El coordinador nacional del Programa de Donación de Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células del IMSS, José Alfonso Yamamoto Nagano, indicó que en más de la mitad de los casos de la también llamada falla hepática fulminante, la causa es desconocida; el resto puede ser ocasionado por efectos tóxicos de medicamentos, pesticidas u hongos, así como por infecciones virales y no se puede prevenir.
Por ello, agregó, la intervención que realizan los especialistas es vital para detectar a tiempo y realizar el trasplante lo más pronto posible para tener éxito.
Destacó que en 2016 el IMSS realizó 42 trasplantes hepáticos, de los cuales 14 por ciento (6) se debieron a hepatitis fulminante, y fueron realizados en hospitales de alta especialidad de la Ciudad de México, Jalisco y Nuevo León.
Una persona que recibe este diagnóstico, dijo, generalmente se encuentra en un estado de gravedad extrema, por lo que un trasplante hepático es el último recurso para salvar su vida. Aún con el mejor equipo y entrenamiento de los cirujanos, el paciente tiene 30 por ciento de riesgo de fallecer durante o después de la cirugía.
Yamamoto Nagano explicó que ante la urgencia de encontrar un donador de hígado, se coloca el caso como urgente en la lista del Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) a fin de disponer de un órgano cadavérico en el menor tiempo posible. También se analiza si entre los familiares hay un candidato donador vivo-relacionado, es decir, una persona sana que done una porción de su hígado.
Este fue el caso de Leilani Michelle, una niña de un año y 10 meses de edad que reside en Zacatepec, Morelos. Hace un mes su vida dio un giro inesperado: su mamá, la señora Silvia Ortega, notó que los ojos y el color en la piel de su hija se tornaban amarillos, por lo que decidió llevarla a la clínica del IMSS en su municipio.
Con el diagnóstico de hepatitis, la niña fue trasladada al Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional (CMN) Siglo XXI para su valoración y tratamiento. El doctor Roberto Ortiz Galván, jefe de Trasplantes, ordenó realizar diversos estudios, los cuales revelaron que la pequeña sufría de hepatitis fulminante. El diagnóstico alertó que de no recibir un hígado en menos de dos semanas, fallecería.
Se solicitó al CENATRA colocar el caso de la menor como una prioridad y transcurrió una semana sin que hubiera un donante cadavérico, razón por la cual el cirujano pediatra le propuso a su mamá que fuera la donante de la porción del hígado que su hija necesitaba. Ella no lo dudó un instante, y aunque fue advertida de los riesgos de fallecer en quirófano ante lo delicada de la cirugía, decidió seguir adelante.
“Los estudios salieron muy bien, ese mismo día me hospitalizaron y al siguiente se hizo la cirugía. Los doctores me dijeron que era una operación peligrosa para mí y podía ser de vida o muerte; gracias a Dios todo salió muy bien, yo me siento muy bien, mi hija por igual y ya está dada de alta, sigue viniendo a consulta y a laboratorio. Me dicen los doctores que podrá seguir con su vida normal”, narra la señora Ortega.
El doctor Alfonso Yamamoto se capacitó en trasplante de hígado en Kioto, Japón, el mayor centro de trasplantes de donador vivo relacionado y en la Universidad de Pisttburgh, en Estados Unidos, en 1996 y en 2001.
El doctor Ortiz Galván, con el apoyo del IMSS, se capacitó en 2001 en Japón y Estados Unidos. Ahora él capacita a otros cirujanos del IMSS para que cada vez haya más especialistas en trasplante de hígado y atiendan casos de hepatitis fulminante.
El coordinador nacional de Trasplantes de Órganos, Tejidos y Células del IMSS explicó que en México no hay más de dos centros que efectuan trasplante hepático de donante vivo, incluso a nivel mundial pocos centros realizan este tipo de trasplantes para el manejo de hepatitis fulminante.
En los últimos dos años, el Hospital de Pediatría de CMN Siglo XXI ha realizado cuatro trasplantes en niños con hepatitis fulminante, tres con donante vivo y uno de donador fallecido, con un éxito del 100 por ciento en todos ellos.