Familia jalisciense de 5 integrantes vive cada uno con un riñón

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Salud
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El primero, cuando apenas dejaba de ser una niña; la donadora fue su madre. El segundo fue en 2016, con un riñón cedido por su hermano menor. Dado que el primogénito de la familia Ruiz González también presentó insuficiencia renal y el donante fue su padre, los cinco integrantes de este hogar viven su día a día con un solo riñón.

La infancia de Marichuy transcurrió con normalidad hasta los nueve años, cuando comenzó a hincharse, a sentir cansancio, falta de apetito. “Sus riñones se secaron”, comentó su mamá, la señora Susana González. Así comenzó un tratamiento de diálisis durante dos años, a la par de un protocolo de trasplante.

“Me dijeron que iban a hacer pruebas para ver quién podía donar. Le dije a mi esposo, pero en ese momento dijo que no porque luego ya no podría trabajar. Entonces me hice el examen y era compatible”, narró la mamá.

El riñón trasplantado funcionó bien durante 11 años, hasta que el organismo de Marichuy comenzó a rechazarlo.

El segundo riñón lo donó el hermano menor de Marichuy, de 23 años de edad. La compatibilidad era del 92 por ciento. “Nos preguntaron si éramos gemelos, pero yo les dije que no, que nacimos cada quien por nuestro lado”, dice la paciente riendo. Ella actualmente trabaja en una dulcería y asegura que la impulsa el deseo de seguir adelante, de realizar todos sus proyectos personales.

El titular de la División de Nefrología y Trasplantes del Hospital de Especialidades del IMSS en Jalisco, Eduardo González Espinoza, explicó que este caso fue exitoso porque se logró estabilizar a la joven, mediante un tratamiento médico altamente especializado, para que pudiera recibir un nuevo trasplante y así darle una buena calidad de vida a alguien que apenas va trazando su destino.

La señora Susana compartió que su hijo mayor también presentó insuficiencia renal a los 15 años de edad, a causa de un problema congénito. “Nació con los riñones chiquitos”, así que en esta ocasión fue el padre quien, después de muchas sesiones informativas procuradas por su esposa, decidió donarle a su primogénito uno de sus riñones hace 14 años.

“Los cinco vivimos con un riñón y vivimos bien. Todo es prácticamente normal, nada más le bajamos a la sal. Me siento muy bien, nada más es cuidarse, tomar mucha agua y el medicamento que no se me olvide: en el día, en la noche; es poquito, pero que no falle. El seguimiento nos lo dan en nuestra clínica (Unidad de Medicina Familiar) 34 y en el hospital (Hospital General Regional) 46”, comparte Marichuy.

La señora Susana reconoció la labor de las Unidades Médicas de Alta Especialidad de Pediatría y Hospital de Especialidades del IMSS Jalisco porque fue ahí donde se trasplantó a sus hijos. “Bendito sea Dios y nos tocó la suerte de que los tres –madre, padre e hijo menor– pudimos donar órganos”.

Pasar por un proceso como éste “se puede, nada más es tener paciencia con ellos y hacer las cosas con cariño”.