, porque el aislamiento, el hostigamiento y el estrangulamiento político, presupuestal y en materia de seguridad a la primera gubernatura de Morena, hubiese sido de antología. La bomba de tiempo llamada Estado de México (en términos de inseguridad, desempleo y corrupción) puede estallarle al próximo gobernador antes del verano de 2018.
“La estación Finlandia no está en Toluca 2017, sino en el Zócalo de la CdMx 2018. Y desde esta política de acumulación de fuerzas, a Morena le está yendo, en efecto, “requetebien” desde que nació a la vida pública en 2015. Primera fuerza de izquierda en las elecciones federales intermedias; tercera fuerza nacional al contabilizar 13 elecciones locales de 2016 y el partido más votado en 2017 al sumar los resultados de cuatro elecciones estatales (poco más de 2.5 millones de votos). Y todo ese trayecto lo ha caminado en solitario, en una época donde la crisis de la partidocracia aconseja precisamente eso: más vale solo que mal acompañado”.
Bueno, ahí está lo publicado. Gracias a eso nos enteramos que, de acuerdo a lo escrito por Monreal (y casi seguramente platicado con López Obrador) AMLO consideraba “Manzana Envenenada” la gubernatura del Edomex y por lo tanto no quería que ganara Delfina. Esa candidatura fue sólo un ejercicio de medición de la capacidad para sumar votos… para el 2018.
Con eso cree que puede lograr ahora 20 millones de votos, que en un escenario muy dividido, puede darle la tan anhelada Presidencia que viene buscando desde hace 12 años.
¿Interesante no?
LISTO DESAFUERO DE CADENA
El diputado Ricardo Ramírez Nieto, presidente de la Sección Instructora de la Cámara de Diputados informó ayer que el desafuero de la diputada veracruzana Eva Cadena no pasará del 7 de julio.
A partir de ese momento la Fepade podrá ejecutar la orden de aprehensión en su contra para que sea enjuiciada por fraude, señaló.
SENADO vs REPRESIÓN EN VENEZUELA
Con una clara condena hacia Andrés Manuel López Obrador y MORENA, la senadora panista Mariana Gómez del Campo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y El Caribe, advirtió que no es posible continuar guardando silencio ante la crisis humanitaria por la que atraviesa el pueblo venezolano.
Al encabezar el evento “Voces por Venezuela. La situación de los presos políticos”, la legisladora insistió en que, desafortunadamente, algunos actores de la política mexicana han preferido guardar silencio ante lo que ocurre en esa nación.
“Pero para nosotros es muy importante que se sepa qué es lo que está pasando, porque jamás queremos estar en una situación similar como pueblo de México”.
Por ello se manifestó en contra de cualquier forma de autoritarismo, y repudió “la dictadura que encabeza Nicolás Maduro”.
De igual forma condenó las agresiones a la población venezolana, la represión que se vive en las calles y expresó su dolor por la pérdida de vidas humanas.
La senadora Gómez del Campo hizo suyos los señalamientos del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, y exigió la libertad inmediata de los presos políticos en Venezuela.
“Vamos a seguir trabajando en pro de los derechos humanos en América Latina y El Caribe, respaldamos a la Asamblea Nacional como un órgano democráticamente electo”, prometió.
Desde México, agregó, levantamos la voz y celebramos que la Cancillería realice un esfuerzo entre los países de la región para poder encauzar el diálogo y la concertación política para que regrese la paz a Venezuela.
Durante el evento Mitzy Capriles, esposa de Antonio Ledezma, preso político venezolano, denunció que ese país sudamericano “está sangrando por sus cuatro puntos cardinales” y “el dolor que llevamos los venezolanos en esa arremetida asesina”, lo están ocasionando generales de la nación y el “dictador actual, Nicolás Maduro”.
