PRI retiene Edomex; PAN-PRD ganan Nayarit y Coahuila vive incertidumbre

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Igual, como ya se preveía, el gran triunfador de los comicios de ayer fue el pueblo simple y llano. No cayó en la guerra sucia. No se polarizó. Y, sobre todo, salió a votar en porcentajes similares a los de siempre. Ni disminuyó ni se desbordó.

Es sin duda una gran lección para quienes se esmeraron en emitir mensajes negativos contra sus opositores, o para quienes hicieron llamados (pienso en el video de los pseudo intelectuales) para no votar por alguno de los partidos y sus candidatos.

Las grandes sorpresas en estos comicios fueron sin duda el mexiquense Juan Zepeda y su partido, el PRD, a quienes la mayoría colocaban en el tercer sótano de las preferencias electorales.

La cantidad de votos alcanzada por ambos advierte que en Zepeda surge un nuevo líder y prospecto político nacional, y que el PRD tiene amplia y potente vida política en México.

Este dato es por demás importante por cuanto que el PRD y Zepeda se constituyen así, en forma por demás contundente, como una alternativa de izquierda muy distinta a la que plantean Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores, en su mayoría chaqueteros y oportunistas, personajes de honestidad y calidad política muy cuestionables, Miguel Barbosa y su grupo senatorial son un ejemplo de eso.

Y es importante que todo lo anterior ocurra en los previos de la gran contienda por la Presidencia de la República, por la renovación del Congreso Federal (500 diputados y 128 senadores) y la renovación de las gubernaturas de la Ciudad de México y otras 8 entidades (entre ellas Puebla, Veracruz, Morelos y Chiapas), así como centenares de alcaldías y diputaciones locales.

ESTADO DE MEXICO

Frente a la ausencia y silencio total de Andrés Manuel López Obrador y su candidata Delfina Gómez –quien a las casi 8 de la noche se atrevió a emitir un tímido mensaje por Twitter para decirse ganadora-, el priísta Alfredo del Mazo se presentó a las 6:38 de la tarde de ayer a declararse triunfador “por amplio margen” en el Estado de México.

Fue el primero en salir a los medios para pronunciarse en su favor.

Lo más importante y devastador por lo que advierte y representa, fue el silencio y la ausencia de Andrés Manuel López Obrador, quien acudió y fue el orador en casi el 80% de los actos de su candidata Delfina Gómez.

La obviedad nos dice que hacia las 6 de la tarde de ayer López Obrador sabía que había sido derrotado en las elecciones a gobernador no sólo en el Estado de México, sino en Nayarit y Coahuila.

Quizá algunos triunfos espectaculares en las alcaldías de Veracruz alivien un poco su mal carácter y pésimo ánimo.

Por lo que significa en su ya larga, muy larga (ya 18 años, ufff!) y frustrante carrera a la Presidencia de la República, AMLO puso todo sus recursos en el proceso electoral mexiquense y, al parecer, volvió a perder.

Es obvio que si hubiera tenido informes de haber ganado, aunque sea por un punto, habría salido al siguiente minuto después de las 6 de la tarde, a levantarle la mano a Delfina sabiendo que su propia mano, la suya, la de AMLO, estaría indicando que él había triunfado.

No ocurrió. Permaneció escondido en alguna de sus cuevas a lo largo de las muy movidas horas posteriores a la elección.

Insisto, ese silencio fue el atronador grito de su derrota.

Y es que todo indica que el embate sufrido por López Obrador -y lo que él representa-, durante la última semana del proceso, apenas comienza. Seguro arreciará de aquí a diciembre, y aumentará hasta convertirse en atronador en junio de 2018.

AMLO ARREBATA TIMIDAMENTE

Fue hasta 2 minutos antes de las 9 de la noche, que apareció el tabasqueño, sólo, en alguna sala de su casa, para asegurar que Delfina ganó 2 a 1 en el proceso mexiquense. Afirmo tener los datos ciertos en sus manos y que una hora después, a las 10 de la noche, daría un segundo mensaje.

Lo interesante y sorprendente de este mensaje, es que se despidió pidiendo a los habitantes del Estado de México a tomar fotos a las actas que se colocan en cada casilla al final de la elección.

Estas fotos, indicó, servirán para evitar el fraude.

¿Entonces? ¿No que tenía datos ciertos de que había ganado? ¡si los tiene por qué necesita que los habitantes saquen fotos de las actas?

VÁZQUEZ MOTA

Al margen de todo esto, el largo silencio fue el de Josefina Vázquez Mota, muy lastimoso incluso para sus contrincantes.

Vázquez Mota, quien arrancó como el gran prospecto de estas elecciones en el Estado de México terminó, al parecer, en cuarto lugar. Un déjà-vu de las elecciones de 2012.

De pena ajena.

En este contexto Vázquez Mota apareció haca las 9 de la noche acompañada por Ricardo Anaya y otros del CEN del PAN, a alegar que la campaña fue sucia, fraudulenta, pero para decir que había perdido.

JUAN ZEPEDA

En el otro extremo quedó el perredista Juan Zepeda, quien -luego de un fuerte jaloneo interno de tribus en el sol azteca-, se coló en la gran contienda mexiquense al punto de que Andrés Manuel López Obrador le rogó, suplicó, amenazó para sumarlo a la candidatura de Delfina Gómez.

Zepeda logró así lo que otros líderes políticos no han conseguido: entrar no sólo en un debate con el tabasqueño, sino vapulearlo.

Al hacerlo, Zepeda es ya considerado como el más sólido prospecto a dirigir al PRD nacional para conducirlo durante la contienda presidencial de 2018.

RICARDO ANAYA  

Fiel a su estructura –gandalla dirán muchos-, Ricardo Anaya fue el primer dirigente partidista que salió a cantar victoria,

Exultante, jubiloso, sin contener su felicidad, apenas pasadas las 6 de la tarde de ayer, Anaya dijo que recibió al PAN con 5 gobernadores y ya suma 11 y que en esta contienda aumentará a 13, es decir, ganará 2, la gubernatura de Coahuila y la de Nayarit.

Ahí Anaya daba ya por perdido el Estado de México y derrotada a Josefina Vázquez Mota.

Lo importante sin embargo es que ya se da por contendiente y triunfador en la presidencial de 2018.

LAS OTRAS ELECCIONES

En este contexto electoral, los procesos de Nayarit, Coahuila y Veracruz fueron un paseo en las nubes.

Sin realmente mayores problemas ni conflictos, estos procesos corrieron con alguna que otra zancadilla y escándalo.

En Nayarit no hubo duda de que ganó Antonio Echavarría por la alianza PAN-PRD y en Coahuila los contienden de PRI y PAN entraron en un inútil jaloneo asegurando cada uno que obtuvo el triunfo.

Seguro esta mañana habrá ya datos más claros para señalar al verdadero ganador y el ineludible perdedor.

Sin embargo lo más importante fue, insisto, la madurez ciudadana. Quienes sacaron adelante esta contienda fueron los habitantes de los 4 estados, al no dejarse arrastrar por los llamados a la guerra de los candidatos y partidos. Y eso es lo más importante.